En busca del prado

Start from the beginning
                                    

-Quizás deberías llevarte un tarro de miel, sólo por si las moscas- dijo Bill.

Jake se rió entre dientes.

-Espero que tus botas nuevas sean rápidas, Beka. Un tarro pequeño no va a mantener ocupado a un oso hambriento durante mucho tiempo- me dijo Jake para provocarme.

-Sólo tengo que ser más rápida que tú.- le respondí.

-¡Pues vas a necesitar suerte! -dijo Jacob, levantando los ojos al cielo mientras doblaba el mapa- vamos, ya está todo listo.

-Pasáoslo bien -masculló Billy al tiempo que se impulsaba en dirección al frigorífico.

Condujimos hasta el final de la carretera polvorienta y nos paramos justo donde estaba el cartel que indicaba el comienzo del sendero. Había pasado mucho tiempo desde que estuve allí y los nervios no tardaron en aparecer.

-Iré por este camino -murmuré, señalando justo hacia delante- creo recordar que era por aquí.

-Mmm -murmuró Jake pensativo.

-¿Qué?- pregunté.

Él miró en la dirección que yo había señalado, después volvió la vista hacia la pista claramente marcada y otra vez al camino.

-Debería haber supuesto que eres de la clase de chicas a las que les gustan los caminos- dijo.

-Pues no -sonreí- Soy una rebelde.

Se rio y después desplegó el mapa.

-Concédeme un momento – dijo sosteniendo la brújula con pericia a la vez que giraba el mapa hasta tomar el ángulo deseado- De acuerdo, es la primera línea de las coordenadas. Vamos a seguirla.

Los recuerdos normales todavía eran peligrosos para mí. Si me permitía sumergirme en ellos, terminaría con los brazos cruzados sobre el pecho por la falta de oxígeno y no era algo que quisiese sentir de nuevo.

Jacob le daba a todo un sello personal muy diferente, iba silbando alegremente una melodía que yo no conocía mientras movía los brazos de un lado para otro y se deslizaba con facilidad a través de la áspera maleza. Jacob miraba la brújula cada pocos minutos, para comprobar que seguíamos la primera línea de sus coordenadas.

Quise saber un tema de conversación y recordé lo que me había comentado sobre Embry.

-Esto..., ¿Jake? -pregunté.

-¿Sí? – dijo sin detener el paso.

-¿Qué tal van las cosas con Embry? ¿Ha vuelto ya a la normalidad? - dije.

Jacob permaneció en silencio durante un minuto, todavía andando a largas zancadas. Cuando ya iba casi tres metros por delante, se paró a esperarme.

-No, no ha vuelto a la normalidad -contestó mientras le alcanzaba- Todavía sigue con Sam.

-Vaya- dije lamentando haber sacado el tema.

Me pasó el brazo por los hombros, parecía muy preocupado.

-¿Aún te siguen mirando con cara de burla? -le pregunté.

Jacob miró fijamente a través de los árboles.

-Algunas veces- admitió- es raro.

-¿Y Billy? – dije- ¿le has comentado lo que ocurre.

- El es tan útil como siempre - repuso con un tono de voz amargo y enfadado que me hizo sentirme mal.

-Nuestra casa está siempre abierta -le ofrecí.

Se rió, rompiendo así su extraño estado de ánimo.

-Pero piensa en la mala situación en la que pondríamos a Charlie... cuando Billy llamara a la policía para denunciar mi secuestro.

Me reí también, contenta de que Jacob volviera a ser el de siempre. Nos detuvimos cuando él dijo que habíamos andado nueve kilómetros y cortamos hacia el oeste durante un rato, para luego volver a tomar otra de las líneas de sus coordenadas. Todo parecía exactamente igual que lo que habíamos dejado atrás, y tuve la sensación de que mi tonta búsqueda no nos iba a llevar a ninguna parte.

La noche comenzó a aproximarse y detuvimos la búsqueda por ese día.

-¿Crees ue lo logremos encontrar algún día?- preunté.

-Siempre que estés segura de que salimos del lugar correcto... -me miró.

-Sí, estoy segura- afirmé.

-Entonces lo encontraremos -me prometió, agarrándome la mano e impulsándome a través de una masa de helechos. Al otro lado apareció el coche de Bella, nos lo había prestado- Confía en mí.

-Lo hago Jake- admití.

-Reservaremos los domingos para hacer excursiones, de aquí en adelante- sugirió- siempre y cuando no tengas otros planes.

-Nada por el momento- dije- además ha sido idea mía, no voy a dejarte tirado.

-¿Así que estás dispuesta a intentarlo de nuevo mañana? —me preguntó, mientras se deslizaba hacia el lado del copiloto.

-Seguro. aunque si quieres seguir haciendo excursiones, mejor te traes unas cuantas tiritas. Te apuesto algo a que te acabas de dar cuenta de que llevas puestas esas botas nuevas.

-Un poco -confesé. Me parecía tener en los pies más ampollas que espacio para que salieran.

-Ojalá que veamos al oso mañana. Estoy un poco decepcionado por no haberlo divisado.

-Sí, yo también -le di la razón, aunque de forma sarcástica.

Cenamos en casa con Charlie y Bella, noté como Jake la miraba y sabía que le gustaba, pero ahora Bella estaba en algo con Mike y el lo respetaba. Lo acerqué a la reserva tras la cena junto a un par de pescados cocinados para Bill.

Mi sol a media noche. (Edward y oc)Where stories live. Discover now