II

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Kara condujo lo más rápido que la ley permitía, conociendo a su hermana mayor quizás volvió a tener un caso que no podía pasar por alto su porque su corazón no se lo dejaba pasar.

Alexandra Danvers es una Veterinaria con un enorme talento, pero tenía la cuestión de meterse en problemas por querer ayudar como si fuera una súper heroína, como la vez que hizo que Jeremiah se detuviera a media carretera para llevar a una familia de patos hasta el lugar más adecuado donde deberían estar.

O la más reciente del anterior navidad, después de que ellas dos fueran a cenar al restaurante de siempre se encontró con una gata callejera a medio trabajo de parto. Kara tuvo que llevarla en brazos, manchando su chaqueta favorita de los Red Sox de sangre y liquido amniótico, la gata no pudo sobrevivir y los gatitos no paraban de pedirle cariñito porque creían que era su madre... tardaron cinco meses en que los cinco gatos encontraran su propio hogar.

Ahora toda posibilidad le llegaba a la mente, como un perro herido por un atropello o encontrarse con un siervo después de una pelea contra otro, pero a Kara no le molestaba en absoluto amaba a su hermana y si tenía que pelear contra un oso por ella, lo haría sin dudarlo.

Al llegar a la parte de atrás de la clínica de su hermana lo primero que noto es que cerca de la puerta trasera frente a su camioneta estaba Alex caminando en círculos como león enjaulado, entre mas se iba acercando mas notaba que: 1) su hermana estaba cubierta de sangre, 2) estaba tan increíblemente pálida como si no recibiera sol.

Fue rápidamente hacia la mayor tomándola por los hombros con cuidado.

-Ok Alex...- se detuvo no sabía que decir, pero no iba a quedarse a media palabra- mira yo te ayudare en lo que sea...-

Alex tomo una de sus manos para guiarla a su camioneta Van, abrió la puerta mostrando algo que dejo a la rubia no solamente en Shock sino que también horrorizada. Dio el grito de su vida en ese instante.

-Mierda, Mierda, Mierda, Mierda, Mierda...- No miro a su hermana, solo podía ver a la chica pelinegra no solo completamente desnuda frente a ella un pequeño plus que tenia era la enorme herida del abdomen que le hacían sangrar a borbotones.

La Van estaba arruinada, era la escena de la peor película de crímenes jamás existente. Kara volteo a ver a su hermana mayor con determinación sintiendo la adrenalina correr por sus venas.

-Mira vamos a deshacernos del cadáver, y no solo eso dejaremos nítida la camioneta como si na...- La pelirroja teñida le dio una bofetada.

-¡No está muerta Imbécil!, ¡Ni mucho menos lo hice yo!- gruño molesta.

-Si... digamos que no hay ninguna muerta...- le sonrió nerviosa. Kara era horrible mintiendo.

-Mira la encontré cerca del rio... pero no era... ya sabes...-

-Una muerta- recibió otro golpe de su hermana.

-¡Una humana!- grito exasperada.

-¿De qué mierdas hablas? -

-Era un lobo... un tanto grande pero era un lobo - trato de explicar perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

-Entonces esta chica desangrada era un lobo...- hablo incrédula.

-Entonces crees más que ataque a esa desconocida antes de que es una loba- levanto una ceja retándola a retarla.

-Bien, bien...- Volvió su vista a la sangrante. –Ahora... ¿Qué hacemos?- pregunto.

-¿Cómo que "¿Qué hacemos?"?, pedazo de imbécil- le miro molesta.

-Claro, tengo diplomado en odontología para hadas- ahora la molesta era ella.

-Y te crees que yo sé como operarla- le miro desesperada.

-Naturalmente la despertare para decirle "Oye señorita McCalle me haría el favor de convertirse nuevamente en lobo para que mi hermana pueda operarla" -

-Está bien suena ridículo... pero por eso te llame- le miro desesperada. -En tus clases de dibujo viste algo de anatomía humana ¿No?- le miro sugerente.

-¡A DI-BU-JAR!- grito. Su hermana le tapo la boca.

-Lo sé... solo...-

-Bien operaremos a la Señorita McCalle- suspiro. -Si se muere nos vamos a Mexico... -

Entre las dos cargaron a la Sexy Sangrante dentro de la clínica. Mientras la medico se encargaba de ordenar y desinfectar todo, Kara se encargo de limpiar lo que podía. Pero la chica seguía sangrando.

La puerta sonó. Kara salto asustada.

-Llame a un viejo amigo de Eliza, para que me lleve unos cargamentos del banco de sangre – informo ligeramente divertida la mayor yendo hacia la puerta.

-Joder...-

Kara fue siguiendo cada orden de pasarle y limpiar lo que su hermana pedía, mientras Alex estaba tan concentrada operando que no se daba cuenta de cuánto tiempo pasaba. La rubia metia su mano en donde podía, y por un momento en su vida agradeció a Winn por obligarla a ver Grey's Anatomy, Scrubs y The Resident. En su mente solo faltaba algo de drama y sexo para completar la trama del capítulo de turno.

Entre las dos cerraron la herida de la mejor forma precisa, la tatuadora se sintió completa de que la Señorita McCall estuviera estable.

-Iré por algo de ropa limpia para ti y la loba aprovechando que aun no son las seis- anuncio.

Tomo su auto y condujo hasta la casa de Alex, tomo lo primero que encontró guardándolo en una maleta limpia además de también cambiarse a sí misma. De camino de regreso decidió comprar algo para desayuno como premio bien merecido.

Tarareaba una canción de Ariana Grande mientras entraba nuevamente a la clínica, donde se encontró a la pelinegra ahorcando a su hermana.

-¡Hey!- grito a todo pulmón soltando su cargamento lista para ir en contra de la malagradecida bestia.

La pelinegra se volteo, soltó a su hermana, sus ojos de un fuerte y hermoso verde la dejaron paralizada e increíblemente maravillada. Claro ya había notado lo hermosa que era la "paciente", pero no para dejarla sin aliento.

Eso hasta que se acerco lo suficiente para que su mejilla conociera de cerca el puño de la otra. En sus oídos no había nada más que un zumbido que le taladraba las orejas acompañado de un gruñido de ira. No sabía cuando había llegado al suelo al otro lado de la habitación, pero tampoco se notaba seguro.

Natural algo de todos los días, curas a alguien y este te mata con sus propias manos. La ojiverde a paso pesado iba acercándose a ella. Fijo sus ojos en Alex quien miraba todo con cierto miedo y culpa. Eso la enojo y mucho... no era culpa de la pelirroja que la loba estuviera loca, no tenía la culpa si las hería.

Pero... la otra tampoco tenía la culpa ¿No?

Le dejaron casi muerta, ahora despierta en un lugar desconocido y quizás a sus ojos tmabien peligroso.

Kara se levanto del suelo mostrándose molesta, muy molesta. Camino directamente a la desconocida tomándola por los hombros evitando apretar mucho.

-¡BASTA!- Le grito a todo pulmón. -¡No Te Haremos Daño!- Remarco cada palabra. –Nosotras Te Curamos, No es justo que nos mates-

Le soltó tomando espacio tratando de tomar algo de aire.

La pelinegra no tenía los mismos planes que ella,  que después de procesar sus palabras, le tomo de las mejillas.

Y junto sus labios con los de la rubia con hambre y deseo casi como si fuera lo ultimo que tuviera que hacer antes de morir.

La Irascible Omega de Zor-ElWhere stories live. Discover now