Secuestrados

La noche

Nos encontramos el día siguiente después del último encuentro de nuestros protagonistas. Mas específicamente, un día sábado

La noche recién había caído. Erizo se encontraba recostada en la cama de su hermano mirando hacia el techo, mientras que su hermano se encontraba trabajando.

Erizo cada rato levantaba su brazo derecho para mirar la hora en su reloj, esperando a la hora en la que sus padres abandonaran el hogar, mientras tenía puesta en la radio una canción muy especial, pues le hacía pensar en su amigo Oscar, con quien se vería mas tarde

-Me pregunto si Oscar tendrá una canción que le haga pensar en mi- pensó Erizo

Erizo ya tenía su bolso con todas sus cosas listas, ya sólo quedaba esperar hasta la hora para salir

Erizo volvió a mirar su reloj, teniendo marcado las nueve de la noche. Ya era hora. Erizo se levantó de la cama, apagó la radio, se puso su bolso y abandonó el departamento

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La noche era fría y los faroles iluminaban el camino. La calle estaba completamente desértica. Casi no habían autos, cosa la cual preocupaba a Erizo de que sus padres habrían podido no ir a la reunión por algo de última hora. Además de eso, la chica estaba asustada de que alguien pudiera atracarla, así que aceleró el paso

Finalmente, Erizo pudo llegar a casa de Oscar. Tocó la puerta y fue atendida por Oscar

-¡Oscar!- exclamó Erizo con alegría al ver a su amigo y ambos se abrazaron

-Ya creía que no vendrías. Me estaba quedando dormido jeje- Oscar extendió su brazo hasta el mueble que está junto a la puerta para tomar su bolso -¡Ma, ya me voy con Erizo!- exclamó

-Muy cariño, ten cuidado por ahí- respondió la madre

Y así, los dos amigos emprendieron el viaje hacia casa de Erizo. Fueron por una calle distinta, pues Erizo temía de poder encontrarse con el auto de sus padres. Cada vez que veía un auto pasar (de los pocos que habían) no se lo pensaba dos veces y se alejaba de la acera

Finalmente, los dos amigos lograron llegar a la casa de Erizo. El viaje fue algo tranquilo, eso sin tomar en cuenta los sustos de Erizo por los autos. Además, hubo alguna que otra vez que Oscar se asustó por haber oído algún ruido extraño

Erizo sacó su llave, abrió la puerta y ambos entraron. Erizo cerró la puerta y encendió la luz

-Woow, nunca había visto tu casa tan oscura- habló el elefante. La casa de la chica era enorme, eso sumado con la poca luz, le hacía pensar a Oscar que estaba en una película de terror

Los dos fueron directo a subir las escaleras para llegar al cuarto de Erizo, a quién se le hacía extraño ver su cuarto luego de lo ocurrido la última vez que estuvo ahí