IV. Incertidumbre

68 20 15
                                    


Una semana después del cambio, todo seguía igual.

Esa mañana Wooseok despertó  sintiéndose envuelto de un calor que lo tenía suspirando. No abrió los ojos sino hasta que obtuvo una caricia en la mejilla y luego un beso suave en los labios.

Seungyoun se encontraba frente a su rostro adormilado. El castaño no podía creer que en tan poco tiempo se había acostumbrado a él casi por completo. Todo le resultaba tan familiar, como si realmente siempre hubiese vivido a su lado, incluso tenia la sensación de haber besado sus labios miles de veces.

—Buenos días, cariño — Dijo Youn con una voz ronca debido a que  acababa de despertarse—¿Cómo te sientes?

—Mejor, menos mareado.

Ayer había sido el último día que tomaba las condenadas pastillas. Aunque los efectos secundarios habían disminuido notablemente aun seguían haciendo estragos en el cuerpo de Seok.

—Genial —Expresó con una amplia sonrisa—. En ese caso, hoy iremos a comer fuera ¿te parece bien?

—Pero... ¿la floristería?

—Dongpyo no tendrá problemas en hacerse cargo solo por un día. Además, un pago extra le alegrará mucho.

Seok no estaba muy seguro de eso. No conocía a Dongpyo lo suficiente, pero a lo largo de la semana solo necesito únicamente un par de minutos para darse cuenta de que el chico poseía una personalidad explosiva.

—Te mereces un respiro fuera de esta casa —dijo Seungyoun mientras le acariciaba el cabello—. Has estado aquí encerrado desde que regresamos del hospital.

—Me gusta estar aquí.

La verdad era que el exterior le causaba incertidumbre. Todavía recordaba el día que había llegado a esa dimensión y su huida en pijama. Le aterraba la idea de perderse en las calles de un Seúl que desconocía, un Seúl de otro universo.

—¿Entonces no quieres salir? —El gesto del pelinegro se tornó triste e infantil, como si los planes de cita que tenía para ellos se hubieran desvanecido de golpe.

—Bueno, pero solo si te quedas conmigo todo el tiempo.

Asintió y no transcurrieron ni cinco segundos cuando Youn lo abordo en un beso dulce. Sus ojos se cerraron sin permiso y sus manos poco a poco subieron hasta enterrarse en el  cabello pelinegro.

Wooseok suspiro en medio del beso, no recordaba la última vez que había disfrutado tanto un beso; ni siquiera sabía si existía ese recuerdo. Algo removiéndose dentro de su estómago se lo confirmaba.

Se separaron finalmente luego de un par de minutos. Seungyoun sonrió esplendoroso. Por su parte, Wooseok estaba tan feliz que una risa sin motivo afloró de su garganta.

—Te amo —Dijo al erguirse sobre el. En su mirada brillante pudo ver que no mentía. Le regaló un guiño y depositó un último beso descuidado en la comisura de su boca—. Vamos, tenemos que levantarnos.

—¿Qué hora es?

Seungyoun abandonó la cama. Se quitó la camiseta y los calcetines, quedando solo en el pantalón de pijama que usaba para dormir.

—Las siete, quizá.

—¿Por qué me despiertas tan temprano? —Cuestionó el menor en medio de un puchero. En poco tiempo se había acostumbrado a levantarse tarde a pesar de haber trabajado varios años en aquella oficina que lo explotaba desde temprano. Ciertamente se sentía en el paraíso.

—El doctor dijo que debías hacer ejercicio, así que iremos a correr.

—Pero... todavía estoy mareado ¿recuerdas? —Se excuso el castaño pero a decir verdad odiaba el deporte.

Love Dimension - [SeungSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora