Hubo un tiempo en mi corta mi vida en la que parecía que los Max Steals me parecían más interesantes que el resto de personas con mi edad, años que mi papá describía como "una etapa", pero coño, fue una etapa que duró desde que tuve que involucrarme con niños en preescolar, hasta que conocí a Changbin en primer año.
Aunque en aquel momento parecía algo atonito considero que mucho se debía a mi poca interacción con niños en los primeros 5 años de mi infancia. En los que, como todo carajito toñeco me acostumbré a ser yo, yo y yo a pesar de estar con Alexandra, quién nació par de meses después que yo.
A decir verdad, tanto a mi papá como a mi abuela les importaba poco mi nulo interés en otros niños, papá como todo padre primerizo tenía deseos latentes de alejarme de toda posiblidad de peligro y mi abuela, como toda alcahueta no se quedaba atrás y en cambio, lo alentaba. Desde mi primer año hasta los 6 los pasé con mi abuela, quien cuidaba de mí desde la mañana hasta las 6:30 pm, la hora en la que mi papá llegaba. Las mayoria de las tardes después de bañarme y merendar mi abuela buscaba a Alexandra a casa de mi tía y la traía a jugar conmigo, así que podría decirse que casi toda mi interacción con otros seres humanos se daba dentro de mi casa. La misma costumbre me daría problemas más tarde, pues cualquier amigo que tuviera tendría que venir a mi casa, porque no me dejaban estar en la calle sin supervisión.
Algo absurdo pensando que la mitad de mi vida la pasé solín solito en las cuatro paredes de mi cuarto o con par de amigos en la calle de el frente.
El peo se dio cuando a una de mis tías, la mamá de Alexandra, le dijo a mi papá que de repente no era normal que un niño de mi edad no le gustará hablar con otros o simplemente tenerlos a un lado. Que se suponía estaba edad en la que así fuera al baño hacía un amiguito, cosa que mi papá en un principio no notó, pero al ser señalado por su propia hermana le precupó de maneras anormales, pero comprensibles para un padre como él. Recordó a Alexandra, nacida en diciembre y tres meses menor que yo, ésta era el ejemplo perfecto de cómo se relacionan los niños pequeños con su alrededor cuando se les da la libertad de hacerlo. Al contrario que yo, Ale no era el primera bebé que tuvo su hermana, aunque sí sería la último. Por lo mismo y los propios deseos y preferencias de sus padres, Alexandra creció como un bebé de la selva dispuesta a hablar con quien se le atravesara y por supuesto, fan número 1 de correr en pañales y llevar el sereno en la platabanda en la casa de la abuela.
A los siete años, tras entrar en primer grado empecé a ir a una terapeuta psicoconductual para perder la pena y aprender que llevarme con otros no significaba un peligro como había creído toda mi vida, lo que siempre vi cómo una perdidera de plata que nos podíamos gastar en uno de los tantos Mc Donald's que había en Caracas para la época, pero sin dudas era una necesidad que tenía que ser resuelta. La terapeuta trataba de sacarme la sopa así como quien dice, a ver cuál era la explicación a mis actitudes. Pero yo, como un niño que bien, siempre había interactúado con personas mayores, no estaba acostumbrado a ser presionado para tener una verdad. Y solo eso, sino que, al salir de y pasar tanto tiempo con un introvertido como lo es mi papá, también resulté ser muy cerrado con lo que consideraba mío. Sin embargo, ella concluyó que toda la sobreprotección que se me había dado toda la vida me llevó a un sentido desconfianza por todo aquello que no perteneciera a mi casa o no estuviera cerca de ella.
Ciertamente hubiera preferido una cajita feliz y ya.
Sin embargo, después de varias semanas yendo con esta terapeuta y otras en huelga por ya no quería ir más, mi papá optó por restarle importancia y dejar de llevarme a su consultorio esperando que algo en mi cambiara por mi cuenta. Un pensamiento muy orientado por la época y poco que se creía en la psicología, si bien en un principio supo que tenía que acudir a esta terapeuta nunca llegó a verla con la misma necesidad y urgencia como lo haría con una pediatra. En realidad no todo fue malo y mis citas de hecho, sí me sirvieron un poco, aprendí a ignorar algo a mi miedo y empezar a acercarme a mis vecinos. Y posteriormente como una buena anécdota para contar y presentarme a mí mismo, justo como en este momento.
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c a r r e t e r a c a r a c a s - l a g u a i r a ⊙ h a n j i s u n g
FanfictionDonde Minho está a un pelo 'e rana de morirse por una intoxicación de tanto comer mariscos en la guaira y Jisung a nada de comérselo a él a besos. ________________ • . * Ambientada en la cuna del libertador, mejor conocida como Caracas.
