¿Primera vez? Capítulo 24.

Start from the beginning
                                    

POV Camila

Después de seguir a un malhumorado pato, la Nana y yo nos acercamos a Lauren y a Taylor. Frente a ellas no me limitaba en abrazar o tomar la mano de mi novia y eso me agradaba.

–Es increíble ver como dos jovencitas a las que les cambié el pañal, hoy están enamoradas –dijo Marie sentada junto a nosotras sobre el césped.

–Yo no puedo creer que me enamorara de esta acosadora de patos –bromeó Lauren y después de darle un ligero golpe en un brazo, besó mi mejilla.

Más tarde convencimos a mis padres para que me dejaran quedar en el club ya que mi papá forzosamente quería que fuera esa noche a una cena en casa de algún amigo suyo.

–Mis padres están a nada de irse –susurró Lauren en mi cuello mientras estábamos en la zona de cabañas. Sus brazos rodeaban mi cintura y mis manos estaban sobre sus brazos.

–Niñas, lamento interrumpir pero tengo algo que darles –la Nana aprecio detrás de nosotras y fue cuando noté la llave de la cabaña en su mano.

–Gracias –sonrió mi novia y tomó la llave.

Aunque confiábamos en Marie, no era menos incomodo que ella hubiese rentado la cabaña por nosotras sabiendo lo que posiblemente pasaría ahí.

–Que tengan una magnifica noche –nos guiño un ojos y se alejó con una pícara sonrisa en el rostro.

–Deberías aprender a no sonrojarte tanto princesa –de nuevo ocultó su rostro en mi cuello y sentí un cosquilleo recorrer mi espalda.

–Lo intentaré –dije en un hilo de voz pues los besos que ahora me daba nublaban mis pensamientos.

–Vamos –con su mano sobre la mía me dirigió hasta el lugar donde estaba segura que pasaría una gran noche.

– ¿Estas lista? –me preguntó notablemente nerviosa, podía decir que incluso más que yo.

–Lista –respondí antes de dejarle un dulce beso en sus labios.

Al abrir la puerta encontramos una cama espaciosa con sábanas blancas, unas cuantas velas rojas y sobre las almohadas había una rosa del mismo color de las sabanas.

–Tal vez no es perfecto pero quería que esta noche sobresaliera de cualquier otra que hayamos compartido hasta ahora –la escuché mientras tomaba mis manos y las ponía frente a su pecho.

–Nunca he soñado con una primera vez llena de clichés y menos cuando estoy contigo porque no me importa donde esté siempre y cuando sea contigo, mientras sepa que me quieres de la misma forma que yo lo hago. Esto… –miré la habitación –por mucho o poco que sea, es perfecto para mí –en sus ojos vi algo distinto y que no sabía cómo describir pero su sonrisa también reflejaba algo nuevo.

–Te quiero –susurró acercándose a mi labios.

–Te quiero –respondí juntando nuestros labios.

POV Lauren

En medio de nuestro beso sentía las caricias que compartíamos sobre nuestros brazos, por la espalda y el cuello. Cada toque era distinto a como era usualmente y me sentía feliz.

El beso que compartíamos no era desesperado ni tampoco estaba lleno de lujuria incontrolable, era solo amor. Estábamos expresando nuestro sentir en un beso, no necesitábamos palabras para transmitir lo que sentíamos.

Estábamos junto a la cama y después de separarnos tan solo unos milímetros, me detuve a mirar su rostro. Cuando abrió sus ojos no pude contener una sonrisa la cual salió de manera instantánea. Mis manos no fueron perezosas al querer sentir la suave piel de su rostro. Ella me sonreía y sabía que esa sonrisa era sola mía.

Camila me miraba fijamente con tranquilidad y por un momento ella tomo el mando. Con sus delicadas manos tomó el borde de mi blusa y la apartó de mi cuerpo. Sus labios con cariño y tacto, tocaban mi cuello, mis clavículas, mi pecho, y luego volvían a subir hasta mis labios.

Cerré mis ojos y entonces sentí una punzada en mi corazón y en mi mente.

–Detente –dije con la voz rota.

Miré sus ojos y ella no entendía.

Sentí mis ojos a punto de dejar salir unas cuantas lágrimas.

Sin decir nada dirigí mi mirada a donde su mano estaba bajo la mía.

Su mano tocaba la parte más sensible de mi cuerpo, su mano se posaba sobre la parte inferior izquierda de mi abdomen.

Algo como eso ya había pasado, ella intentaba tocar esa parte de mi cuerpo y yo simplemente la detenía, no podía soportar ni un mínimo roce en ese lugar.

Mi mano seguía sobre la suya así que la tomé y la dirigí hasta mis labios. Sentí un sabor a sal y fue cuando entendí que una lágrima había caído de mis ojos.

– ¿He hecho algo mal? –preguntó ella con la voz entrecortada.

–No has sido tú, ha sido mi pasado –dije cerrando los ojos para intentar borrar los recuerdos que me produjeron sufrimiento en su momento y una cicatriz.

Ella parecía no entender pero cuando miré de nuevo mi cicatriz ella lo hizo también y fue cuando la miró con un aire de tristeza.

– ¿Quieres contarme acerca de ello? –pregunto abrazándome con tanta dulzura.

–Quiero –respondí poniendo mis manos sobre su espalda.

Tal vez era hora de sacar mis sombras de aquel baúl que había construido hacia no mucho tiempo. Y quizás decir en voz alta todo lo que me daño un día a alguien más que no fuese un psicólogo o la policía, me haría sentir bien y podría dar el siguiente paso. Ese paso era soportar sobre aquella cicatriz, las manos de la mujer que tanto quería.

Our StoryWhere stories live. Discover now