En busca del prado

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Seguimos conversando un rato sobre los supuestos avistamientos de osos cerca del sendero principal y he de admitir que mi curiosidad iba en aumento. También recordé que había algo que tenía que hacer, me había propuesto pasar página, perdonar y olvidar en la medida de lo posible, así que una vez legue a casa, tomé los bocetos de los Cullen que había hecho y les escribí una carta a cada uno de ellos.

Guardé en sobres cada boceto con la carta correspondiente, después los metí en un cajón, no tenía tiempo de llevarlos ahora a la casa de los Cullen, tenía trabajo que hacer, así que me arreglé y salí hacia el bar.

La comidilla del día parecía ser la misma que en el Instituto, los avistamientos de osos tenían revolucionado al pueblo y se retaban entre ellos por ver quien lograba darle caza. El ambiente en el bar era bastante agradable, no me resultó difícil adaptarme a los pedidos y las cuentas en la caja, además mi jefa era muy amable.

Casi a la hora de servir la cena llegaron papá y Bella, me saludaron divertidos cuando me acerqué a tomar su orden.

-Buenas noches, ¿Qué desean beber?- pregunté metida en mi papel.

-Buenas noches señorita- dijo papá divertido- queremos 3 cocacolas por favor y la carta.

-Ahora mismo se la traigo- dije.

-Te sienta bien el delantal Beka- dijo Bella.

-Lo sé- dije sacándole la lengua divertida.

Mi turno ya había terminado, así que nos puse las bebidas para los tres y ayudé a preparar las hamburguesas que cenaríamos antes de unirme a ellos en la mesa.

-¿Qué tal el primer día de trabajo?- me preguntó papá.

-De maravilla- dijo Carla, mi jefa- me alegro de haberla contratado.

-Gracias- le respondí.

Tras la cena volvimos a casa y llamé a Jacob, no sabía nada de él desde hacía un par de días y eso era extraño, según me contó le había dado una pequeña fiebre, pero ya se encontraba mejor, planeamos una salida por el bosque seguramente se unirían alguno de los chicos de la reserva. Hacer planes servía para distraer así que no puse ninguna pega por volver a salir este fin de semana.

Me contó que Embry estaba más raro que de costumbre y había comenzado a salir con el grupo de Sam y se había cortado el pelo como todos ellos, no me gustaba lo que me describía, pero sabía que Sam era un buen chico y tendría sus motivos. Aun así, me guardé mi opinión y simplemente escuché a Jacob, al parecer necesitaba desahogarse.

Se pasó por mi cabeza la idea de ir al prado, ese lugar donde había ido con Edward, pero un lugar bonito y tal vez él no lo conociese.

La semana pasó como un borrón, una rutina que había extrañado, durante la semana Jacob y yo habíamos planeado ir al Prado, no recordaba muy bien cómo llegar pero al parecer él lo tenía todo controlado. El sábado por la mañana conduje hacia la Push para recogerlo e ir hacia el comienzo de la ruta.

Pero cuando llegue a su casa no nos fuimos de inmediato, él había hecho un mapa y lo había dividido en segmentos dónde podría encontrarse la pradera que le había comentado, parecía todo un profesional, mientras Jacob terminaba de dar los últimos retoques al mapa me senté a conversar con Bill, siempre habíamos tenido una buena relación pero estas últimas semanas había mejorado mucho, pensé que tal vez nos llamaría la atención por querida el bosque cuándo los avistamientos de osos eran tan frecuentes, pero parecía tomárselo de otra manera. Papá había insistido en que tuviese cuidado al menos 100 veces, pero Bill nos tomaba el pelo con el asunto.

Mi sol a media noche. (Edward y oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora