Pensé que habían cambiado

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Eran las doce y media del día y todos los estudiantes se encontraban camino hacia el colegio. Entre ellos, estaban Oscar y Erizo, quienes se encontraban conversando mientras caminaban hacia la escuela

-¿Y como te fue con la tarea?- preguntó Erizo

-Bien. Pensé que se me haría difícil, pero después de leerla bien, fue pan comido- respondió Oscar- ¿y que hay de ti?

-También se me hizo fácil, pero debido a los mandados de mis padres, no la pude terminar sino hasta la madrugada- respondió Erizo

-¿Haciendo tarea y te ponen a hacer otros mandados? ¿por que no les dijiste que estabas ocupada en tu tarea?- Preguntó Oscar

-Tú sabes como son. A ellos no les importa que esté haciendo, siempre tengo que encargarme de los oficios de casa. Incluso si de estudios se trata- dijo Erizo con bajos ánimos

-Que mal- dijo Oscar

-Cambiando de tema, el fin de semana, mis padres saldrán y no estarán en casa toda la noche. Podríamos tener una pijamada y durar hasta el amanecer, como siempre quisimos- dijo Erizo. Cuando ella hacía las pijamadas con su mejor amigo en su casa, sus padres siempre les dejaba un tiempo límite para estar despiertos

-¡¿Enserio?! ¡Claro que si!- exclamo Oscar con emoción

-¡¡Ustedes dos!! ¡¡la erizo y el elefante!! ¡¡apresuren el paso, ya voy a cerrar la puerta!!- gritó la portera

Los dos amigos empezaron a correr y por fortuna, lograron llegar a tiempo

-La próxima vez, guarden sus temas de conversación hasta llegar al colegio- dijo la portera mientras cerraba bien la puerta

Los dos amigos se pusieron en camino hacia el patio donde se encontraban los demás estudiantes. Al llegar, empezaron a buscar a Jonathan, pero no dieron con él. Decidieron buscarlo por separado, pero fue en vano

-¿Pudiste encontrarlo?- preguntó Oscar

-No, ¿y tú?

-Tampoco

-Supongo que no habrá podido venir- dijo Erizo

Entonces, el timbre para entrar a clase había sonado

-Bueno, supongo que hoy sólo seremos tú y yo- dijo Oscar y ambos amigos se pusieron en camino hacia el aula

Los minutos pasaron y el profesor seguía dando su clase

-Entonces, para conocer la calidad de un sismo, se mide en escalas a través de un aparato llamado...- explicó el profesor, quien no pudo terminar su frase, pues alguien estaba tocando a la puerta. Erizo, al ser la que estaba mas cerca, se tomo la molestia de atender. Era Jonathan, quién venía con la coordinadora

-¡Jonathan!- exclamó Erizo

-Profesor, este alumno llegó tarde. Anote esto en su libreta- dijo la coordinadora. El profesor asentó con la cabeza

-Y tú ya sabes, muchacho. La próxima, te vas de regreso a tu casa- dijo la coordinadora a Jonathan y esta se fue del aula

-¡Ey! ¡¿A donde crees que vas?!- gritó el profesor a Jonathan, quien ya se encontraba camino a su puesto. Se volteó y miro al Profe

SecuestradosWhere stories live. Discover now