c a r r e t e r a c a r a c a s - l a g u a i r a ⊙ h a n j i s u n g

007

Como saludo, me límité a levantar la cabeza mientras aparentaba no estar en medio de una discusión con el otro.

ㅡÉpa, Kim. ¿todo fino?ㅡ saludó de vuelta Bin, volteandose completamente en su dirección.

ㅡEso, cara e' sueño, ¿a quién le bajaste ese suéter?.

ㅡLo voy a dejar a tu imaginación pa' que tengas algo en que pensar en la noche.

Hablamos un poquito más y después de un silencio Bin volvió a levantarse, pero esta vez se paró en frente de Kim y le puso un pote de Minalba lleno e' jugo de guayaba encima de la mesa del pupitre.

ㅡPrueba esa vaina.

Seungmin agarró el pote y lo miró detenidamente tratando de detallarlo, inclinó su muñeca varias veces viendo la densidad del jugo y luego frunció sus labios mientras asentía. Le sacó la tapa y olió un poco el contenido para pasar a beberlo con un trago algo corto al principio.

ㅡLe doy 8/10, Seo.

Antes de que Bin empezara a mentarle la madre, pensé rápidamente en una pregunta. Porque la posibilidades de que Seungmin viniera acá a vernos las caras no eran inexistentes, pero sí pocas.

ㅡ¿Y eso que viniste?.

Devolvió su mirada a mí y abrió los ojos.

ㅡ¡Coño, sí!, Jeongin me mandó a preguntar que si hoy trajiste el tirro. claro... yo sabía que se me había olvidado algo.

eS QUE YO LOS CONOZCO, PANA.

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En las mismas de siempre, caminé con toda la desidia que mi alma me permitía a pesar de haber cruzado el portón que separaba el liceo del estacionamiento y este de la calle hace menos de dos metros. Despegaba la vista de la acera con constancia dando cortas miradas con dirección a los audífonos tratando de ver si había avanzado un poco en mi tarea de desenredar uno de los cuantos nudos que se habían hecho gracias a que los había dentro del bolso por lo menos unos dos días en los que me lanzé mis vueltas trifasicas por media Caracas con el bolso encima.

Seguí la línea que marcaba la diferencia entre la calle y la acera y después de pisar un pequeño charco en medio de mi camino conecté los audífonos en el teléfono y lo guardé en el bolsillo del suéter. Aún sin escuchar alguna canción, pude distinguir el sonido de unas pisadas detrás de mí y sin prestarle mucha atención simplemente giré mi cabeza en dirección al concesionario que estaba a mi izquierda en un intento de ver quién era la persona que caminaba a unos metros de mí.

No sé quién carajo es, pero camina como si quisiera despertar al diablo de un solo pisotón.

Son las cuatro casi cinco, pero aún así no es una idea descabellada pensar que incluso después de la hora hay personas saliendo del liceo, sin necesidad de que formaran parte del directivo o que impartieran alguna materia en el plantel; fácilmente podían ser otra persona como yo, a la que se le fue pedida su colaboración para hacerle ciertos cambios en cuanto a guión y vestuario a una presentación que se hacía anualmente en fechas aniversarias, y aunque no estabamos ni cerca de ellas, querían asegurarse que este año todo saliera como ellos deseaban así sea por una vez en sus vidas.

Por eso volvieron a confiar en las habilidades de Bin para hacer guiones y elaborar diferentes escenarios en su cerebro para hacerlo, y por ser parte de la promoción y pana de la basura esa también terminé yo metido en la vaina esa junto a varias personas de la promo, pero a diferencia de ellos, yo simplemente estaba sentado con Bin a mi lado leyendo las hojas impresas que se nos habían sido entregadas, y contenían la absurdamente vieja obra para luego escribir en una libreta alguna que otra cosa que se nos ocurriera con el propósito de incluirlas luego en una versión "mejorada" de la pequeña obra.