Acuerdo Pre-Nupcial

Capítulo VIII

En cuanto se enteró de quien era su prometido, Candy sintió que la tierra se abría y se la tragaba. Jamás se le cruzó por la cabeza que algo así podía suceder. Aquello era una cruel pesadilla, una vil treta del destino que una vez mas la golpeaba sin piedad alguna.

La sonrisa de triunfo en los labios de Elisa fue como una daga incrustada en lo mas profundo de su corazón que amenazaba por desangrarse a causa del infinito dolor que sentía.

Subió a su habitación, seguida por Annie. Se lanzó a la cama y comenzó a llorar su desgracia hasta que no le quedó una sola lágrima por derramar. Tras limpiar su rostro, se puso de pie y comenzó a caminar de un extremo a otro dentro de su habitación. Su preocupación iba mas allá de lo que nadie se podía imaginar.

Pensaba en la reacción que tendría Terry cuando se enterara de todo aquello sin contar con lo que pudiera hacer Albert quien salió hecho una furia en dirección a la casa Grantchester en cuanto se enteró de lo que había sucedido. Era la primera vez en los año que tenía de conocerlo que lo veía tan furioso.

—Candy debes calmarte, no ganas nada poniéndote así —reconvino Annie.

—Annie como puedes pedirme eso, después de la forma como Albert se marchó sin contar con la reacción que tendrá Terry cuando se entere que su propio padre quien ahora se encuentra muy delicado de salud, ha hecho un acuerdo Pre Nupcial para que yo me case con su otro hijo

—¿Tanto odio le tine el Duque de Grantchester a Terry por haberse marchado a America a conquistar su sueño, como para hacerle algo tan cruel antes de dejar este mundo?, mira que comprometer a un hijo con la mujer que su otro hijo ama, eso si que es una crueldad, no puedo asimilarlo —dijo Annie sentándose en la cama —¿tan resentido está?.

—Que quieres que te diga —respondió Candy sentándose a su lado —yo estoy igual o mas sorprendida que tu, jamás imaginé que fuera capaz de hacer algo tan atroz, sobre todo porque la última vez que hablamos lo sentí realmete arrepentido por la forma como había tratado a Terry todos los años que vivió con él, además dijo que no haría nada para hacerlo volver, que lo dejaría ir por el camino que había elegido seguir.

—¿Hablaste con el Duque?

—Lo hice el día que Terry se hizo expulsar y se marchó de colegio para salvarme

—Vaya, eso si que no me lo esperaba.

—¿Entiendes ahora mi confusión?

—Si

—Annie, esto complicará la relación entre padre e hijo, el Duque está muy delicado de salud y un enfrentamiento con Terry podría causarle la muerte.

—Me parece increíble que estes preocupada por la relación entre ambos cuando tu futuro está en manos de ese joven arrogante y su odiosa madre.

—Tambien eso me preocupa Annie, había decidido no firmar nada, pero tras escuchar las amenazas de ese muchacho de destruir a los Ardley si no firmo, ahora no sé que hacer, por una parte, está mi felicidad con Terry y por otra la felicidad y estabilidad de todos ustedes.

—No firmes nada Candy —dijo Terry ingresando a la habitación por la ventana.

—Terry —Dijo Candy corriendo a sus brazos

—Los Ardley estan bien financieramente.

—¿Como lo sabes? —preguntó la rubia confundida.

—Todo esto fue un plan de mi padre para hacerme regresar a Inglaterra.

—Pe.. pero y su enferdad —balbuceó Candy sin comprender nada.

—Tambien fue una farsa, mi padre quiso darnos en empujoncito para que tu y yo terminaramos casados, convenció a Albert de unirse a su plan, pero al parecer mi madrastra y su hijo se enteraron de su plan y a espaldas de mi padre falsificaron el documento que el apoderado legal de mi padre redactó —Terry la miró y sonrió —este es el documento —lo extendió frente a ella —y no necesitas firmalo, no necesitamos de esto para que te cases conmigo, se lo irresitible que soy —dijo sonriendo de manera arrogante mientras alzaba los documentos que sostenía y los hizo añicos. —ya está —le guiñó un ojo y para sorpresa de Candy, se apoyó en una de sus rodillas —señorita Candice White Ardley, aceptaría casarse con este modesto hombre.