Capítulo 15

Depuis le début
                                    

—Bueno, ya estás lista para ir a la cama. ¿Por qué no te quedas aquí esta noche?

—Oh, uh —El más leve rubor cubre las mejillas de Josie. Parece que la ha cogido con la guardia baja—. Puedo esperar en la biblioteca o algo así, no tienes que...

—Jo, vamos. Como si fuera a dejarte sentada en alguna sucia biblioteca hasta la medianoche. Sólo quédate aquí.

—Bien. —Su voz es pequeña y tímida.

—Bien. —Ahora Hope no sabe qué hacer—. Iré a cambiarme y a lavarme los dientes. —Hope se levanta torpemente y se dirige a su tocador. Josie la observa desde el suelo—. Puedes meterte en la cama si quieres. —Hope hace un gesto rígido.

Josie asiente con la cabeza y Hope se apresura a entrar en el baño. Mientras mira su propia cara pálida en el espejo, maldice su lado torpe por salir a relucir, su lado de "Hope-no-tiene-muchos-amigos". No es que Josie no haya dormido en la cama de Hope hace un par de noches, pero necesitaba que la cuidaran: estaba borracha y molesta. Josie había llorado, Hope la había consolado y luego ambas prácticamente se habían derrumbado por agotamiento emocional. Hope sabe qué hacer en esas situaciones. Ella puede ser la imagen de la confianza cuando se trata de salvar el día, pelear, incluso mandar a la gente. Pero cuando se trata de nuevas situaciones con su mejor amiga, se siente fuera de sí.

Cuando sale del baño, Josie está arropada en su cama, con las sábanas subidas hasta la barbilla y el pelo oscuro sobre la almohada azul de Hope. La vista de esto envía un agradable chorro de agua a través de su cuerpo. Tiene el extraño pensamiento de que ésta es una imagen que le gustaría mantener perfectamente conservada en su mente, un segundo en el que, por una vez, todo se siente... bien.

Josie ha apagado la luz principal y ha encendido la lámpara de la cabecera, bañando la habitación en un suave resplandor. Hope se desliza delicadamente en la cama a su lado, mirando al techo.

—No estoy enferma, sabes —Josie se burla ligeramente, con un toque de inseguridad en su tono—. No tienes que esconderte al otro extremo de la cama.

Hope sonríe, dando vueltas hasta que está frente a Josie, mucho más cerca que antes. Josie se gira de lado para enfrentarla también. Es una remin    iscencia de su cercanía hace apenas diez minutos.

—Así que... qué día, ¿verdad? —Hope dice.

—Qué día —Josie está de acuerdo—. Aunque, tristemente, no es inusual en esta escuela. —Ella bosteza de nuevo, acercándose. El cuerpo de Hope late con la conciencia de su presencia. No suele ser de las que comparten la cama con la gente. En ocasiones, con Landon, pero sólo cuando está ansiosa, cuando sus profundos temores de abandono se arrastran por su garganta y lo necesita cerca.

Josie, por otro lado, está obviamente muy acostumbrada a compartir la cama. Hope siempre ha encontrado un poco raro que las gemelas siempre duerman juntas, especialmente ahora que son mayores.

Los pies de Josie rozan con los suyos y ella los sacude con sorpresa por el contacto tan repentino.

—Oh, lo siento. —Josie parece mortificada y Hope se siente como una idiota—. No quise hacerte sentir incómoda. —Empieza a retroceder, con la cara sonrojada, y Hope actúa desesperada. Se estira hacia adelante para agarrar la delgada cintura de Josie, y tira de ella más cerca de su cuerpo.

Obviamente ha olvidado momentáneamente su propia fuerza y ha subestimado lo ligera que es Josie, porque Josie termina presionada contra ella, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Sus narices se golpean con fuerza, causando que ambas echen sus rostros para atrás por reflejo, pero manteniéndose en la misma cercanía. Se miran fijamente, su respiración combinada es el único sonido que impregna la habitación.

El Arte De PerderOù les histoires vivent. Découvrez maintenant