Katawa Shoujo Un Nuevo Comienzo

Cap. I Silbatazo final

Son las tres de la tarde y solo quedan diez minutos en el reloj, el marcador está igualado en cero y quién gane este encuentro avanzará a la final del campeonato intercolegial nacional.

—Ryu! Ahí va!—

La voz de mi compañero viene desde la derecha, desde el mismo sitio donde viene el balón hacia mi.
Logro pararlo con mi pie izquierdo y me dirijo en ataque hacia el arco rival. En este momento solo soy contra dos defensas más el portero, no tengo opción tengo que intentar pasar y convertir, es la única manera en la que podremos llegar a la final, la adrenalina me invade y mis piernas se aceleran aún más, estoy cada vez más cerca.

Con un rápido movimiento hacia la izquierda logro librarme del primer defensa y ya estoy casi pisando el área rival.
Una vez dentro de la misma solo tengo que buscar ángulo para disparar.
Sin nisiquiera poder acomodarme un robusto cuerpo detiene mí andar en seco, provocando que caiga sobre el césped.

Algo no está bien, mi respiración se siente extraña, posiblemente sea por la emoción del momento. Me toma unos segundos salir de ese estado de trance dónde todo iba en cámara lenta, no es sino hasta que oigo el silbato del referí sonar con fuerza acompañados de un fuerte grito como si festejarán algo.

—Es un tiro penal!— la voz del hombre vestido de rojo suena y su brazo derecho señala hacia el punto en el área rival. Los jugadores del equipo contrario rodean al árbitro tratando de convencerlo que no fue una falta.

Que demonios... Mi respiración sigue estando extraña, no creo que haya sido por el impacto.
Me siento mareado, pero no es como de costumbre, ya me han dado golpes asi, inclusive más fuertes, está vez se siente diferente, hasta puedo sentir como si el sol me golpeara con mayor intensidad.

Sacudo mi cabeza de lado a lado para tratar de estar de nuevo despejado.

—Ryu, es tuyo— Ikki me entrega el balón para que lo acomodé en punto penal. Mierda, ahora mi respiración empeoro.

—Ryu ¿Estás bien?¿Puedes patear?— evidentemente había notado que algo no estaba bien, pero solamente asiento y tomo el balón posicionándolo en el punto establecido.

¿Por qué mis piernas se sienten tan pesadas ahora? ¿De dónde salió este maldito dolor que siento en la parte derecha de mi tórax? No importa.

Me posicionó cinco pasos detrás del balón para tomar una buena carrera y esperar a cuando suene el silbato dando así la orden para patear.

Puedo sentir todas las miradas fijas en mi, mis amigos y compañeros que me observan con esperanza, mientras que mis rivales esperan que mi disparo se vaya arriba, a un lado por fuera del arco o que el portero lo desvíe.

Un fuerte y estruendoso silbatazo me da la indicación y mis piernas comienzan a moverse hacia el balón.

Después de esos pasos, mi pie derecho impacta con el esférico, provocando que vaya en dirección hacia el lado izquierdo, al mismo lado donde el portero se impulsa.

En ese momento todo va nuevamente en cámara lenta y puedo ver cómo la mano del portero se acerca al balón rozandolo solo con la punta de sus dedos, el mismo no pierde velocidad y se mete chocando con la red del arco, desatando una explosión en las gradas, banco de suplentes y mis compañeros.

Quiero correr y gritar pero son solo tres metros o cuatro como mucho los que pude hacer antes que mis piernas cedieran y perdieran fuerza totalmente. Me cuesta mucho respirar, incluso siento como si el aire no estuviera entrando.
Mis amigos se apilan sobre mi, festejando y gritando, empeorando mi condición.
Miro en todas direcciones mientras mi vista se nubla y un momento después veo un chico de traje amarillo brillante quitar a quienes estaban sobre mi, era el portero rival, y por lo que deduzco en su rostro, fue la única persona que se percató de que algo no estaba bien.