En algún lugar en el corazón de Francia, un atractivo príncipe de una actitud explosiva, sin corazón y hasta cierto punto completamente desinteresado con su pueblo fue convertido en una bestia por una hermosa y poderosa bruja dejándole en claro que...
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Han pasado apenas un mes desde que Taishiro fue encontrado por Tokoyami en el bosque, los primeros días el pobre hombre no dejaba de reclamar que Eijirou fue capturado por una bestia y que tenía que ir por el antes de que algo malo sucediese; ganándose la burla del pueblo por semejante cuento...
En la villa se había expandido el rumor (gracias a cierto doncel rubio compinche del cazador) que el bello pero extraño Eijirou Toyomitsu había desaparecido; unos decían que había muerto buscando a su padre, en algún accidente o devorado... Otros que había sido secuestrado, pues no por nada no le permiten a las doncellas y donceles ir solos... Y algunos con cierto humor negro decían que se dio a la fuga. Cualquiera de las versiones que pensaran los ciudadanos por un lado estaban aliviados por no tener que soportar las excentricidades de aquel Pelirrojo que hacía las cosas de forma indebida e independendiente; pero a la vez no podían dejar de sentir risa y pena por el señor Toyomitsu, quien al parecer que no fue capaz de superar el dolor y para excusarse se iba todas las noches a buscar a pie a su hijo al bosque, diciendo todas las noches que encontraría un castillo de muebles encantados donde había secuestrado a él y que su querido hijo con el fin de liberarlo y miraban como cada noche salía a buscarlo y llegando decepcionado en la madrugada. Apenas durmiendo un par de horas o comiendo, notándose en un leve deterioro físico pese a que no dejaba de hacer sus cajas de música.
Como consuelo los pequeños niños Shimano iban a hacerle compañía cuando su padre no los pillaba para seguir aprendiendo a leer y escribir, cosa que lo animaba un poco ya que le recordaba muchísimo a sus hijos cuando estaban en esa edad infantil; además que se acercaba la fecha en que su hijo mayor llegará a visitarlo para pasar fiestas con su (ya ahora) marido, pero aún no le dejaba de doler lo que sucedió esa noche.
Él no era el único cuyo humor había decaído desde que se ausento el doncel Pelirrojo; el matrimonio Tokoyami también estaba triste de que su mejor cliente no haya aparecido y que la última vez que lo vieron tenía una gran expresión de angustia en su rostro. Y por otra parte estaba el cazador de cabello morado y ojos pequeños; pues se sentía frustrado que había desaparecido a sus palabras "su casi prometido" se había ido a la fuga sin darle explicaciones.
Las cosas estaban como el clima; a nada de que vaya empezar a nevar, que pareciera que no fuera nada pero sería un caos apenas suceda.
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