No a las sartenes (Chanyeol)

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Sehun había venido a nosotros con un pequeño puchero, como si estuviese celoso o algo parecido, a avisarnos a mi marido y a mí que su jefe Luhan quería conocernos mejor. Al parecer le habíamos caído bastante bien la última vez que habíamos estado y habíamos creado cierta curiosidad por saber como éramos. A mí nunca me parecía mala idea visitar casas ajenas a la mía y ponerlas patas arriba, no siempre era mi intención pero normalmente era lo que solía pasar por norma general, o sea que ahí estábamos: en casa del jefe de mi pequeño hijo Sehun.

Todo había empezado de una manera tranquila hasta que Tiarn, vaya nombre más complicado de decir le habían puesto a la niña, se puso a llorar por el ruido que estaban haciendo al cocinar. Todas las alarmas se habían puesto a funcionar a la vez y el humo se expandía por toda la cocina porque a mi marido no se le había ocurrido otra cosa que echar vinagre con agua a una sartén para freír un huevo. Escuchaba los gritos de todos los demás en la cocina y los de la niña en la sala, donde yo me encontraba viendo la televisión para no molestar. Ellos no la escuchaban o sea que sin pensármelo dos veces fui yo a cogerla.

Era pequeña, la cosa más pequeña y delicada que había tenido en mis manos, no pesaba nada de nada y su cara roja y las lágrimas que caían por sus mejillas la hacían tener un gesto de lo más curioso para mí.

-O sea que esto es un niño llorando... -murmure curioso mientras la agarraba con más cuidado y fuerza, posando su cabeza sobre mi hombro, obligándola a moverse en el mismo compas que en el mío. Me moví de lado a lado, a grandes zancadas mientras meneaba mi cuerpo hacia arriba y abajo esperando conseguir algo. Golpee su espalda para ver si tenía gases, pero siguió llorando.

-¿Chanyeol? -Baekhyun asomo la cabeza por el marco de la puerta con cierta mueca que me desagrado. Sonreí, intentando contagiarle a él también mi pequeña felicidad.

-¿No es bonita? Sigo pensando que algún día deberíamos de hacernos con una de estas. Tendríamos una Sehun en chica -bromee haciéndolo sonreír también al final.

-No creo que a Sehun le haga gracia tener una hermana pequeña. Le tenemos muy mimado -sonrió alegremente siguiendo mi pequeña broma. En seguida sonreí, tan ampliamente como lo estaba haciendo él.

Hablar entre nosotros era como hablar con un espejo. Si uno sonreía el otro también, si uno bostezaba el otro también, si uno estornudaba más de lo mismo. Fui a volver a hablar, a decirle algo que lo hiciese partirse de la risa prácticamente, pero una voz me interrumpió de lleno.

-¿Qué haces con Tiarn? -exclamo Luhan, que al parecer pasaba por ahí.

-Eh... -no sabía que decirle exactamente. Aquella pregunta parecía que iba hacia alguien malo y yo no era nadie malo. Debía de estar equivocado, o quizás viendo a alguien detrás de mí. Definitivamente estaba loco.

-Déjala donde estaba -ordeno a la nada con una sartén en la mano. Incline la cabeza hacia un lado para encontrarle mayor sentido a aquel detalle. ¿Por qué tenía una sartén en la mano si no estaba en la cocina? Definitivamente aquel señor deliraba.

-No te preocupes, aquí no hay nadie más que yo -le respondí negando con la cabeza y hablando de una manera pausada y tranquila-. No hay espíritus que puedan dañar a tu sobrina.

Escuche una gran risotada, la cual claramente provenía de Baekhyun, pero por la expresión del chico rubio supe que no le había hecho ninguna gracia mi comentario. Lo cual tenía menos sentido aun porque era él el que había dicho nada.

Alzo la sartén, no sé si queriendo o sin querer, y comenzó a andar hacia mí con cierta expresión peligrosa en la cara. Rápidamente, sin perder tiempo, me di la vuelta y salí corriendo antes de que me pudiese dar caza, a mi o al espíritu claro.

Escuche preguntar a Sehun que era lo que pasaba, y luego como se unía al más bajito a reírse sin hacer nada por ayudarme para que el psicópata ese no acabase conmigo. ¿Qué le pasaba? Ese chico no era ni medio normal.

Al final acabo golpeándome de verdad con la sartén. Resulta que se estaba refiriendo a mí en todo momento. Pronto empezaba a chochear el chico pues. No lo veía yo tan viejo como para hacerlo de tal manera.

Estaba en la habitación de Sehun, donde íbamos a dormir los tres aquella noche. La cama no era especialmente grande, o sea que le habían acoplado un colchón para que cupiésemos los tres. Vamos, que Sehun dormiría en uno de los colchones y Baekhyun y yo en uno juntos ya que estábamos acostumbrados a hacerlo.

Había ido a mirar mi móvil, para enviarle un mensaje a mi madre, cuando repare en una pequeña bolsa al lado de la mochila de Baekhyun, la cual antes no estaba ahí. Curioso, me aproxime a mirar que era lo que tenia dentro, abriéndola lentamente para darle mayor dramatismo.

Mi sorpresa fue enorme. Lubricante. Laxantes en pastillas. Y otras pastillas que no llegue a reconocer. ¿De verdad se había tomado mi frase tan en serio que había comprado aquello para que lo hiciésemos? En realidad yo lo había dicho ciertamente en broma, sin estar seguro de querer hacerlo del todo. No veía a Baekhyun de esa manera. Para nada.

[Hunhan] LuminescentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora