Capítulo cinco

120 11 0
                                    

Sky

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sky.

Hoy es uno de esos días donde todo a mi alrededor es gris. Uno más de esos tantos jodidos días sombríos que odio.

Me acurruco más entre mis colchas, incrementando mi agarre en el diminuto peluche de astronauta que papá me obsequió el día de mi cumpleaños, apretandolo más contra mi pecho.

Si tan sólo hubiese sabido que ese sería nuestro último día... nuestro último abrazo.

Pero, como es costumbre, ese es nuestro puto problema.

Pensamos que tenemos la vida comprada, estamos firmemente convencidos de que tendremos un día más.

Creemos siempre que habrá un mañana, que tenemos tiempo de sobra para pedir disculpas, para charlar con alguien importante, para dar un último abrazo.

Sin ser plenamente conscientes que nuestros días están contados, que tenemos fecha de caducidad.

Pero así de absurdos somos los seres humanos, desperdiciamos el tiempo en actos banales, meramente efímeros.

Y luego, luego estamos así, como yo lo estoy ahora. Rodeada de mierda, consumida por un dolor que me avasalla el pecho.

Me incorpore de manera lenta, mirando dubitativa el diario que reposa encima de mi mesa de noche.

Observó el bonito terciopelo negro en conjunto de las cursivas letras doradas donde se lee mi nombre.

Muerdo mi labio inferior, plenamente consciente de que me arrepentire olímpicamente por lo que voy a hacer a continuación.

Tomo el diario y abro al alzar la última página, suspirando ruidosamente antes de perderme en las letras que bañan las páginas en su totalidad.

"Este será mi último abrazó, este será mi último guiño, este será mi último beso. Cuán dolorosa es la separación."

-William Shakespeare.

Estamos eternamente condenados como el amor de Romeo y Julieta.

No soy fuerte, no puedo romper las cadenas que me atan al infierno. No puedo hacer como Romeo, que fue en contra de los capuleto por su amor hacia Julieta.

Merezco arder, merezco sufrir. Merezco que me odies.

Perdóname nena... nunca quise hacer esto que estoy haciendo hoy, lo más probable es que cuando leas esto, ya tu amor por mi se haya esfumado.
Nunca quice lastimarte, eres mi luz. Me traes paz. Y por esa razón, prometo luchar contra la oscuridad, prometo redimirme y volver por ti.

Eres mi ángel.

Y volveré para sacarte del infierno en el que yo mismo te hundi.

Consumido en sus llamasWhere stories live. Discover now