—Estoy aburrida.

—Claro, interrumpiré mi mañana para hacerla de tu payaso.–Ambos reímos.

—Esa es una buena idea. ¿Tú qué haces en tus fines de semana?.

—Theo se quedará con mis padres hasta el domingo, así que yo me quedo aquí trabajando.

—¿Trabajando en un sábado?.—Dije asustada, ¿este hombre no conocía el descanso?.–¿No sales a divertirte?

—Esto es mi día normal, ¿Y tú qué harás?.—Dijo Cambiando el tema.

—Probablemente voy a dormir.

—Que perezosa, señorita Steele.–Christian rio.—¿No sales con tus amigos o haces alguna actividad?.

—Este fin de semana no. Kate se está revolcando con tu hermano y Luke siempre sale de parranda.—Christian soltó una carcajada mientras se le salía un "qué asco."

—Que vidas más aburridas tenemos.–Suspiró.

—¡Oye!, mi vida no es aburrida.–Me quejé,pero como mi cerebro ya estaba despertando se me ocurrió una idea.–¿Y si vienes?

—¿A tu departamento?.—Dijo un Christian dudoso.

—Si, podríamos hacer una pijamada de día. Veremos películas, comeremos chatarra.

—Wow, me quieres convertir en una chica.

—Eres un bobo.–ambos reímos.—Podríamos también platicar, conocernos.–Traté de aclarar un poco mi voz porque ya estaba temblando.—Eso hacen los amigos.

—Si que me extrañas.–¿sonará raro si digo que sentí su sonrisa?.Llegaré ahí en la tarde.

–Está bien, te mando la dirección. Recuerda traer tu pijama.

–Vaya, tan rápido y ya quieres verme en bóxers.

–¿qué?

Esa es mi pijama, ¿qué puedo decirte?

Te quiero cambiadito.–Christian rió mientras soltaba un "Eso es ridículo"

Ojalá puedas sobrevivir tantas horas sin mi presencia.

–Humildad, Grey.Reímos para después terminar la llamada.

¿Era raro ver a Christian sin Teddy entre nosotros?, no creo, él y yo estábamos tratando de avanzar con nuestra amistad. Christian necesitaba un amigo, y yo quería convertirlo en un ser menos aburrido. No me sentía incómoda al pensar que el estaría en mi espacio, en mi cueva. Lo único que me molestaba era saber que tenía que recoger para que esté sitio luciera más presentable.

—Okey, manos a la obra.

Conecté las bocinas para poner música y hacer que las actividades pendientes pasaran rápido. También hacía una lista mental de las cosas que compraría para nuestra "pijamada", le rogaba al cielo que Christian recordara traer ropa decente.

[.......]

—Vaya, justo a tiempo.—Dije después de abrir la puerta, encontrándome con Christian. Me hice a un lado dejando que el pasara, aceptando mi invitación de adentrarse.—Bienvenido.–sonreí.

—Ibas enserio con lo de las pijamas ridículas.—me señaló mientras sonreía.

—Así es jovencito.—dije haciéndome la ofendida.—Ahora ve a cambiarte para que iniciemos.

Somos chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora