—Ya me lo agradecerás —la fulmino con la mirada y noto la presencia de otra persona.

—Hola —dirijo la mirada hacia delante y me topo con una sonrisa tímida, enmarcada por dos hoyuelos. Automáticamente sonrío y Paula dice:

—¿Qué tal? —Liam da un corto sorbo a su bebida

—Bien, ¿y vosotras? —dirige la mirada hacia mí y yo me sonrojo un poco

—Bien —él asiente y sonríe

—¿Cómo es que estás aquí? —Pregunta Paula

—Pues había venido a por una bebida —alza su vaso y se ríe—¿Cuál es vuestra excusa? —Miro a Paula y esta contesta

—Habíamos venido a que Ivette se quitara la chaqueta —me giro y la miro con una ceja enarcada, ella señala una especie de vestidor y añade —y así la podía dejar ahí.

Liam me mira y yo asiento, para corroborar la historia de mi amiga añado:

—Exacto —me desabrocho la cremallera y la bajo del todo.

Le pido a Paula que me sujete la chaqueta para poder acomodarme el vestido con ambas manos y esta la coge. Tiro del bajo y me lo ajusto por la parte de la cintura, cuando creo que está en la medida adecuada subo la mirada y veo que Liam está mirándome fijamente. Recorre mi cuerpo de arriba a abajo y no parece darse cuenta de que lo observo, cuando levanta la vista se ruboriza y se muerde el labio inferior.

—¿A qué está guapa? —Pregunta Paula, yo le doy un codazo y ella se ríe. Liam parece nervioso ante la pregunta, se sonroja y sonríe.

—Sí —levanto la mirada del suelo y añade —mucho.

Paula me mira con cara de satisfacción y dice:

—¡Uy! Creo que me llama Claudia —se da media vuelta y desaparece entre la multitud, no puedo evitar reírme y Liam se une.

Me quedo unos instantes en silencio hasta que me ofrece su bebida.

—¿Quieres? —Yo niego con la cabeza y digo:

—No bebo, ¿recuerdas? —Él asiente lentamente

—Lo sé, esto no lleva alcohol —sonrío ampliamente, se ha acordado, eso para mí ya es todo un logro.

—Ah —hago una pequeña pausa y me acerco un poco —entonces vale.

Doy un sorbo a su bebida y un gusto familiar baja por mi garganta, no me lo creo.

—¡Esto es Aquarius de naranja! —Me río y él también —¿Cómo lo sabías?

—Un mago nunca revela sus trucos —le doy un codazo amistoso y le sonrío

—¿Quieres bailar? —Digo ofreciéndole una mano, él la acepta y dice:

—Por supuesto, señorita —me río y tiro de él hacia la pista

Nos colocamos en medio del caos y empezamos a bailar al ritmo de la música. Al principio estamos separados por una distancia prudencial, pero a medida que van pasando las canciones estamos cada vez más juntos, hasta que nuestros cuerpos acaban rozándose.

—Esta canción me encanta —dice cogiéndome por la cintura y acercándome a él, yo asiento y sonrío.

—También es de mis favoritas —subo mis brazos a su cuello y los coloco entrelazados.

Él intercala nuestras piernas de forma que quedamos totalmente pegados, sigo moviendo las caderas al ritmo de la música y parece gustarle. Me fijo en lo guapo que está así vestido, tiene los dos últimos botones de la camisa desabrochados y el pelo desordenado. Le paso la mano por el flequillo y se lo peino hacia atrás, él sonríe. Me pongo de puntillas y le susurro al oído:

Well... why not?Where stories live. Discover now