𝐕𝐚𝐧𝐭𝐞, 𝐈𝐭'𝐬 𝐓𝐡𝐚𝐭 𝐘𝐨𝐮? • [𝐕𝐊𝐨𝐨𝐤]. 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚

🐶┆Episodio 3

—¿Haz adoptado a un cachorro?—preguntó HoSeok al cerrar mi casillero. Su expresión era de pura emoción y dulzura. Le sonreí como respuesta.

—Sí, se llama Vante y es una dulzura regordeta. —La comisura de mis labios volvió a elevarse al recordarlo.

—JK, porfa, quiero conocerlo, quiero verlo, ¿me dejas? —HoSeok unió sus manos en un gesto de rogó y comenzó a dar pequeños saltitos.

—Claro que sí bobo. No tienes que hacer eso.

—¡Genial! Qué sea hoy, estoy loco por verlo. ¿No tienes foto?

—Mmm~, ahora que lo pienso no, solo lo adopté ayer y me ocupé de hacerlo sentir bien en casa. Nada más. Es un dormilón y le encanta comer.

—Ohh~ -chilló emocionado mi amigo—. No cuentes nada más que me emociono demasiado.

Sonreí nuevamente.

—Está bien, me limitaré a hablarte de él hasta que lo conozcas. —Él asintió convencido.

—¿Por cierto? ¿Viste al nuevo de la escuela?

—No, ¿quién es? —Pregunté poco interesado.

De por sí, no me importaba para nada la vida social en el colegio, no era muy visto y tampoco tenía muchos amigos, sin contar que era tímido.

—Se llama Jimin y está en el mismo curso que nosotros. Es un mango maduro de primera —HoSeok chilla de la emoción, y eso ya era normal para mí. Tan gay—. Es pelinegro, alto, de tez bronceada y una sonrisa que mata a la mínima mosca que se cruza ante él. Es perfecto, apuesto, señor flaquito ¿sabes? Sus ojos son tan tentadores y tiene un carisma sexy.

Me limité a asentir poco interesado a todos aquellas cualidades de Adonis con las cuales describía al chico nuevo. Pero yo solo pensaba en mi cachorro ¿Estará bien solito?

—¿Me estás escuchando? —Me sobresalté al sentir el fuerte impacto de su libro de historia sobre el pupitre.

—Sí, como no. Por lo que lo describes parece apuesto. —Él sonrió pícaro.

—Pues es un ángel caído del cielo. Satanás elabora muy buenos hombres querido.

Chasqueé la legua y me dejé caer en mí asiento, buscando algo con que escribir en mi cartuchera para poder hacer la tarea, atender a mi mejor amigo y despreocuparme un poco de mi gordote en casa.

Las clases habían comenzado lentas y volvían a hacerme pestañear pesado para las próximas horas de clases que me quedaban. Una interrupción en la clase de historia del arte me hizo agradecerle a los santos su hospitalidad por mi persona que no aguantaba ni una oración más sobre las pinturas de Da Vinci que estaba cansado de escuchar.

Durmiendo despierto siento en el fondo el cotilleo del profesor con el de la puerta. Un carraspeo en la voz del profesor bastó para hacerme levantar la cabeza nuevamente y atenderlo, y de paso, de no sufrir las abruptas preguntas acosadoras de la asignatura.

—Alumnos el será su nuevos acompañante en algunas asignaturas —Presenta al pelinegro que se encontraba a seis mesas delante de mí, catalogado como nuevo de la clase.

—Un gusto a todos, mi nombre es Park Jimin y soy nuevo en esta institución, espero ser bien recibido por todos. —Y finalmente ensambló una sonrisa de oreja a oreja que causó suspiros a más de diez fans en el salón, incluido mi amigo.

—Por favor, sientate en donde desees. —Le incita el profesor y este observa detenidamente el aula buscando cual de los asientos vacíos se le hacía tal vez más confortable.