Vol. 1. Capítulo 106: Trío (5)

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— ¿Estás despierto? —Lu Tian Chen abrió los ojos. El ligero movimiento de Tang Feng lo despertó; Su disposición hacia la vigilancia no tenía excepción, incluso en la cama.

—Ajá, —Tang Feng respondió con los ojos medio cerrados.

Había bebido tanto la noche anterior que toda su persona lucía apática; Fue hasta el punto de que, incluso, su respuesta carecía de energía.

—Cielos, todavía tengo clase. —Tang Feng se dio una palmada en la cabeza con fuerza y sin darse cuenta, vislumbro el reloj colgado en la pared. El reloj indicó que eran las nueve y cuarto de la mañana y su clase comenzaba a las nueve y media. Tang Feng inmediatamente luchó para salir de la cama.

—Anoche avisé que ibas a estar ausente. —Lu Tian Chen extendió una mano y lo llevó a la cama. Cogido por sorpresa, Tang Feng se derrumbó sobre la suave almohada, su cabeza se volvió aún más mareada con el movimiento.

—Me siento como si 100 elefantes hubieran pisado mi cabeza. Eso, o alguien estuvo bailando encima de ella anoche. —Pellizcando sus cejas, Tang Feng respiró hondo y se volvió para mirar al horno detrás de él. Charles todavía estaba profundamente dormido sin signos de despertarse pronto.

—Ese tipo realmente duerme como un muerto. —Riéndose, Lu Tian Chen se acercó para masajear la frente de Tang Feng. —Acuéstate un poco más, haré que alguien venga con sopa para la resaca.

—No, sólo dame un vaso de agua y déjame dormir hasta el almuerzo.
Estoy bien, solo es un poco de resaca. —Contestó Tang Feng mientras le hacía un gesto para que se fuera.
—Acuéstate o te lo haré ahora mismo. —Lu Tian Chen soltó con calma una línea impactante.

Tang Feng miró con humor al hombre que estaba sentado a su lado. — Presidente Lu, seguro que tiene una forma especial de cuidar a los demás, pero... gracias.

—No necesito palabras de gratitud. Como empresario, lo que quiero, son acciones tangibles. —Levantándose para ponerse los pantalones, Lu Tian Chen se inclinó y bajó la cabeza para besar el ojo de Tang Feng. —Esto es suficiente.

—Entiendo. —Tang Feng asintió mientras sonreía.

Lu Tian Chen preguntó con curiosidad, — ¿Qué entiendes?

—Cómo tú y Charles se diferencian el uno del otro. —Tang Feng se incorporó y se apoyó en su almohada. Inclinó la cabeza para mirar a Charles. Tang Feng lo había pateado antes, pero el hombre ahora estaba de vuelta abrazando el muslo de Tang Feng mientras roncaba.

— ¿Oh? ¿Cómo me diferencio de él? —Lu Tian Chen se rio entre dientes. Caminó hacia el bar en la habitación y se sirvió un vaso de agua, pero luego lo reconsideró por un momento y lo cambió por un vaso de jugo.

Tang Feng extendió las manos y se encogió de hombros. —Justo como
eso.

Lu Tian Chen regresó con una sonrisa y le entregó el jugo a Tang Feng.
—Realmente tienes agallas. ¿No temías que Charles y yo te hiciéramos algo mientras estabas ebrio?

—Oh, si tú estás aquí, entonces no pasara nada. —Una voz apagada vino de la taza, Tang Feng hablaba mientras bebía el frío jugo fresco.

Una luz brilló a través de los ojos entrecerrados de Lu Tian Chen mientras se paraba a un lado. Con una sonrisa, le preguntó, — ¿Qué base tienes para tal pensamiento?

Tang Feng lanzó una mirada al dios del sueño, Charles, antes de girarse para fijar su mirada en Lu Tian Chen. —Porque eres Lu Tian Chen, no Charles. —Tang Feng miró alrededor de la habitación. —Además, creo que no he dicho nada malo. —Los tres habían pasado la noche a salvo en la misma cama sin que ocurriera nada desagradable.

Lu Tian Chen se quedó en silencio por un rato. Miró fijamente al hombre que estaba bebiendo del vaso en sus manos. Cuando Tang Feng terminó todo el jugo, Lu Tian Chen extendió la mano y tomó el vaso del actor. Mientras se daba la vuelta, Lu Tian Chen dijo suavemente, —No soy racional en todo momento. Puede que sea un hombre de negocios, pero recuerda que también soy hombre.

Lu Tian Chen salió de la habitación. Tang Feng apartó al todavía dormido Charles y fue al baño. Por supuesto, sabía que Lu Tian Chen era hombre, pero este último actuó como hombre de negocios durante la mayoría del tiempo.

La mitad de lo que le había dicho a Lu Tian Chen era cierto, mientras que la otra mitad era intencional.


El Rey De La Pantalla De Cine (Vol 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora