Consecuencias. -17

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" Ya era tarde cuando descubrí que eras inevitable"

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No podía parar de reír, contagiando al resto de mis amigos, y este hecho, hacia que me riera  aun mas.

Parecía un ciclo vicioso, del que no podíamos salir desde hace 10 minutos, donde literalmente, ninguno había dicho ni una palabra, porque estábamos ahogandonos por reír.

- ¡Contesta! mierda Volkov estos están muy drogados.

Cada vez que Jack o Volkov nos insultaban, o siquiera hablaban, nos daba aun mas gracia.

Ellos se notaban realmente molestos e irritados por esto, y ya estaban perdiendo la poca paciencia que les quedaba por su jornada, asi que, poco a poco comenzaban a apretar, o ser mas agresivos con mis amigos.

Cerré la boca intentando no reírme más, y comencé a concentrarme en mi respiración, hasta llegar al punto donde ya era capaz de modular una palabra sin descojonarme.

- Jack- Dije mirándolo.

El se apartó de los chicos, y caminó hacia mi, que estaba sentada en el bordillo de la carretera, con las manos esposadas.

- Como digas alguna estupidez Lexa, vas a pasar la puta noche en una celda.

Me contuve, con todas mis fuerzas, de reírme en su cara.

- Solo salimos a divertirnos, una cosa llevó a la otra, vamos, solo pon algunas multas, y déjanos ir, que debemos cargar el tanque.

Su cara de incredulidad hizo que me arrepintiera de haber dicho esto último.

Llevó una de sus manos a su cara, apretando su cien, y se tomó unos segundos.

- Vale, Volkov, nos los llevamos a todos a comisaria, ahora. 

El asintió, comenzando a meter a los dos primos, Emilio, y Horacio en el patrulla, este último delante. 

- No, no, espera, voy en mery, no puedo llevarme  a dos.

Caminó hasta el patrulla, y agarro de la ropa a Horacio, sacandolo del vehiculo.

El de cresta definitivamente no entendia que pasaba, pero el hecho de que Jack le haya arrebatado la oportunidad de ir con Volkov, no le habia gustado una mierda. 

Agarró a Gustabo, y lo sentó en la parte de delante, luego, hizo que los primos se apretaran aun mas, y metió a el de crestas atras, provocando quejas por parte de todos.

- Yo me llevo a Lexa, tu haz que todos estos lleguen vivos a comisaría.

El ruso asintió, metiendose de piloto, y acelerando.

Me paré, con algo de dificultad, ya que no podia usar las manos, y llamé su atención.

- Que cojones haces, dejanos ir a casa Jack, no pasó nada importante.

El alzó las cejas, apretando sus manos, volviendo blancos sus nudillos, y resaltando sus venas.

- ¿No pasó nada Lexa? Estas completamente drogada, metida en un auto, con otros anormales, en peor estado que tu, y todavia encima con Gustabo haciendote las gayolas, ¿te piensas que voy a dejarte hacer estas mierdas?

Agarró mi hombro, apretando mas de la cuenta, y me encaminó hacia la motocicleta.

Me frené de golpe, impidiendo que el me subiera al vehiculo

- No controlas mi vida, y aunque seas el maldito intendente de esta ciudad, no vas a impedir que haga lo que yo quiera, debes entenderlo.

Estaba definitivamente cabreadisimo, incluso podia intuir que se estaba aguantando las ganas de golpearme.

- Sube a la maldita motocicleta, cuando no estes drogada, hablaremos. 

Se paró detrás de mí, y me sacó las esposas.

Rodé los ojos, y me subí después de el

Cuando aceleró, y noté que no iba a poder aguantar mucho sin agarrarme de nada, deslicé mis manos por su cintura, aferrandome a su espalda. 

Luego de 15 minutos llegamos a comisaria, ya mas calmada, me bajé, casi cayendo, por culpa de el mareo.

Volvió a ponerme las esposas, con brusquedad

Con prisa, Jack me arrastraba por toda la comisaria, en dirección a las celdas, donde ya se escuchaban las voces y gritos de los chicos.

- Volkov, ubica a Lexa, yo voy a hacer el papeleo necesario para solucionar esta mierda. -  dijo mi hermano soltandome hacia dentro.

Ya me habia sacado las esposas, lo cual encerio era un gran alivio.

En la primera reja estaban Emilio, y Horacio,que simplemente estaban sentados, mirando a la nada; Luego, en la del medio, estaba el par de primos, que ya estaban ambos en la misma cama, roncando.

Y por último, Gustabo estaba sentado en el suelo, mirando hacia arriba.

Abri los ojos fuertemente y frené de golpe, antes de que el rubio se de cuenta de nuestra presencia.

Me di vuelta y me pegué a Volkov, poniendo las manos en su pecho, arrugando la camisa sin querer.

Lo empujé un par de pasos hacia atrás, lo suficiente como para que no nos vea.

Aun se sentia el efecto de aquellas pastillas, porque sino, jamas me hubiera atrevido a ponerle una mano encima al ruso, y menos arruganddo su preciada camisa roja.

- Porfavor no me metas alli, meteme en una sala de interrogatorios, o lo que prefieras, pero no allí.

El fruncio los labios y apartó mis manos de su camisa, para luego pasar sus manos alli, mirándome con el ceño fruncido.

- Deberías saber que no puedo hacer eso, y ademas, consideralo un castigo por entrar sin golpear a los lugares.

Alcé mis cejas ante lo ultimo, se suponía que eso ya era un tema olvidado, pero parece que el buscaba venganza por haberle arruinado el polvo.

Agarró mi antebrazo, y comenzó a arrastrarme hacia la celda, con una sonrisa.

Claro que disfrutas esto, anormal.

Abrió la celda, llamando la atención de Gustabo, quien nos miró con sorpresa.

- Creí que te iban a llevar a tu casa.- dijo una vez entré.

Miré a Volkov irse, y suspiré.

- Se podría decir que hice enojar a el superintendente.

El se rió acomodándose mejor en el suelo.

- ¿Quién no hace enojar a tu hermano?

Esta va a ser una larga noche...



Provocador || Gustabo GarcíaWhere stories live. Discover now