Mérida es una joven de 19 años de edad, aspirante a escritora. Ella obtiene un oportunidad para comenzar con su carrera soñada, escribiendo un libro de ficción sombre... Piratas.
Mérida en su busca de inspiración para dicho libro, tiene un sueño en...
Ese lugar era hermoso, jamás había visto tal cosa.
El agua brillante cayendo en el pequeño manantial, las flores hermosas que crecían en el lugar.
Y esa hermosa mariposa que estaba posada en una flor.
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Todo me llamaba la atención. Jamás vi algo como esto y deseaba que mis hermanas estuvieran aquí, viendo esto.
De pronto sentí algo frío posicionarse en mi cien. Gire para ver que era y vaya sorpresa.
—¿Qué haces?- Preguntó Jack, apuntando inmediatamente a Arturo
—La chica ya nos trajo, ya no nos sirve- Lo miró- Y lo sabes
—Dijiste que la dejarías ir- Frunció el ceño
—Claro que la dejare ir- Rió y cargo el arma- La dejare ir al más allá
Oh eso es grandioso—Ojo fue sarcasmo— No quiero morir, en estos momentos es donde deseo y quiero ver a mis hermanas.
¡Dios! Si esto es un sueño quiero despertar ya.
Nunca, nunca debí haber conocido a Jack. Nunca debí confiar mi corazón a él, a un estúpido pirata. Debí haber recordado las palabras de Samy.
Quería hacer algo, lo que fuera. Llamenme cobarde, pero no quiero morir, no aquí, no así.
¿En que momento me metí en esto? ¿En que momento llegué aquí? ¿Y cómo? ¿Qué hago para escapar de estos dos?
Piensa, ¡Mérida, piensa!
Tratando de hayar una solución recordé una platica que dio mi profesor de historia.
Miré la estatua de la Diosa y más recuerdos vinieron a mi mente.
Oh, estoy agradecida de no haberme dormido en esa clase.
—No puedes matarme- Dije rápidamente, cuando este estaba a punto de apretar el gatillo
—¿Qué?
—Sabes la historia, ¿No es así?- Sonreí con burla
Comencé a caminar en dirección a la fuente, de espaldas, pues este seguía apuntándome con el arma.
—¿Qué historia?- Preguntó confundido
No solo él estaba confundido, Sparrow me miraba tratando de descifrar lo que pasaba por mi mente.
—Se dice, que sí una persona mata a otra frente a la fuente; frente a los ojos de Hebe, el agua se volverá sangre y una maldición caerá sobre aquel que cometió tal acto- Me detuve al sentir el agua en mis pies
—¡Patrañas!
Lo siguiente que escuche fue el sonar de una bala, sin embargo nunca impacto en mí.
No me había dado cuenta que había cerrado mis ojos y con un poco de miedo los abrí, para encontrar a Jack forcejeando con Arturo.
—¿J-Jack?
Este me miró y me dio una sonrisa de lado, tan característico de él.
—Mérida, esto es tuyo- Lanzó mi collar, el cual logré atrapar
—Maldito- Arturo apretó de nuevo el gatillo, paralizando todo el lugar
Frente a mi, poco a poco, vi caer a Jack, pero no solo él. Arturo tenia la espada de Jack incrustada en su pecho.
—¡Jack!- Corrí hacía él
—D-dulzura- Acarició mi mejilla, la cual estaba húmeda por las lágrimas- S-sufriste, ¿No?
—N-no hables- Dije tratando de que la sangre se detuviera
—¡Jack!- El señor Gibbs corrió al ver a Jack tendido en el suelo
Rápidamente mire la fuente, esta comenzaba a teñirse de sangre. Voltee a ver al señor Gibbs.
—Trae el agua- Este me miró sin entender- Trae agua de la fuente antes de que se tiña por completo
Rápidamente asintió, corrido hacia ella.
—M-Mérida- Lo miré- Dulzura, e-estas desapareciendo
Mire mis manos y, efectivamente, estaba desapareciendo.
No lo entendía, no entendía que era lo que estaba pasando. Una luz estaba envolviendo mi cuerpo.
—S-siempre supe que no eras ordinaria- Dio una risita, pero después se quejo de dolor, eso me alarmó- Talvez... Tal vez eso fue lo que me atrapó, jamás pensé sentir esto.
Me había quedado sin palabras y él solo sonreía levemente, la mano que yo estaba sujetando se fue deslizando poco a poco.
