¿Qué hizo a aquellos chicos salir de su ciudad natal? ¿Qué los hizo tener que huir una segunda vez? ¿Cómo saldrían vivos de los demonios de aquel rubio? ¿Puede un chico de cresta salvarle con amor, cariño?
Gustabo siempre tan frío, fuerte, sabe jug...
Si bien Horacio quería inicialmente asistir a aquella fiesta que le habían invitado, ahora estando en su cama, con el rubio a su lado abrazándole de la cintura, con frituras y el televisor frente a ellos reproduciendo "Mi madrina es una hechicera", sentía que era mejor que salir a alguna fiesta, en un momento tan íntimo y personal.
La película que estaba puesta, Horacio ya había visto el halloween pasado y el antepasado, la había visto como 20 veces antes de halloween y unas dos en navidad. Le gustaba tanto que Gustabo la había rentado para él, esa y otras cosas más.
El rubio no dejaba de contar los minutos, 37 minutos habían pasado, quedaban 10 para que terminará. Porque sí, ya se sabía esa película al derecho y al revés, no tenía buena animación, la trama era simple y sus chistes sin gracia, entendible que no le gustará, era película para niños.
Aún con eso, la había rentado por Horacio, porque sabía que a él le gustaba identificarse con esa niña de la película. Sabía que Horacio se imaginaba a él mismo de 6 añitos, en el Halloween antes de que se conocieran. Y por más tonto que sonará esto, Gustabo entendía
Horacio imaginaba que aquel Halloween que su padre le dejo fuera de su casa, llorando. Llegaba la madrina hechicera con su espectacular entrada, le llevaba a la fiesta que se ve en la película, conociendo al esqueleto del clóset, el lobo glotón, la familia de vampiros y al monstruo favorito Boca-boo, redondo y peludo de color morado con barbas grises, su gran boca llena de colmillos y sus varios ojos, siendo el mejor asustando, pero el más amable en su tiempo libre.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Eso le hubiera alegrado al pequeño yo, irse de aquellas escaleras sucias y disfrutar de una fiesta con monstruos que serían más amigables que la gente que me rodeaba en ese momento, excluyendo a mi mamá, que al menos en ese tiempo, aún me quería y me procuraba. Pensaba el pelinegro siempre que veía esa película.
— Vamo', ese Jimmy recibió su merecido. — dice Horacio en los minutos finales de la película.
Gustabo ríe ante tal reacción ridículamente enternededora. Los créditos empiezan y Gustabo se levanta de la cama para poner otra película. Esta vez le tocaba a él escoger la película.
— ¿Cuál pondrás? — se endereza en la cama mientras espera comiendo palomitas.
— Llamada pérdida. — dice sonriendo con malicia. — Dicen que es muy buena, aparte vi el tráiler y me pareció entretenida, es japonesa y no veas cómo asustan los cabrones. — ríe leve mientras pone la película en el reproductor dvd. — De hecho, el tono de celular que tengo es de la película.
