Melodrama

Track 6, Lado B. The Louvre

"Lo nuestro avanza, te llamo y tú vienes a mí. He renunciado a mis amigos para sentarme en el infierno contigo. Pero somos los mejores, nos colgarán en el Louvre. En la parte de atrás, pero a quién le importa, sigue siendo el Louvre. Está bien, sé que no eres mi tipo pero no pude evitar enamorarme. Soy solo el tonto que te dejó inundar su mente pero ¿y si esto es amor? No tendría nada de malo, sería sobrenatural. Solo acércate a mí, más cerca, hasta que sientas lo mismo."

The Louvre, Lorde

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TINE

A pesar de que había planeado una cita perfecta para él y para Sarawat, aquel día el universo parece estar en contra de Tine porque todo resultó ser un reverendo desastre, algo que en el fondo de su corazón lo tenía de sobra preocupado porque sabe que algo anda mal. Durante los últimos días, a pesar de ser siempre afectuoso con él, Sarawat también parecía distante, ensimismado. Era como si el fotógrafo hubiera recibido una noticia terrible, algo tan horrendo que ni siquiera podía ser puesto en palabras. Había sido por eso que Tine había planeado aquel primer día de cita oficial pero todo se había ido pique. Todo había sido un desastre de magnitudes titánicas.

El joven suspira porque eso es lo que siente justo ahora, siente que su cita con Sarawat ha sido un completo desastre y sin embargo, el fotógrafo ríe como si hubiera tenido el día más feliz y maravilloso del mundo a lado suyo y Tine no sabe si reírse con él o echarse a llorar pidiendo perdón por no ser capaz siquiera de tener una cita perfecta con él. Pero Sarawat sonríe, el ríe a su lado y el muchacho considera esa risa como su propio milagro personal porque en serio, los días anteriores, Sarawat parecía haberse perdido de nuevo en esa tristeza que al parecer siempre había sido parte de él. Pero ahora los ojos oscuros del siempre serio fotógrafo brillan con auténtica dicha y Tine piensa que algo ha cambiado definitivamente dentro de su compañero. Porque Sarawat sigue riendo mientras contempla la cantidad ridícula de fotografías que Tine tomó de él mientras Sarawat caminaba a la orilla del mar, fotografías que resultaron ser un montón de manchas y borrones sin ton ni son.

Pero Sarawat no está enojado, no está burlándose de Tine por eso. Hay tanta alegría en sus ojos y en sus labios que el corazón del modelo grita que deje de ser un idiota, que Sarawat está feliz incluso después de pasar tantos momentos vergonzosos a su lado, que él está feliz con esta primera cita oficial ante los ojos del mundo que, como todas las primeras veces de la historia de la humanidad, suelen ser un reverendo desastre.

—Esta no es del todo mala...— dice Sarawat mostrándole una imagen en la que su figura contrasta con el cielo nublado.

Sarawat está vestido con total sencillez este día y aun así luce completamente hermoso, eso es algo innegable, algo que incluso la falta de talento con la cámara fotográfica de Tine no ha podido ocultar. Su ligera camisa color gris y sus pantalones cortos oscuros dejan ver la insinuación de su delgada cintura y la forma de su perfecto trasero. Sarawat es hermoso como es ahora mismo, Tine incluso se atrevería a decir que le resulta mil veces más bello porque sabe que nadie más que él ha visto este lado alegre y despreocupado de su compañero.

Y la fotografía que Tine tomó siguiendo sus instrucciones—y fallando miserablemente en el intento— apenas le hace justicia a todo eso que sus ojos ven y que los ojos ajenos no podrán ver jamás. Y lo que Tine mira frente a sí es la imagen del hombre del que está enamorado como un colegial. Y ese hombre sonríe como si en el mundo no hubiera oscuridad o como si la tristeza de los días anteriores hubiera sido solo parte de la imaginación del fotógrafo; y ese hombre lo atrapa con la luz de su mirada y esa sonrisa tímida que ha estado en sus labios a lo largo de todos los días que los dos han pasado perdidos en su pequeño mundo lleno de besos y caricias, ese mundo donde se han olvidado de todo lo que no sea el cuerpo y el alma del otro.