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⎯  Quien coño...? Volkov..? ⎯

El peliazul al principio se encontraba sorprendido al tener al ruso delante pues este no lo visitaba cuando el rubio se encontraba en casa, se preocupó al observar mejor el rostro del contrario, pudo notar como sangraba en algunas partes, se abrazaba a si mismo y su mirada era perdida, se notaba débil y su cuerpo temblaba levemente

⎯  Volkov que cojones te paso?! ⎯  decía el ojiverde pasando el algodón húmedo de alcohol por el labio del nombrado ⎯  puedes por favor hablar?! ⎯

El ruso aún se encontraba abrazandose a si mismo buscando algo de calor pues al estar a las afueras, el frío se había apoderado de su cuerpo, y aún que se encontrara en el cálido hogar de su amigo no le era suficiente

⎯  Agh! ⎯  solto un quejido al sentir el ardor en sus labios ⎯  Horacio duele...⎯

⎯  No me importa ⎯  dijo enojado por no obtener respuesta a su pregunta ⎯  acaso te peleaste con alguien? Que hay de Conway? El sabe que estas aquí?⎯

⎯  No lo sabe...⎯  llevo ambas manos a la mano del peliazul alejandola sutilmente de su labio dejando que el algodón goteara algo de alcohol⎯  me... pelee con el ⎯

⎯  llegando a los golpes? ⎯  se solto del agarre para empezar a guardar las cosas que había utilizado para curar al ruso, aún que en verdad no se sorprendía pues conociendo el carácter del pelinegro si que podían llegar a los golpes, pero Volkov era más de diálogo así que quería saber el contexto, cual fue el punto en el que se desató el ojiazul, llegando así a los golpes ⎯  Por que llegaron a golpearse mutuamente? ⎯

El silencio reino en aquella sala en la que solo se encontraban ellos dos pues el rubio ya se encontraba descansando, el peliazul ladeo su cabeza al no recibir respuesta alguna observando como el ruso desviaba su mirada y mordia su labio reteniendo algunas lagrimas que asomaban por sus ojos

⎯  No quieres hablar, Vale, pero si quieres llorar aquí estoy, no te juzgare... ⎯  suavizo su voz mostrando una sonrisa sincera logrando que el ojiazul escondiera su cabeza en el pecho del ojiverde, sacando otra vez sus lagrimas, cuantas veces ya había llorado, y aún así tenía más para desahogar, para dejar salir, su herida aún no estaba curada, si lloraba se sentia débil, se sentia inútil al no poder detener esas lagrimas que solo salían, salían por si solas

Por un tiempo estuvo aislado, como Horacio, en cambio este pudo retomar su ánimo teniendo una mascota, Volkov no era así, el se aisló de todos a excepción de Horacio, el es su rayo de luz, en la única persona en que puede confiar, Segismundo al estar lejos no es que pueda hacer mucho, aún así se escribían o llegaban a escuchar su voz por llamada, no era suficiente

⎯  Espera un momento, Si Gustabo...

⎯  Gustabo esta dormido, tranquilo...⎯  empezó a acariciar los grices cabellos recostandose en el sofá dejando que el ruso quedara encima suyo aún con su rostro escondido ⎯  Lo entenderá... ⎯

⎯  Puedo... ⎯  alzo su rostro levemente sonrojado desviando la mirada de inmediato ⎯  Puedo dormir aquí...? ⎯

⎯  Claro... ⎯

⎯  Contigo...?⎯  conectó su mirada con los orbes verdes del peliazul observando su leve sonrojo y sorpresa

Hace mucho que no sentía esas mariposas dentro de el, que volaban en tu interior y hacían que sientas cosquillas, eso sucedía al ver a Horacio, al estar cerca de el, al sentirlo, al amarlo... Pero al dejar salir sus sentimientos todas las mariposas desaparecieron, no volvió a sentir su aleteo, no volvió a sentir tales cosquillas que siempre las tenía presente, ahora que lo tenía delante, que lo tenía cerca, volvían a aparecer, volvían a aletear y esos sentimientos salían a la luz, esos pensamientos indebidos vuelven a estar presentes y sus ganas de probar sus labios no desaparecen, de abrazarlo, estar con el, consolarlo en sus tristezas, observar que el motivo de su sonrisa... sea el

⎯  Volkov... no se si... ⎯

⎯  Sólo por esta vez... Como cuando éramos niños ⎯  en ambos rostros se reflejaba la melancolía, los recuerdos no tardaron en aparecer y unas sonrisas llenas de tristeza se mostraron ⎯  Por qué no podemos ser nosotros mismos como fuimos ayer... ⎯  susurro para si mismo el ruso

⎯  Bien, pero no hagas ruido ⎯  llevo su dedo índice a su labio en señal de hacer silencio ⎯  No quiero malentendidos ⎯

Ambos rieron en lo bajo poniéndose de pie para dirigirse a la habitación del peliazul, al estar ambos en cama siendo calentados por las sabanas se dispusieron a descansar sin pensar en como reaccionariá el rubio si los llegase a encontrar así

el ruso dejo salir un suspiro algo agitado observando el rostro del peliazul, llevo su mano al cuerpo del dormido haciendo que Horacio abra los ojos y encontrará al ojiazul encogido en su lugar

⎯  Pasa algo? ⎯  decía adormilado ⎯

⎯  Perdón, no te quise despertar ⎯  susurro para ambos jugando con sus dedos ⎯  Sólo que no tengo sueño... ⎯

Al estar mintiendo mordió su labio sintiendo la sangre que salía de este, solo lo despertó por que quería aprovechar el mayor tiempo con el, pues seguramente se volvería a encerrar y solo escucharía su voz por llamada, no volvería a estar a su lado por que el rubio "estorba" a su parecer, nunca logró entender que ve Horacio en el, es egoísta, irritable, molesto, manipulador, psicópata, rata, hijo de puta, hijo de una prostituta que nunca logrará nada en esta vida y solo esta robando oxígeno

Volkov al calmar esos pensamientos profundos que tenía sobre el rubio volvió en sí observando como el peliazul volvía a dormirse removiendo su cuerpo con frustración en su mirar, sabía que solo eran sus pensamientos quienes lo estaban atormentando otra vez, no podia hacer nada por pararlos, solo observar como cada vez aumentaban y carcomian poco a poco la mente de su amigo, sabía que a el también le pasaba eso y al despertarse solo sentia su respiración entre cortada, su rostro húmedo y su labio sangrando, posiblemente por que se lo mordia mientras dormía pero no se preocupaba por eso, no era el momento, Horacio era ahora su principal preocupación pues al ver debajo de sus mangas mientras este dormía...

✿ Miradas escondidas † Gustacio ❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora