El Novio De Mi Hermana *ENDMH* [Borrador]

20* Dame esa blusa.

Ian.

Me separo de Zoe cuando el aire se nos acaba. La quedó mirando directo a los ojos paso mis nudillos por su rostro.

No me creo que haya aceptado algo tan absurdo como ser "socios" es obvio que es solo una excusa porque la quiero cerca. Pero si ella aceptó esto significa que ella también me quiere cerca y debo aceptar que eso me gusta.

Ella me mira y parece querer decir algo pero no lo hace.

- ¿Que pasa? - le pregunto.

Quiero saber lo que piensa.

- Nada - responde en un suspiro.

- Ok.

No quiero arruinar esto.

Ella mira tras de mí.

- Wow - musita.

- ¿Que?

- ¿Esta es tu habitación? - pregunta y yo asiento - Es tan... - mira a todos lados - Ordenada.

Suelto una risa al oírla decir eso.

- ¿Por qué te sorprende eso? - pregunto.

- Porque dejabas mi cocina echa un asco y no te gustaba ordenar, así que pensé que eras un desorganizado en todo sentido.

- Eso lo hacía por molestarte - admito.

- Eres un idiota - rueda los ojos.

- Y tu eres muy tierna - le tocó la punta de la nariz con mi índice.

- No es cierto - refunfuña.

- Oh, si lo es - le pellizco la mejilla.

- No es verdad - me mira mal.

- Justo ahora te vez tierna - me burló.

- Deja eso.

- ¿Qué cosa?

- Eres un idiota.

- Y tu eres bonita.

Ella se queda con la boca abierta sin saber que decir y no la culpo, ni yo puedo creer lo que acaba de salir de mi boca.

Su gesto de sorpresa no desaparece y solo reafirma que tengo razón, es tierna.

Le besó los labios, ella cierra la boca y parpadea varias veces.

- Ven - la tomo de la mano y la jalo hasta la cama.

Ella se resiste cuando intento hacer que se siente en esta.

- ¿Que pasa? - pregunto.

- Quedamos en que nada de... - la interrumpo.

- Nada de sexo - terminó por ella - Lo se.

- ¿Entonces? - inclina la cabeza a un lado.

- Si otras cosas - sonrió con suficiencia.

- Ian, yo no creo que... - la vuelvo a interrumpir.

- Te prometo que no me pasaré y voy a parar de inmediato si tú me pides que lo haga - la miro a los ojos para que vea que no miento.

Se queda pensando y yo busco sus ojos para convencerla.

He notado que tiene cierta debilidad ante el color gris de los míos. Siempre que la miro directamente baja la guardia. Eso me gusta. Me gusta saber que causó ese efecto en ella.

Logro atrapar su mirada con la mía y me doy cuenta como se relaja poco a poco.

- Está bien - dice al fin.