c a r r e t e r a c a r a c a s - l a g u a i r a ⊙ h a n j i s u n g

007

Ese pote es más de ella que mio, la verdad.

Ignorando completamente el gesto de Hyun, agarró el cuaderno, lo puso en sus piernas y empezó a escribir con su portaminas, por sobre todas las cosas, la rapidez con la que María escribía siempre destacaba, aunque después de cada una de esas ocaciones su letra siempre se veía de la mierda, como si escribir fuera algo que se le dificultara en cantidades abismales o de lleno lo estuviera haciendo en otro idioma porque esa vaina no se ve normal. Aún así de la nada, pero justificadamente, el recuerdo en el que en medio de una conversación hace algunos meses, confesó que por eso trata de escibir a una velocidad normal o por lo menos pensar, apreció de nuevo.

Luego de unos cinco minutos paró y aún con la cabeza gacha cerró sus ojos de nuevo y alargó el brazo un intento agarrar el pote una vez más, eran centímetros los que esperaban su mano del pote azul celeste cuando sin previo aviso pareció retractarse, volvió a agarrar el portaminas y siguió escribiendo a la misma velocidad de antes con suma atención haciendo pequeñas pausas para borrar algo o incluso frotar sus cienes con alguna de sus manos libres en el momento, pasados algunos minutos Hyunjin volteó y me miró mientras que yo simplemente negué sabiendo lo que él quería decir.

Digno de la foto de las dos princesas de la película de Barbie agarrándose las manos mientras se miran.

Hyunjin se acercó hacía Maria y vio el cuaderno en el que ella escribía, ella volteó y lo miró directamente a los ojos tratando de descifrar algo que no pudo, igualmente él hizo lo mismo y ella solo volvió a escribir sin decir o hacer algo más.

Transcurrieron algunos minutos más y después de haber llenado unas cuatro páginas, cerró el cuaderno y lo dejó en el espacio que la separaba de mi con cierta brusquedad. Cerró y abrió su muñeca izquierda denotando cierto dolor o incomodidad en ella gracias a haberla usado las ultimas dos paginas, para luego volver a ponerse los lentes que había abandonado y dejado a su lado desde que empezó a escribir, nos miró a los dos por un breve lapso de tiempo como si nada hubiera pasado antes.

ㅡ¿Qué tienes?ㅡ pregunté mirándola fijamente con Hyunjin que de un momento a otro hizo lo mismo y al igual que yo, esperó a que dijiera algo.

Ella entrecerró los ojos y después de darse cuenta que una mentira o escusa no bastaría para calmar la curiosidad que crecía significativamente dentro de los dos, suspiró y puso su mano en su cabeza bajando su mirada a mis zapatos, que a pesar de mantenerse limpios todo el tiempo y entretener con continuidad a las personas que los veian, expresaban una tristeza llamada: "me han pisado más que a una gallina que no puede poner por sí misma".

ㅡTodo tranqui, nada mas siento que se me está escurriendo el cerebro por la oreja y que que todo lo que me queda adentro está prendio en candela.

Verga, con razón huele como a cambur quemao.

Hyunjin se paró como si alguien le hubiera metido el dedo en el culo, fue y trajo su bolso azul marino entre brazos de manera descuidada, rebuscó a través de todo lo que traía dentro de el y sacó una bolsa de azúcar de las que te dan en las panaderías acompañada de un lipton de durazno a la mitad, los puso en el piso con la misma fuerza con la que pones una pieza e' dominó encima de una mesa antes de ganar la partida y las deslizó hasta que quedaron a una distancia adecuada para que María las agarrara con solo estirar sus brazos.

ㅡNo sé si es pálida, pero: te lo tengo.

María observó el lipton por algunos segundos con un creciente descontento y me miró a mí suplicando por alguna objeción al plan de Hyunjin tratando de subirle la azúcar a pesar de no saber con exactitud qué era lo que tenía Lala.

Es que yo sé, a ella le sabe a mierda el de durazno. Por eso es que somos amigos.

ㅡÉchale el sobre, esa mierda de por sí ya sabe a pura azúcarㅡ terminó de recostarse en la pared a mi lado y cruzó las piernas. Sabrá dios qué vaina  le va a dar vamos a hacer si se toma esa mierda.