Capítulo II

1.8K 183 45
                                    

Candy sintió problemas para tragar su propia saliva. El porte aristócrata del hombre frente a ella y la profundidad de su mirada le hicieron recordar al causante de su turbación.

—¿Se siente bien milady? —le preguntó Terry con voz fingida acercándose a ella.

—Si, gracias por preguntar —respondió la rubia dando un paso atras. Los latidos de su corazón y su respiración  se aceleraron. No comprendía la razón ni la cuasa, pero era un hecho; se sujetó del barandal del barco al sentir que el suelos se movía bajo sus pies, y  no precisamente por el movimiento del barco sino porque estaba a punto de desmayarse.

—Es evidente que no lo está milady —le dijo Terry sujetándola por la cintura provocando que la joven rubia sintiera una fuerte descarga eléctrica en todo su cuerpo.

<<Oh Dios! , si este es el calor que los condenados sienten en las profundidades del Infierno, me declaro merecedor de tan grande castigo>> —dijo Terry para si. La sensacion que sintió al tener el cuerpo de Candy pegado al suyo era indescriptible. 

<<Cuantas veces soñé, aún despierto por vivir un momento asi? Solia apartarme de mis compañeros, en busca de un lugar privado en donde poder echar a andar mi Imaginacion, y la sensación que sentía entonces es nada comparada a la que me inunda en estos momentos. Sentir su cuerpo tembar bajo mi sutil toque está desquiciandome. Debo recuperar el auto control que he perdido, no puedo poner en evidencia mi corazón hasta no estar seguro que ella es libre>> —decía para si mismo.

Como el actor que era, se las arregló para imaginar que ese momento, era una escena de teatro. Cerró los ojos y se obligó a controlar los desenfrenados latidos de su pobre corazón.

—Si yo fuera su esposo, no permitiría que diambulara sola a estas horas de la noche milady  —dijo el castaño apartándose un poco.

—No soy casada —respondió Candy titubeante.

—Es extraño que una señorita tan bella como usted, no lo esté —la observó detenidamente en espera de su respuesta. —Imagino que está usted comprometida ¿o me equivoco?—dijo al ver que Candy prefirió guardar silencio.

—Se equivo usted de nuevo, ni estoy casada, ni tampoco comprometida, ahora si me disculpa —dijo la joven abrazándose  a si misma —debo regresar al salon de baile, me he ausentado demasiado tiempo y a estas alturas mi familia debe estar muy preocupada por mi —se giró dispuesta a marcharse cuando de pronto sintió que un fuerte brazo se lo impedía.

Aquellas eran las respuestas que él esperaba escuchar para revelarse a ella.

—No has cambiado Pecosa —dijo Terry con su verdadera voz al tiempo que removía el antifaz que mantenía parte de su rostro cubierto. —Bueno... si lo has hecho, ahora eres toda una mujer de lo mas hermosa.

Candy se giró. Había imaginado esa escena muchas veces, incluso hacía unos minutos atrás , se imaginó bailando con él y estaban a punto de besarse cuando los aplausos de lo presentes la trajeron a la realidad, asi que, no le extrañaría que eso fuera producto de su imaginación .

Parpadeó varias veces —<<es mi imaginación >>—se repitió a si misma al tiempo que cubría su rostro con ambas manos. Poco a poco, deslizó sus manos y lentamente abrió sus ojos.

—Te —rry —balbuceó. Él está allí , frente a ella. No era solo su voz, era tambien su rostro, el cual ahora lucía mas maduro y mucho mas apuesto del que ella recordaba. Extendió una de sus manos para estar cien por ciento segura que era real y no un espejismo.

Las palabras de Annie resonaron en su mente, al tiempo que gruesas lágrimas brotaban de sus preciosos ojos verdes al comprobar que era él, tras tocar su rostro. Él estaba allí, frente a ella.

Acuerdo Pre-NupcialWhere stories live. Discover now