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Bésame •Thorki•

Gimió al sentir las manos toscas del contrario sobre su piel desnuda. La fuerza que ejercía sobre su cadera era lo suficiente para hacerlo jadear.

Sus labios fueron atacados con devoción. La humedad de sus belfos por el choque era divino. Podía escuchar el movimiento de sus belfos al ser acariciados por los ajenos.

Las piernas se volvieron débiles ante el contacto de la lengua sobre su cuello. Gimió bajó, no quería llamar la atención.

El traje de diseñador estaba hecho un desastre en ese momento. La camisa al igual que el saco estaba en el suelo.

—Thor... alto. —trato de detener a su pareja. —N-Nos pueden descubrir. —dijo callando un gemido al final.

La diestra del rubio había aterrizado en zona peligrosa. Con sutileza tocó los atributos traseros del pelinegro, sin resistir más la tentación apretujo el glúteo derecho.

—Poco me importa, te necesito ahora.

Sus manos estaban sostenidas con las del mayor, lo tenía acorralado entre su cuerpo y la pared. Quería más pero sabía que su pareja quería verlo suplicar un poco.

Thor era un caballero pero en la cama era un salvaje sin importarle nada.

Cerró los ojos profundizando el contacto, el rubio lo besaba con tanta necesidad cómo si fuera a desaparecer.

Su cuerpo fue recostado en el sofá de la habitación. Lo tomaría en el lugar donde le habían pedido matrimonio.

—Quiero dejar claro a quién le perteneces.

Thor tiró de su cabello hacia atrás, gimió por la repentina acción. Un beso en su clavícula le hizo ceder a sus manos las cuales yacían sobre su cabeza.

—D-Déjame abrazarte. —pidió con suavidad.

El rubio se negó a hacer el agarre más fuerte. Seguía atacando la piel expuesta del menor.

Quería marcar hasta lo más profundo de Loki cómo suyo.

La ropa fue desapareciendo, ambos estaban compartiendo la calidez de sus cuerpos. Sus cabezas estaban perdidas en el abismo, solo sus instintos eran lo que llevaban la situación.

—¡Thor!— gritó inconscientemente. El mayor había mordido su muslo interno. —Por favor...

Pareciendo que dijo todo lo contrario, Thor se atrevió aún más, le giró el cuerpo dejándolo boca abajo y con la cadera elevada.

—¡Mierda!— cubrió su boca con un cojín del mismo sillón.

La lengua del rubio tocaba su interior, lo disfrutaba a cada segundo. La mente del pelinegro divago.

Sus uñas se aferraron a los bordes del sillón. Estaba siendo torturado de la manera más placentera del mundo.

Pasando algunos minutos el mayor se separó. El sillón tenía la marca del reciente orgasmo de Laufeyson. Podría sentir su rostro sonrojado por el esfuerzo que conllevó contener sus jadeos.

—Te odio.

Thor sonrió, acomodó el cuerpo ajeno de nuevo esta vez, boca arriba. Se interpuso entre ambas piernas de piel clara, inclinó su rostro hasta besar al otro.

Loki enredó sus dedos a las hebras rubias, era sedoso, extrañaba la longitud pero el corto le quedaba perfecto a su amante.

Entre los besos llenos de pasión jadeó ladeando el rostro. Cerró los ojos al sentir el glande del contrario rozar con su entrada.