Cap 69. Aprendiendo.

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-Narra Daniel-

Los minutos pasaron como segundos, mis ojos no podían despegarse de sus diminutos rostros. Los pequeños y casi inaudibles quejidos que emitían me enamoraban cada vez más. Pequeños suspiros, o lloriqueos que pronto se calmaban con el sonido de mi voz. Ese momento era solo nuestro.

O por lo menos lo fue, por los siguientes diez minutos.

Con respeto, unas enfermeras tomaron a los pequeños, ya era tarde. -Nos encargaremos de ellos, pero usted necesita descansar para pensar en los nombres, no queremos que los elija estando cansado y anestesiado-.

Me limité a asentir y darles a los bebés y, al contrario de lo que esperaba, cuando se los llevaron no sentí un vacío, o que me faltaba algo, me sentía completo porque, a pesar de no estar allí conmigo, sabía que estaban vivos y sanos. Y eso era más que suficiente.

Era una nueva sensación; en alguna otra ocasión me hubiera sentido sólo, pero no lo hacía. Ya no.

Mi cabeza no estaba pensando con claridad, pero lo único que me pasaba por la cabeza eran mis pequeños. Lamentablemente, estaba terriblemente agotado, física y emocionalmente. El cansancio no tardó en alcanzarme, y pude sentir como, -lentamente-, me sumía en un profundo sueño.

○ ● ○

_CUATRO MESES DESPUÉS_

Fue una burbujeante e inocente carcajada lo que me despertó, Maddie estaba sentada en su cuna, viéndome con una sonrisa, sacando tiernas risas por tiempos mientras se babeaba la mano.

Sus carcajadas, -ahora más usuales que antes-, me derretían el corazón.

Y no pude evitar soltar una risa al notar la razón de su carcajada, mientras estaba dormido Elisa me había hecho dos coletas, ya tenía que cortarme el cabello.

Me senté en la cama dando un bostezo, los primeros meses habían, -y siguen siendo-, sido complicados, los niños a menudo se despertaban cada pocas horas, levantándome con sus fuertes lloriqueos. Pero aunque odiaba no poder dormir mucho y el fuerte sonido de su llanto, aún asi los amaba inmensamente.

Me levanté perezosamente de la cama, ¿habré dormido cuánto?, ¿dos horas?. Esa es mucha ganancia, me sentía descansado, aunque sea un poco más de lo normal. Una siesta en estos tiempos era un milagro.

Supongo que Maddie también estaba dormida, no pudo estar tan tranquila todo ese tiempo, suponiendo que fueron dos horas. Caminé a su cuna y le sonreí, ella también me sonrió y soltó otra burbujeante y alegre carcajada, manteniéndose en boca arriba, con su mano en su boca. Por suerte, aún estando semi-cubierta por la sábana rosa palo que le había puesto.

Con ojeras pero una gran sonrisa la cargué con cuidado, acomodandola en mis brazos como ya había aprendido, sujetando su cabeza por precaución pero sin apretarla mucho.

Ésto de aprender a ser padre fue difícil, y más estando sólo.

Jack aún no despertaba y, aunque las pequeñas criaturas no me daban mucho tiempo de pensar en él, siempre lo recordaba. Ya sea mientras esperaba a que Elisa hiciera el desayuno, o bien al irme a acostar en la cama sin compañía. Lo había ido a visitar algunas veces en estos cuatro meses, pocas veces con los niños y Elisa, ella seguía muy metida en eso de que él podía escucharnos, así que siempre platicábamos con él sobre nuestros pequeños.

Max, por otro lado, había conseguido trabajo estable en uno de los hospitales de la ciudad, regresaba un poco tarde algunos días, así que casi todo el tiempo solo éramos Elisa y yo, y los bebés, claro. Por el momento era quien nos ayudaba a seguir, los ahorros que papá nos había dejado a Elisa y a mí ya se habían acabado los primeros meses que llegamos.

Suspiré un poco, para después ahuyentar mi expresión ciertamente lúgubre y reemplazarla por una sonrisa. Con Maddison en brazos, salí de la habitación en busca de Elisa y Matt, quienes probablemente estarían en la cocina, desayunando.

Y tal como lo imaginé, Elisa estaba entreteniendo al peque, con éxito, en su silla para bebés. Ella me miró con una sonrisa y me saludó con la mano. -¿Por fin despertaron, dormilones?, estuvieron muertos por casi tres horas, de ti no me sorprende, hermano. ¡Pero de parte Maddie fue una sorpresa!-.

Mi rostro lo dijo todo, no habia esperado que ambos durmieramos tanto rato. Soltó una pequeña risa. -De tal palo, tal astilla. Al menos los peques ya se están acostumbrando a dormir de noche. ¿Sabes que significa eso?-.

Le miré con algo de confusión y sorpresa, ciertamente gustoso, mientras acomodaba con cuidado a maddie en su silla, junto a su hermano. Opté por adivinar. -Mmm, ¿que Max y tú aprovecharán más la noche?, espero que no, si de por si los bebés no me dejan dormir, ustedes no ayudan cuando tienen 'tiempo libre'-. Le reclamé con un puchero.

-Pues que pena hermanito, es nuestro pago por ayudarte en tu tarea materna, ¿quién más te iba a ayudar en los primeros días de tu recuperación?-. Preguntó con un puchero demandante. Tenía razón, ellos me fueron de mucha, mucha ayuda.

Solté una pequeña risa antes de sentarme al lado de mis pequeños y cargué al más pequeño con cuidado, acomodandolo en mi desnudo pecho. Aún me avergonzaba amamantar a mis bebés frente a Elisa, pero ya estaba tan cansado que no me importó, Matthew comenzó a succionar con algo de inseguridad uno de mis pechos, que en los últimos meses se habían agrandado un poco por la leche.

A veces dolía un poco, pero considerando sus pequeños cuerpos y bocas, no era nada comparado a cuando Jack lo marcaba y mordía.

Elisa entretuvo a Maddie mientras que yo alimentaba a Matt, las alegres carcajadas de la menor nos encantaban a todos, hacían que el ambiente fuera muy ligero y feliz. Pero en eso se interrumpió cuando nos llegó una llamada del hospital. Elisa atendió.

-¿Qué sucede?-. Preguntó Elisa con nervios, no nos habían llamado del hospital en un tiempo, salvo los primeros días de mi recupecacion, para asegurarse de que me estaba llendo bien. La expresión la omega cambió de una manera sorprendente, fue una combinación de sorpresa y desconcierto. En una sola palabra, shock.

-¡¿Es encerio?!. Claro, vamos para allá.- Ella solo asintió, se despidió y colgó. Mi corazón comenzó a latir fuerte, lleno de esperanza y miedo. Y mis sentimientos se desbordaron cuando me dijo que sucedía.

Jack había despertado.

°Nuevo Comienzo°  /Yaoi Omegaverse/ CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora