Maybe♡KabuSaku♡

Tercer pecado

Sakura esperó sentada sobre la cama en la que había despertado sin poder tranquilizarse, la situación no le gustaba para nada pero esperaba que mejorara. Privada de su chakra y encerrada en una habitación en un lugar desconocido no lo calificaría como algo placentero, sin embargo quería mantenerse positiva y que cuando quien fuera la persona a cargo de este lugar hablara con ella, la dejara ir.

El niño regresó después de lo que ella consideró un buen rato. En sus manos traía una charola con lo que parecería ser comida. Nada magnífico  o fuera de lo común. Solo era té y arroz con un trozo de carne.

"Creí que traerías a una persona." Anuncia su desilusión en voz alta enderezando su espalda, fulminandolo con la mirada.

"Tienes que comer primero." Habla como si estuviera lleno de sabiduría, cosa que ella no encuentra cómico en el momento. El niño camina a su lado y deja la bandeja sobre la mesita de noche para después retomar su asiento en la silla cerca de la cama.

"Gracias pero de verdad necesito regresar a mi aldea. Comenzarán a buscarme y no quiero meterte en problemas." Comenta haciendolo sonar como una amenaza pero el pelinegro solo devuelve una sonrisa ladina.

"Come que mi maestro vendrá pronto."— El semblante de la fémina cambió en cuestión de segundos, y un poco más relajada comenzó a comer con lentitud, tomando la bandeja para ponerla sobre sus piernas.—"Eres de Konoha ¿no es así?"— los ojos de Sakura se posan sobre él mientras mastica, no contesta pero se limita a asentir con la mirada.—"Hay clanes fuertes allí...Hyuga...Uchiha."— comenta haciendo que sus ojos jade se vuelvan filosos ante la mención de aquel apellido. El niño al notarlo no sigue hablando, tan solo baja la mirada y espera en silencio a que Kabuto decida hacer su aparición.

Cuando fue a avisarle que la chica había despertado pudo ver cierta chispa en sus ojos, sin embargo no quiso verla, al menos no inmediatamente. Le ordenó llevarle una porción de comida mientras que él pensaba en las respuestas que daría cuando sus preguntas comenzaran.

Kabuto echó la cabeza hacia atrás y miro el techo por varios segundos sintiendose... culpable. Pero sabía que no podía permitirse aquel lujo, nunca podría. Él ya era un ser corrupto, codicioso, con deseos de poseerlo todo , tan solo tenía que esperar a que alguien se encargara de Orochimaru para poder escalar en la cadena alimenticia y después... ¿que hay en el después? ¿Poder? ¿Victoria?  ¿riqueza?.... ¿Que es lo que Kabuto quiere?.

Con la cabeza hecha un desastre por su súbita crisis existencial decide comenzar a caminar a donde la kunoichi intentando procesar su propia pregunta. Lo tiene todo ¿no es así? Debería estar feliz de tener su propia guarida, de tener toda la confianza de Orochimaru en su persona, de tener todo el poder y recursos que posee al momento. Aun así algo falta es incapaz de descifrar lo que su cerebro le está diciendo ¿o tal vez su corazón?

Antes de abrir la puerta él se detiene por varios segundos sintiéndose extraño, como si sentimientos olvidados comenzaban a escalar desde las penumbras de su memoria. Queriendo que todo esto parase, abre la puerta y la ve sobre la cama con el vaso de té en manos mientras platica con Gyo manteniendo su rostro serio.

Definitivamente había crecido desde la última vez que la vio en la arena de los exámenes chunnin. Había mantenido su cabello largo, lo dejó crecer. Aun así se veía atractiva y no cambiaba lo que pensó de ella la primera vez que la vio: una chica linda.

El vaso de té cae de sus manos en cuanto sus ojos hacen contacto, su labio inferior tiembla y sus ojos brillan a causa de lo abiertos que están. Se nota que no sabe como actuar por que no se mueve pero parece estar analizando la situación. Gyo voltea a ver hacia la puerta y sonríe en cuanto mira al de cabello gris.

"Oh, mi maestro está aquí."anuncia levantándose de la silla y caminando hasta el traidor.

"Gracias, puedes dejarnos solos." El pelinegro asiente y sale de la habitación cerrando la puerta tras de él dejando a Sakura y Kabuto solos en la habitación. Ella no se mueve pero su ceño comienza a fruncirse haciendo notar su incomodidad, el ninja comienza a dar lentos pasos hacia ella pero ella se levanta de la cama y hace sus manos puños lista para atacar de ser necesario.

"Kabuto." Susurra con cautela, sacándole una sonrisa al chico al momento de escuchar su nombre salir de los labios de la kunoichi.

"Sakura, tiempo sin verte." Saluda sentándose sobre la silla en la que Gyo estuvo hasta hace un minuto.

"¿Qué haces aquí?"

"Manejo este lugar. ¿No Escuchaste al niño? Soy su maestro."

"Tú... nos traicionaste. A Konoha, a nosotros. Durante nuestro tiempo en el bosque confíe en ti y al final tú..." no puede terminar por que se lanza a él levantándo su puño. Kabuto concentra chakra en sus pies para aferrarse al suelo y fácilmente atrapa la muñeca de Sakura antes de que logre golpearlo. Al ser detenida utiliza su otro puño pero el de cabello platinado repite el proceso. De un giro de cadera Kabuto lanza su peso sobre ella y hace que caiga sobre la cama con el peso del ninja encima de ella. Protesta, e intenta soltarse, es fuerte pero sin su chakra no puede defenderse. El rostro de Kabuto está a centímetros del de ella y no para de mirarla con ojos fríos pero llenos de sentimiento, cosa que le hace preguntarse ¿cual sentimiento?

"Son cosas que tuve que hacer." Se defiende sintiéndose extraño por tal cercanía. Por tener el cuerpo de ella de ese modo tan... a su disposicon. Inmediatamente niega con la cabeza y desvía la mirada lejos de sus ojos.

"¿Y por que sigo aquí? ¿Es algo que debes de hacer?" Prorrumpe enojada.

"Sabes de mi guarida. No puedo dejar que regreses con tal información." Esa frase hace que una electricidad fría e indescriptible la recorra por todo el cuerpo. Ella niega con la cabeza e intenta soltarse poniendo más fuerza e ímpetu. Al final Kabuto la suelta y se aparta de ella yendo a la puerta de su habitación.

"No puedes mantenerme aquí encerrada." Chilla al verlo marchar.

"¿Oh si? Mírame." Finaliza cerrando la puerta detrás de él con su corazón latiendo como loco, siendo lo único que puede escuchar justo en sus oidos..