31

1.4K 143 61
                                    

La primera en salir del auto fue la pequeña Perla, seguida de Ivadog y por último la elegante Mika quien fue llevada en brazos de su dueño, gustosa del servicio ronroneo para el ruso quien satisfecho la puso con cuidado dentro de la casa del gallego, mientras las mascotas exploraban el nuevo área en donde se encontraban, sus dueños se ponían al día con las nuevas noticias que iban y venían

⎯  Que Emilio que?! ⎯ 

⎯  Tal como lo escuchaste ⎯  respondía tranquilamente el pelinegro al observar la sorpresa que se llevo Horacio al escuchar lo que Emilio, el estudiante de intercambio, iba a hacer con su vida junto a su primo Pablito ⎯  Van a ser sicarios ⎯ 

⎯  Increíble... ⎯  Gustabo bajo la cabeza pensativo posando una mano en su barbilla y su mirada desviandose al suelo

⎯  Increíble?! ⎯  solto una risa sarcástica el peliazul para después cruzarse de brazos ⎯  Estas de coña? ⎯ 

⎯  Vamos, no te alteres gilipollas, que lo estoy diciendo en broma ⎯  lo dicho hizo sacar un suspiro al peliazul quien seguía un poco preocupado ⎯  Sólo me dijo que iba a abrir un negocio, quizás venderá tacos ⎯ 

⎯  Yo le compraría! ⎯  dijo animadamente el gallego haciendo que los presentes soltaran una leve risa ⎯  En fin, tienen hambre? Puedo preparar algo junto a mi primo, después podemos salir y jugar con los animales, junto a mi cabra... ⎯ 

⎯  Segis ⎯  lo llamo el ruso haciendo que las ilusiones del gallego pararán por un segundo pues su imaginación no tenía límites ⎯  Algo para comer estará bien ⎯ 

⎯  Perfecto! Creo que puedo hacer algo para todos, mi primo debe comer así que creo que yo no come... ⎯ 

⎯  Sólo ve ⎯  ordenó el pelinegro agravando su voz

⎯  Vale, Iré a llamar a Rogelio ⎯ 

El gallego se levantó con una sonrisa de su lugar dirigiéndose a donde se encontraba su primo, este estaba alimentando a una de sus cabras a las afueras de la casa, comenzaron lavando una que otra verdura para después cortarla en pedacitos haciendo una ensalada, junto a Segismundo la imaginación no paraba, no tenía que, al momento de cocinar el podia ser el chef más famoso del mundo o al momento de alimentar a sus animales se sentia un pequeño granjero, le gustaba estar a las afueras de la ciudad con su cálido silencio, despertarse por la mañana y al abrir los ojos encontrarse con el hermoso paisaje del verde pasto moviéndose por la brisa del amanecer

⎯  Segis~ ⎯  llamo una voz escurridiza que ya se encontraba detrás de el, pues al estar tan metido en sus pensamientos no noto que alguien se encontraba a su lado ⎯  Puedo ayudar...?⎯ 

⎯  Puedes hacer aquello ⎯  señaló una tabla con verduras picadas casi listas para servirse ⎯  Las pones en un tazón, un poco de sal, pimienta y ese condimento de allí ⎯  señaló un pequeño frasco que se encontraba en un estante ⎯  No recuerdo como se llamaba... era Laurens? Lauren? ⎯ 

⎯  Laurel ⎯  corrigió el peliazul con una leve risa quien ya estaba haciendo lo que el gallego le había pedido ⎯  Por cierto, nos quedaremos unos cuantos días, no hay problema...? ⎯ 

⎯  Para nada, Sólo debes procurar mantener la casa en orden ⎯ 

⎯  Por que lo dices? ⎯ 

⎯  Bueno, quieres que Perla, Ivadog y Mika duerman afuera? ⎯  pregunto enarcando una ceja a lo que Horacio negó con la cabeza, el cariño que le tenía a su mascota era demasiado y no podia solo dejarla que duerma con frío a las afueras ⎯  Sólo esa es mi condición, de allí puedes quedarte el tiempo que quieras ⎯ 

✿ Miradas escondidas † Gustacio ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora