CAPÍTULO I

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Volteó su mirada hacia los ruidos de golpes secos

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Volteó su mirada hacia los ruidos de golpes secos. Se percató por el aroma que un grupo de tres alfas, hacían alboroto mientras golpeaban a un omega que yacía en el suelo, en posición fetal, quejándose en voz baja e intentando cubrir su rostro lo más que podía.

Resopló molesto. La verdad es que él no se creía un alfa héroe ni nada parecido, pero odiaba con el alma ese tipo de injusticias. Peleas en un mano a mano estaban bien, pero abusar así de un omega que estaba solo era despreciable. Además, se veía de lejos que aquellos alfas tenían otras intenciones además de golpearlo.

Se tronó los dedos de las manos antes de tomar el cuello de la camisa de un alfa y jalarlo hacia atrás con fuerza, logrando que cayera desconcertado.

Los otros dos que seguían en su ardua tarea, se detuvieron al escuchar como un alfa de su grupo soltó un alarido de dolor por el golpe seco contra el cemento.

Otro de los alfas se lanzó a golpear al nuevo alfa en el lugar, pero la experiencia en combate mano a mano de este, permitió que no demorara ni tres segundos en dejar al alfa quejándose en el suelo.

Tardó menos de cinco minutos en que los tres patanes salieran del callejón corriendo para no volver a ser golpeados. Instintivamente se acercó al omega que, a duras penas, intentaba levantarse del suelo.

Se puso en cuclillas frente a él y observó su rostro magullado, no pudo evitar sentir algo de lástima. Definitivamente estaba dolorido y bien sabía el alfa que el omega tardaría días en recomponerse.

Bufó otra vez y se reprendió mentalmente por lo que iba a hacer. Le dio la espalda al omega sin levantarse de su posición y carraspeó un poco antes de hablar.

- Súbete, te llevaré a mi casa para revisar esas heridas - ofreció más bien en tono de orden

Sin poder negarse a aquel ofrecimiento y, quejándose lo menos posible, se acomodó en la espalda del alfa que esa noche fue su héroe.

Dejó caer sus brazos alrededor del cuello del alfa y, a pesar del dolor, intentó relajarse ahí, percibiendo el aroma que el contrario desprendía.

Se sintió seguro y, sin darse cuenta, se quedó dormido al poco andar. Sólo volvió a recobrar el conocimiento cuando sintió algo frío pasar por su rostro. Abrió los ojos lento y tranquilo, el aroma del alfa seguía tranquilizándole.

- Estoy limpiando tu rostro - avisó como si el omega no lo hubiese notado ya - aún no reviso las heridas en tu cuerpo, estaba esperando a que despertaras - dijo

El omega carraspeó e intentó sentarse, aunque un agudo dolor en su abdomen se lo impidió. Apretó sus ojos e intentó regular su respiración.

- Esto es una mierda - se quejó bajito, como si el alfa no se diera cuenta de cuánto le dolía

- Ven, te ayudaré - ofreció el más alto otra vez, tomándolo del brazo y afirmando su espalda para que lograra sentarse sin tanta dificultad.

Cuando el omega por fin pudo sentarse y ver el lugar donde se encontraba, no pudo evitar maravillarse de cómo todo el sitio olía al alfa y solo a él. Por su cabeza, solo rondaba la interrogante de saber si el alfa tenía pareja, no sabía por qué, pero jamás en sus 27 años se había sentido tan atraído por un alfa como en ese momento.

Opposites - Kookgi +18 (Omegaverse)Where stories live. Discover now