En el estacionamiento (Chen)

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Los cinco nos encontrábamos fuera del hospital en funciones. Luhan nos había enviado un mensaje diciéndonos donde estaba y habíamos ido allí a hablar con él. Aunque no hiciese un mal día el frío comenzaba a calarnos ya desde bien dentro. Nos encontrábamos en silencio ya que no teníamos nada que decirnos entre nosotros en aquel momento. La emoción nos podía, era algo inevitable.

A los dos minutos de avisarnos que venía a vernos pudimos distinguir su cabellera rubia de entre los coches. Venía con su sobrina en el cochecito, directo a nosotros, que nos encontrábamos justo delante de su coche, en el aparcamiento. He de admitir que su sombría expresión no me gustaba nada de nada.

-Los dos han muerto. La misión esta completada -informo con voz queda.

Nada más escuchar sus palabras, todos menos el, sonreímos satisfechos al ver que la misión había salido bien y que nos iban a pagar por llevarla a cabo.

-¿Cómo? -pregunto lentamente. Tan suavemente que dio la impresión de que no había preguntado nada de nada.

-¿Estás seguro que quieres saberlo? -le pregunto Lay preocupado mientras pasaba su mano por la espalda para apoyarlo. Este asintió, más seguro de lo que había parecido anteriormente. Todos giraron su mirada hacia mí, como si quisiesen que yo lo explicase. Gire mi cabeza, mirando a Kris, el cual con un pequeño asentimiento dejo que fuese yo quien lo contase.

Me aclare la garganta para responder a aquella pregunta de una manera seguida, sin que se me interrumpiese.

-Xiumin, Tao y yo nos encargamos de entrar en la casa sin llamar la atención. Hacía ya más de media hora que Lay había provocado el apagón de luz, y no funcionaban ni está ni la electricidad. Por lo tanto la alarma que pudiese haber quedo fuera de juego -cogí un poco de aire-. No fue difícil de reducirlos, con la droga que Xiumin había preparado los drogamos y los dormimos. Los trasladamos hasta donde siempre, ya sabes a que almacén me refiero -concrete-. Una vez estábamos todos allí, los torturamos un poco, esperando que soltasen algo, pero nada. No hasta esta mañana al menos. Tenemos las cuentas, localizado el dinero, las armas y toda la droga que escondían. No queda nada, ni una sola prueba -asegure muy contento de la intervención que habíamos hecho. Aquel había sido un gran paso-. Unas horas antes de vuestra vuelta, volvimos a dejar a los dos sujetos en casa, posicionados de tal manera que pudiese parecer un intento de suicidio.

Mire a Xiumin para que explicase aquella parte ya que él debía de saber mejor que yo sobre aquel tema.

-Encima de la mesilla del salón hay varios tipos de drogas. Somníferos, antidepresivos, anticoagulantes y antiinflamatorios. Un poco de todo, para que parezca que de verdad querían morir. Abrimos el gas también, para que además de las drogas diesen por sentado que si eso no funcionaba lo haría el gas.

-Para asegurarnos que no iban a sobrevivir -intervino Kris esta vez, dando fin a las explicaciones-. Les suministramos un veneno letal. Daba igual si os los hubieseis encontrado antes, habrían muerto de todas maneras -aseguro con su ronca voz-. Cuando salgamos de aquí llamare a nuestro jefe para darle la buena noticia -nos dedico una pequeña sonrisa.

Todos asentimos casi a la vez. Ahora que todo había terminado nos podíamos relajar, tomárnoslo todo con mucha más tranquilidad. Bueno, a Luhan ahora le tocaba hacer de paño de lágrimas. Porque él quería, el se lo había buscado.

Había decidido desde antes, y nos lo había hecho saber, que fuese el que fuese el resultado de la operación el seguiría con el niño de las víctimas. A mí me daba igual que lo hiciese, no afectaba para nada en mi vida, aunque me parecía una idiotez. Se había encariñado tanto con él que se iba a llevar la peor parte del trabajo. Incluso se había enfrentado a Kris y al jefe para dejar aquella parte tan desagradable que le había tocado. El ser puto. El encandilador de victimas.

-No lo hubiésemos logrado sin ti -agrego Kris-. Si no hubieses sacado al chico de la casa todo habría sido difícil y complicado -le dio dos palmadas en el hombro.

No entendía porque tenían que darle tanto apoyo y comprensión. El mismo había escogido seguir ese camino, no es como si alguien le hubiese obligado a involucrarse tanto con él. Con el plan inicial nos hubiese bastado para poder llevar a cabo la operación. Quienes se merecían el mayor reconocimiento éramos los demás. Los que nos habíamos jugado la piel. Lay, Tao, Xiumin y yo.

Lay se apresuro a acercarse a él para darle ánimos. Hablaban en susurros pero como yo me encontraba justo al lado pude escucharlo todo.

-¿El está bien? -pregunta el pequeño unicornio despistado. Luhan negó con la cabeza.

-Lo han tenido que sedar para que no montase espectáculos -su voz volvía a ser calmada-. Esta con sus amigos y estos le están consolando al menos -esbozo una pequeña sonrisa-. Iré a decirle que me tengo que ir a trabajar -agrego mientras miraba a Kris, el cual le iba a decir eso precisamente. Nos tocaba hacer el informe y hablar luego con nuestro jefe superior. Para eso teníamos que estar los seis juntos. Era como una de esas normas que no estaban escritas.

-Te acompaño -intervino Tao poniéndose entre Lay y el rubio Luhan. Era sorprendente que nuestro pequeño quisiese ver a la victima peor perjudicada de todo el asunto. No era una persona sadoquista, por lo general no le gustaba ver sufrir a la gente. Solo a quien se lo merecía-. He dejado huérfano a un podre chaval. Quiero saber cómo esta -le explico ante la interrogante mirada del mayor. Este asintió lentamente, sonriendo al ver que al menos no era el único con grandes remordimientos comiéndole por dentro.

-Os esperamos en el despacho entonces -agarre a Lay del brazo, obligándole a venir con nosotros, pues él era capaz de subir también a ver qué tal se encontraba el dichoso niño.

[Hunhan] LuminescentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora