"Tener esa charla"

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—¡Como el padre sobreprotector que soy! Yo no te puedo dar permiso para algo así —explico Samuel, haciendo más suave su tono de voz al terminar la frase—. Tendrás que pedirle permiso a Willy, y de una vez te digo, que aunque su respuesta sea positiva, la mía puede ser negativa.

—Pero si yo no pedí tu permiso —aclaro David, sin poder contener una pequeña risa.

—¿Ves, Willy? Ya no pide permiso ¡Para nada! Como el muchachito ya creció, cree que puede ir y venir como le de la gana ¡Pues no, jovencito! ¡Esta es mi casa y deberás seguir mis reglas! —sentenció, cruzado de brazos y desviando la mirada.

—¿De que estás hablando? Si está es mi casa —le recordó David.

Al inicio, la idea de invitar a su casa a Samuel y Guillermo para decirles que iba a salir junto con Alex, le pareció una buena idea, pero conforme iba pasando el rato, Samuel parecía meterse más en su papel de padre sobreprotector y a Guillermo parecía no importarle.

—Willy, dile a tu hijo que no me levanté el tonito de esa manera —le dijo Samuel, a un distraído Guillermo el cual llevaba todo el rato viendo vídeos de tortugas haciendo cosas adorables en su móvil.

—Mira Vegetta, una tortuga comiendo un pedazo de sandía —dijo con una sonrisa, a la par que le acercaba el móvil para que pudiera ver el vídeo.

Fargan se cruzó de brazos, era obvio que no podría resibír ningún consejo de parte de sus únicos amigos. Intento pensar en otra persona que pudiera ayudarlo, pero no se le venía nadie a la cabeza.

Se puso de pie y salió de su habitación, dejando al par solos. Dentro de unas hora se encontraría con Alejandro para tener una salida de amigos casual, y no podía pensar en nada mientras escuchaba a esos dos.

Fue directamente a la cocina para tomar un poco de agua, y picotear un poco la rebanada de pastel que se encontraba en la nevera, pero en vez se encontrar la cocina igual de desértica que todos los días; se topo con sus padres, quienes parecían estarlo esperando.

—David, siéntate un momento, debemos hablar —le pidió su padre. Su tono de voz le indicaba que estaba metido en un problema.

Trago en seco. ¿Ahora que había hecho? No recordaba haber causado algún problema, es más, últimamente se había portado muy bien. ¿Será que querían hablar con él porque le regresarían el dinero que le quitaron de su alcancía cuando tenía diez años?

—Uff, estoy muy ocupado, mis amigos vinieron hoy y estamos estudiando como locos —se excusó, antes de tomar un vaso—, pero podemos sentarnos a platicar en otro momento. El miércoles estoy libre a las cinco de la tarde.

—Siéntate —fue lo único que dijo su padre, antes de que David rápidamente dejara caer sus glúteos contra la silla.

—Antes de que empiecen, quiero aclarar que no fue mi intención, lo hice por inmaduro y fui mal influenciado, pero ahora he florecido y me di cuenta de lo malas que fueron mis acciones y lo mucho que los perjudicó al ser mis padres. Lo siento mucho, no los merezco como figuras paternas —dijo rápidamente, pero intentando sonar sincero. No tenía ni idea de que se estaba disculpando, pero era mejor acabar con todo eso rápido antes que Samuel descubriera el cajón donde esconde sus galletas.

Su padre solo soltó un suspiro cansado, mientras su madre prefería guardan completo silencio, dándole entender a David que sus disculpas falsas no serían suficiente para librarse de todo eso.

—Hijo, sé que ya estás algo grande, y tal vez debimos de hablar sobre el tema antes, lo más seguro es que ya te haz llenado la cabeza con ideas erróneas —hablo su progenitor. Fargan nunca lo había visto así, por lo tanto no sabía de qué hablaba—, pero creo que aún no es tarde, y como padres tenemos que ayudarte para aclarar tus ideas.

"Muchachito de risa linda" 🌼FargexbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora