Love Dimension - [SeungSeok]

IX. ¿Enemigo o aliado?

En toda su vida, Wooseok jamás había manejado una caja registradora. Seungyoun ya comenzaba a mirarlo raro y Dongpyo cada minuto le preguntaba si se sentía bien.

Se vio obligado a decir que su cerebro todavía se encontraba en blanco y que no recordaba cómo usar aquel aparato. Dongpyo le explicó una vez, Seungyoun otra tres. Y después de los tres primeros clientes a los que por poco casi les cancela las tarjetas, logro acostumbrarse un poco.

Aún le temblaban las manos al cobrar el dinero. Trabajar en una tienda era mucho más complicado que hacerlo en una empresa de transportes, pues debía fingir saber a la perfección algo que ni de broma conocía.

Pero no podía permitirse levantar mas sospechas, Seungyoun y Dongpyo ya tenían demasiadas. Probablemente pensaban que algo estaba muy mal con él, que sufría alguna clase de amnesia, y si eso continuaba de seguro lo obligarían a ver a un doctor.

Necesitaba enterarse de las cosas que suponía que sabía. Ya había tentado demasiado a su suerte. Ni siquiera sabía cómo se supone que conoció a Seungyoun o en qué circunstancias se volvieron novios. Si el pelinegro decidía entablar una conversación acerca de cosas del pasado y el no era capaz de recordarlo ¿Qué excusa podría inventarle?

Con pesar dejó caer la cabeza sobre el mostrador, al lado de un ramo de camelias que Seungyoun arreglaba. Se sentía presionado, asustado de lo que pudiera pasar, aterrado del futuro y del pasar de los días. ¿Y como no? Estaba metido en una enorme mentira ¿Cómo pensaba sostenerla tanto tiempo?

-¿Te encuentras bien, Seok? - preguntó un preocupado Seungyoun-Quizás en serio debas subir a descansar.

-Estoy bien. No pude dormir bien anoche. Es todo -respondió de inmediato.

-¿Por qué no me lo dijiste? - cuestionó Youn en voz baja y se acercó para susurrarle en el oído -¿Te lastimé anoche?

-No, Seungyoun. No tiene nada que ver -aclaró Seok negando una y otra vez.-. Estoy cansado y me duele la cabeza.

-¿Sabes? Mejor arregla tú este ramo. Yo me haré cargo de la caja.

-Estoy bien aquí, ya recordé como usarla.

-¿Seguro? Creo que te presioné un poco.

-¡Seungyoun, basta ya! No te preocupes tanto, no me ocurre nada malo -Respondió bastante irritado. Harto de interrogatorios.

Seungyoun lo miró fijamente un par de segundos. Tenía el ceño fruncido y la boca entreabierta.

-Estás muy raro. Ese humor tuyo no es normal.

-Claro que estoy de mal humor. No dejas de tratarme igual que a un niño.

-¿Y desde cuando te molesta que me preocupe por ti?

-Desde ahora, así que déjalo.

Repentinamente atrajeron la mirada extrañada de Dongpyo. Al analizar sus miradas supuso que no era normal que Seungyoun y el otro Wooseok pelearan o discutieran tan fuerte al grado de gritarse.

El castaño se pasó una mano por el cabello en señal de frustración ¿Qué estaba haciendo? Si se quedo en ese universo no fue para hacer sentir mal a Seungyoun. De repente todo el enfado se esfumó y solo tenía ganas de abrazarlo y pedirle perdón por ser un imbécil temperamental.

Estaba a punto de disculparse, pero la campanilla de la puerta sonó interrumpiendo su intención. Llevo su cansada mirada a la puerta, encontrándose con un chico de cabellos color rubio cenizo que entró despidiendo un aura extraña. Su peculiar sonrisa irradiaba felicidad pura.