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Bang Chan, dieciocho años,  nacionalidad australiana, era lo que tenía escrito la enfermera en el registro del chico que reposaba sobre la camilla con un par de tapones en la nariz y una bandita de koalas que cubría un pequeño golpe en su frente. Jeongin se sentía culpable por el estado en el que el chico se encontraba dentro de esa enfermería, había perdido su evaluación y las ganas de ir al baño quedaron en el olvido al momento en que la enfermera le encargó hacerle compañía a la víctima para verificar que todo estuviera bien.

Después de veinte minutos de estar acompañando a la víctima, ambos chicos se encontraban saliendo de la enfermería para dirigirse cada uno a sus respectivos salones, Jeongin caminaba con su mirada pegada al suelo evitando así posarla en su accidentado compañero de instituto que observaba al intranquilo menor por el rabillo del ojo. Una vez llegaron al salón de música, éste estaba cerrado y una suave melodía provocada por un violín provenía desde el interior, de seguro alguno de los compañeros del menor estaba rindiendo su evaluación y él no podía interrumpir el momento ya que afectaría su calificación y la del chico en cuestión.

Chan quien había permanecido cerca del menor, observaba curiosamente como las manos del chico temblaban paulatinamente debido a los nervios que sentía al mirar fijamente la puerta cerrada del salón de música, supuso gracias a aquella acción que el castaño se había perdido su hora de taller libre y de seguro alguna evaluación que tendría agendada para hoy. Sintiéndose algo apenado por el chico, decidió hablarle para distraerlo de los nervios pero se arrepintió cuando éste suspiró silenciosamente antes de dar tres suaves golpecitos en la puerta de madera pidiendo con sumo respeto el permiso para entrar, a los segundos la cabeza del profesor Tuan apareció por el umbral con un gesto de curiosidad cuando vio el pequeño cuerpo del castaño fuera del salón.

──¿Tiene alguna explicación para su retraso a la evaluación de hoy, señor Yang?.── el chico asintió algo temeroso.── Entonces, explíqueme el porqué de su descarado retraso a tan importante clase como la de hoy.

──Profesor Tuan, lamento el retraso pero antes de iniciar su clase necesitaba ir al baño por una urgencia y ocurrió un leve accidente por mi culpa.── Tuan escaneó al menor de pies a cabeza buscando algún signo de mentira en su excusa.── Mi compañero Bang Chan salió lastimado gracias a mi imprudencia al abrir la puerta y tuve que hacerme responsable de mis actos llevándolo a la enfermería para que curaran sus heridas.

──¿Eso es cierto, señor Yang?.── el chico asintió, Mark acomodó sus anteojos que colgaban en el puente de su nariz.── ¿Y dónde está su pase de enfermería?.

──Aquí profesor.── el rubio lastimado extendió un papel al profesor, éste lo tomó para verificar si era verdadero.── La enfermera sólo me dio uno a mí pero nos servirá a los dos para justificar el atraso.

──Ahora que comprendí lo que sucedió, puede entrar a mi clase señor Yang pero deberá rendir su evaluación la próxima semana.── el chico asintió haciendo una leve reverencia en forma de agradecimiento, el profesor le devolvió el papel al rubio.── Le recomiendo al señor Bang que regrese inmediatamente a su clase con el maestro Wang para evitar más problemas.

──Lo haré de inmediato.── Chan se reverenció ante el mayor despidiéndose.── Que tenga buena tarde profesor Tuan.

──Igualmente señor Bang.── el chico asintió y caminó rápidamente por el pasillo para volver a su clase, Jeongin se movió ligeramente para entrar al salón pero Tuan se lo impidió.── Pobre chico, su nariz se veía tan lastimada. Vaya accidente que provocó señor Yang.

El menor se reverenció una vez más pidiendo disculpas y entró al salón antes de que Tuan se lo impidiera otra vez, ni siquiera alcanzó a llegar a su asiento cuando el mayor lo interrumpió con un carraspeo de garganta llamando su atención sutilmente para comenzar a hablar en voz baja intentando así que los demás no escucharan.