°Nuevo Comienzo° /Yaoi Omegaverse/ CANCELADA

Cap 72. Pitidos

-Daniel-

Durante todo éste tiempo, había imaginado, -o por lo menos quería imaginar-, que la mente de Jack se encontraba en un especie de vacío, como si flotara cómodamente en el espacio, sin ruido, sin molestias, tan solo paz y tranquilidad.

Por supuesto, tan solo trataba de mentirme para sobrellevarlo mejor, pero me hacía bien y no lastimaba a nadie.

Unas horas más tarde y, -tan pronto como me dejaron pasar a verlo-, ya me encontraba de camino a su habitación, con las piernas temblando por el nerviosismo, ésto era algo para lo que uno nunca esta preparado. Es como con la muerte, tan solo que lo que no se puede comprender tan sencillamente en éstos casos, es el mismo hecho "volver a vivir".

Enredé mis dedos dentro de mi sueter negro antes de llegar a la puerta y, junto con un gran suspiro, entré. Y ahí estaba él, parcialmente sentado en la camilla, con agujas conectadas a su cuerpo y esa misma camisa de hospital que llevaba usando los últimos meses, estaba viendo cansadamente al techo, a pesar de tener la impresión de que estuvo mucho tiempo descansando, sin embargo, tan pronto como sus pupilas se deslizaron con delicadeza hacia mi tembloroso cuerpo junto a la puerta, se abrieron de par en par y embozó la mas bella sonrisa que le había visto poner en mucho tiempo.

Y cómo no, a comparación, yo me veía completamente ridículo, temblando, -sin orgullo alguno-, como gallina mojada, sonriendo como tonto y con mis ojos llorosos. Vaya primera impresión, ¡Daniel, hazte respetar al menos una vez en tu vida!

El doctor que nos estaba supervisando, me señaló un leve sentimiento con la cabeza para indicar que podía acercarme y, sin poder aguantarlo más, di torpes y largos pasos hacia su camilla, para después tomarlo entre mis brazos, olvidando por un momento que tenia que ser delicado.

Soltó un pequeño quejido de dolor, estaba débil y apenas pudo corresponderme el abrazo después de que alivianara mi agarre, pero fueron con tan solo esos pequeños y débiles contactos con lo que me sentí completo.

Los latidos de mi corazón se sincronizaron con los pitidos que daba la maquina a un lado, aparentemente, él estaba igual de feliz de verme.

Me separé ligeramente del abrazo tan solo para tomar con iniciativa su mejilla, a la vez que sujetaba su nuca y unía nuestros labios, en el único afecto que me había hecho falta desde que su mente se marchó. La chispa que nos enmudeció volvió a aparecer cuando nuestros labios se unieron, no tenia palabras para describir lo que me hacía sentir volver a probar el sabor de sus labios contra los míos, y su fragancia tan cerca de mí, nuevamente.

La llema de mi dedo pulgar vagó torpemente por la mejilla del alfa frente mío, por alguna razón,  mis temblores aumentaron, fue como si su regreso no me hubiera cuadrado por completo hasta ese momento. Pero era él, y estaba despierto allí frente a mí.

La adrenalina y emoción del momento me hizo morder ligeramente su labio antes de separarnos del beso, cosa que le sacó un gemido ronco por haber estado tanto tiempo sin hablar, y ciertamente estaba sorprendido por ello. Al notar lo que había hecho, mis mejillas de inmediato comenzaron a arder, y su sonrisa se agrandó aún más.

Volví a enredar mis dedos nerviosamente, un pequeño hábito que había adquirido las últimas semanas y, casi sin poder evitarlo y como acto casi automático, pase mi lengua por mis propios labios, con intenciones de robar lo que sobró del sabor de los suyos.

Se nos notaba a ambos que queríamos más, pero no era el momento.

En cuanto entró un poco más en el ambiente, notó que mi vientre había vuelto a su estado original, abrió levemente sus ojos ante eso y abrió un poco su boca, como si quisiera decir algo, pero no pudiera. Sin mucha espera, el doctor a nuestras espaldas carraspeó y habló. -Aún no le aconsejo hablar, sus cuerdas vocales están débiles, por así decirlo-.

Sonreí con un leve asentimiento de cabeza, volviéndome hacia Jack cuando éste tomó mis manos, signo de insistencia a la pregunta que no hizo falta decir en voz alta. Solté una leve risa, disfrutando su ansiedad por el asunto. -¿Quieres conocer a tus cachorros?-.