Crepa es mi OC más querido, así que decidí volverla la protagonista de mi fictober de este año. Originalmente ella es una híbrida (mitad ángel/mitad demonio), hija de Zira y Crowley (protagonistas de Good Omens); en cada capítulo de este fictober le...
Para las personas pájaro que habitaban en Londres, el clima nublado no era ningún problema. Simplemente volaban más allá de las nubes, ya fuera camino al trabajo o la escuela, o simplemente por diversión, y de ese modo gozaban de los mejores rayos de sol.
Crepa Crowley Fell se levantaba y agradecía todos los días por haber nacido con alas; era una bendición el poder despegarse de la tierra y sus problemas y levantar vuelo a placer, como si fuera un ave silvestre. Como la mayoría de personas pájaro, residía en un alto rascacielos del centro que hubiera causado vértigo a otras personas. Su gente prefería vivir lo más alto posible siempre, por lo que al mudarse sola eligió el edificio de mayor altura y rentó un departamento en el último piso.
Todas las mañanas abría la ventana y daba un vuelo matutino tonificante, antes de volver a desayunar y salir rumbo al trabajo. Irónicamente para alguien de su especie trabajaba en un vivero llamado Árbol del Paraíso, atendido por un señor de mediana edad llamado Crowley. Ella quería mucho a su jefe y al esposo de éste, Aziraphale, y además le gustaba cuidar de las plantas y las flores.
-Entonces, ¿es por eso que trabajas para ese par?- cuestionó Nina, su compañera de clases de la universidad. Nina también era una chica pájaro orgullosa de su raza, quizás un poco demasiado, por lo que no terminaba de entender a Crepa cuando le decía que estar en tierra firme no era tan malo.
-Por eso y otras cosas. Nina, sabes que amo volar y ser libre, pero también soy realista. Preciso dinero para pagar mis estudios, y el señor Crowley me paga un buen sueldo. Además de eso, él y su esposo me tratan muy bien. ¿Por qué habría de dejar ese empleo?
-No lo sé. Quizás podrías trabajar para alguien... más como nosotros. No quiero ofender a nadie, no vayas a pensar que tengo problemas de raza, pero...
-Si no los tienes es mejor que no sigas por ahí- la frenó Crepa con serenidad.- El señor Crowley y el señor Zira son un demonio y un ángel, sí, y su hijo Neil es un híbrido, sí, y eso no los hace inferiores ni superiores a nosotros.
Nina pareció algo abochornada, por lo que solo asintió con la cabeza y volvió a sus libros. Que el cielo la librara de discriminar, no era el tipo de chica que hacía esas cosas, pero... ¿por qué Crepa había aceptado trabajar en un vivero si era lo bastante inteligente como para obtener un puesto mucho más importante? Muy a su pesar y sintiéndose una intrusa, la siguió a la salida de las clases.
Crepa tenía enormes alas de plumas rosas, y volaba con tal elegancia y rapidez que le costó un poco seguirla sin llamar su atención. Cuando aterrizó cerca del vivero, ella aleteó con discreción junto a los ventanales de cristal y observó dentro.
-¡Ah, Crepa, bienvenida! Que bonita estás hoy- la elogió un joven con alas negras y halo de ángel. Incluso a través de la ventana Nina pudo ver claramente el sonrojo de su amiga.
-Hola, Neil... ¿cómo te va?
-Todo estupendo, gracias. Oye, mis papás tuvieron que encargarse de algunos trámites, así que no podrán venir hoy. ¿Te molesta que seamos solo tú y yo?
-¡Noooo... para nada! Me encanta trabajar contigo, no será ningún problema...
"Oh... puede que... ahora entienda por qué este empleo le gusta tanto" pensó Nina, también ella un poco sonrojada al haber espiado tan tierna escena. Con la misma discreción que había llegado se alejó del Árbol del Paraíso, y se prometió que de ahí en más no volvería a cuestionar a su amiga en nada. Los pájaros como ella debían vivir en libertad, ¿no? Y elegir trabajar en compañía de quien te despertaba una sonrisa tan cálida sin duda era algo muy libre.
