Sparrow al rescate

959 104 10
                                    

Calculaba que había pasado ya una hora y no había rastro de los piratas. Cada cinco minutos me asomaba por la pequeña abertura de la puerta, pero simplemente no había nadie.

Comenzaba a anochecer y se me hacia raro que al menos el señor Gibbs no llegará.

Se me conocía por ser la mujer más impaciente del mundo entero y ahora, justo ahora mi poca paciencia se estaba desvaneciendo.

Con un suspiro irritado salí del camarote. Sí, si, Jack me prohibió salir, pero me sentía cansada de esperar.

Me detuve antes de bajar del navío, mirando todo. De pronto aquellos piratas ebrios habían desaparecido, todo estaba solo.

Me devolví con dirección al camarote, pero antes de llegar siquiera a la puerta de este me devolví de nuevo.

Repetí esa secuencia por media hora. No sabía que hacer, me sentía nerviosa al estar completamente sola, en un lugar el cual no conocía.

Tenía miedo. ¿Qué iba a hacer si alguien venía aquí? ¿Qué haría yo sola?

El sol se había despedido dando paso a una oscura noche que solo era ilumida por la luna, pues no habían estrellas.

La falta de luz hizo que me diera más miedo. Si esto era un sueño en este momento quería despertar.

Odiaba la soledad, la detestaba y lo peor era que ninguno de los piratas de este navío llegaba.

Era como sí se hubieran olvidado de que estaba aquí.

En mi última vuelta saque valor de no sé donde y con un suspiro nervioso baje.

Caminaba con rapidez por aquellas calles. Era extraño que no hubiera nadie por ahí, pero me daba un poco más de tranquilidad.

No tenía idea de donde ir. Solo a mi se me ocurría ir a buscar a piratas en un lugar que desconocía.

Empecé a oír unos pasos tras de mí y un poco, muy alarmada, comencé a caminar aun más rápido.

¿Dónde estas Sparrow? Me pregunte a mi misma cuando los pasos se oían aun más cerca.

Sentí un jalón a mi brazo y después mi espalda y cabeza ser impactadas contra la pared.

—Auch- Me quejé apretando mis ojos con fuerza

—Una linda conejita no debería andar por allí- Habló un hombre- Y menos en calles donde hay muchos lobos

Abrí lentamente mis ojos hasta dar con los orbes negros de aquel hombre. Se veía joven y no tenia barba, pero me miraba de una manera que me daba asco.

—Deberías jugar- Tomó mi barbilla- Tu y yo conejita

Mi corazón comenzó a palpitar al sentir una de sus manos subir por mi pierna. No podía moverme, estaba paralizada.

—Juguemos conejita- Acercó su rostro al mío con la intención de besarme, sin embargo una voz hizo que se detuviera.

—Creo que hoy no es un buen día para jugar- Dijo

Miré a aquel hombre y por primera vez sentí paz al tenerlo cerca.

«—Yo creó que deberías quitar tu asquerosa y sucia mano de allí- Señaló la mano que se encontraba en mi pierna- O habrá una tormenta, una tormenta donde lloverán balas

Just a Dream? | Jack Sparrow |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora