Primera vez (Parte 1) Capítulo 25.

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 POV Camila

Tenía a Lauren abrazada a mi cintura y su cabeza estaba recostada en mi pecho.

Con mis dedos peinaba su cabello y con mi otra mano acariciaba el brazo que estaba sobre mi abdomen.

– ¿Recuerdas el rumor que se esparció por toda la escuela hace dos años sobre mi siendo secuestrada? –escuché el inició de su desahogo.

–Sí, lo recuerdo.

–Pues fue cierto –mis manos por un momento se detuvieron. Al mismo instante sentí una punzada en mi estómago –Yo volvía a casa después de mis clases de canto, era un poco tarde pero aun no oscurecía. El auto que el chofer tenía en ese momento se había averiado y tardarían en llegar por mí así que decidí caminar. Yo sentía que era una tarde como cualquier otra hasta que una mujer se detuvo frente a mí. Recuerdo que sus palabras fueron:                                                                                                               –Tienes unos hermosos ojos –La voz de Lauren se comenzaba a entrecortar.

–No tienes por qué seguir si no quieres –ella negó ante mis palabras con un simple movimiento de cabeza.

–Ella parecía una agradable mujer, incluso me recordaba a la Nana. Me acompañó durante dos cuadras y cuando finalmente se despidió algo cubrió mi vista. Habían puesto una especie de tela negra que no me dejaba ver nada. Había voces masculinas, eran de tres hombres. También me di cuenta de que estábamos sobre un auto en movimiento –sentí unas lágrimas silenciosas sobre mi playera pero no dije nada. Tomé su mano y entrelacé nuestros dedos.

– ¿Qué sentías en ese momento? –me atreví a preguntar con miedo de la respuesta.

–No era miedo, de eso estoy segura. En realidad no sé qué sentía pero lo único que deseaba eran respuestas –guardó silencio. Tal vez estaba eligiendo las palabras para lo siguiente –En el recorrido no dije nada, ellos tampoco dijeron algo. No me movía, no gritaba. Nada –su mano apretó un poco la mía.

– ¿Sabías quiénes eran o que querían? –ella negó con la cabeza.

–Al principio no, pero una vez que me bajaron del auto el sonido de nuestros pasos hacia eco en el lugar. Me llevaban a empujones hasta que me sentaron en una silla. En el lugar hacia frio y entonces sentí mis lágrimas caer pero no habían sollozos. Luego escuché a unos de ellos preguntar sobre si tenía que descubrir mi cara pero el otro dijo que no. Él temía ser reconocido –yo seguía expectante a su relato pero al mismo tiempo sentía un gran enojo sobre esas personas que ni siquiera conocía –Ese mismo día mi teléfono sonó. Yo sabía que era mi papá. Alguno de ellos tomó mi móvil y respondió llamándolo por su nombre: Michael. Yo me preguntaba si mi padre lo conocía. Parecía que ellos discutían…no, ellos negociaban –de nuevo mis dedos la peinaban con lentitud.

– ¿Hablaste con Michael en ese momento? –de nuevo negó.

–No. Pero una vez que colgó, dejó mi teléfono en el bolsillo de mis pantalones y deduje que estaba parado frente a mí. Sus siguientes palabras fueron:                                                                                                        –Somos gente buena créenos, pero tenemos que arreglar unas cosas con tu…padre y mientras te portes bien, nosotros no haremos nada que te pueda lastimar –intentó en cierto modo imitar un acento francés.

–Para mi sorpresa su tono no era amenazante. Y yo no sentí pánico ni nada parecido –parecía que no comprendía aun el porqué de ello –No sé cuánto tiempo pasó hasta que dos de ellos anunciaron que saldrían por un momento. Uno de ellos se quedaría conmigo. Y ese fue el inició de lo que realmente me lastimó –ella lloraba.

– ¿Qué fue lo que sucedió? –de nuevo me incomodé con mi propia pregunta.

–Sentí sus manos acariciar mis piernas. Mis manos estaban atadas detrás del respaldo de la silla así que no podía hacer nada y era cuando por fin sentí miedo. Sus manos siguieron tocando mi cuerpo hasta el punto en que sentí sus labios sobre mi cuello. Mi vista seguía siendo privada por la oscuridad. Los labios de ese asqueroso ser estaban marcando mi piel y seguido sentí como acariciaba más allá de mis pantalones. Yo en ese momento comprendí que nada me salvaría de perder algo muy preciado para mí. Él me llevó hasta una superficie acolchonada pero no sabía que era. Mis manos seguían en mi espalda y las suyas seguían sobre mí –mi mandíbula me dolía tan sólo de escucharla decir todo eso.

La furia que contenía en mi cuerpo al pensar en alguien más tocándola y aprovechando de ella hizo que mi cuerpo se tensara.

–Él gozó de mi cuerpo, me robó mi virginidad y yo me sentía destrozada, sucia. Sentía que si salía de ahí todos me observarían y sabrían lo sucio que mi cuerpo era –su llanto ya no era discreto y fue cuando bese su cabeza.

Ella me miró y notó mi duro semblante. Me imitó y pasó las yemas de sus dedos sobre mi rostro, sólo logro tranquilizarme un poco.

– ¿Pero cómo es que tienes esa cicatriz? –ella volvió a recostar su cabeza en mi pecho.

–Los otros volvieron y cuando me vieron desnuda le gritaron al hombre que había abusado de mí. Los recién llegados estaban furiosos, discutían y un disparo se escuchó. En ese momento cualquier cosa me asustaba y por primera vez en mi vida supe lo que era estar aterrada. Quien me violó se dirigió a mi diciéndome que era una cualquiera y que por su culpa lo matarían pero que no sería antes de que el me matara a mí. Mi piel comenzaba a ser cortada lentamente, la navaja cada vez se adentraba más en mi cuerpo y entonces se detuvo. Otro disparo se escuchó. Su cuerpo cayó sobre el mío pero lo único que me importaba era que no podía gritar, no podía moverme, mi cuerpo estaba paralizado por el inmenso dolor que sentía –ella se sentó sobre la orilla de la cama y puso su rostro entre sus manos. Las lágrimas caían sin control.

Me senté junto a ella y lo único que pude hacer fue abrazarla.

–Pero todo eso ya pasó, no tienes por qué sufrir de nuevo por algo que ya no es –le dije en un intento de reconfortarla.

–Nunca dejé que nadie más me tocara Camz. Theo no me tocó en un año, no me besó, nada. Mi propia familia me incomodaba incluso con un simple agarre de manos –ella me miraba con dolor y tristeza –Pero tú cambiaste eso. Porque amo la manera en la que me tocas y me besas. Porque me haces sentir especial y gracias Camz, gracias por darle algo increíble a mi vida –me sonrió de forma que me sentí toda una mujer capaz de amar.

–Entonces déjame borrar las pesadillas de tu piel con mis caricias y mis besos, déjame amarte, déjame hacerte sentir que nada ni nadie más volverá a lastimarte –mis manos estaban sobre sus mejillas y nuestros rostros eran separados por solo unos centímetros.

–Te amo –solo esas dos palabras fueron necesarias para sentir una enorme felicidad.

Mis labios tomaron los suyos con deseo y delicadeza. Mis manos rodearon su cuello y la acercaron más a mí.

–Te amo Lauren, te amo como nunca amaré a nadie más –eso fue todo lo que pude decir antes de dar inicio a un intenso beso.

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De verdad quiero agradecer a quienes votan cada capítulo :D

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