I wish I were SeokJin |𓂅 Yoonseok

30.

Y ahí se encontraba el azabache de cabellos rojizos. Frente al folio donde ocupaba cada una de sus notas, notas que se gastó en escribir estos últimos meses, donde contenían mayor parte de sus profundos sentimientos y problemas personales. No sabía que hacer, se quedó sentando en la silla observando aquel folio por horas, pero no tenía idea de que hacer con el. Para Hoseok todo había terminado, su amor por Yoongi el que había sido invalidó y lo mismo por su amistad con el. Ya no quería gastar su tiempo en pensar en el, no podía seguir sufriendo a su culpa, es más, el sabía que su Hyung sería feliz con Seokjin, y eso lo aliviaba un poco. Aparte, mañana se mudaba lejos de la ciudad con su nueva pareja, Jimin. Sus amigos y familiares no paraban de decirle que ya era hora de olvidar a su primer amor y seguir adelante con su nueva vida junto a Jimin. Pero parte del azabache quería seguir amando con locura a Yoongi, y no le importaba que ese amor no fuera correspondido.

—Debo dejarte ir Yoongi Hyung...—susurró, tomando aquel folio ente sus manos

Se puso de pie en un solo movimiento y camino hasta la sala a buscar algún abrigo para salir. Tomo las llaves de su auto y se dirigió a la salida, no sabía muy bien donde iría, pero debía deshacerse de esas notas.

Mientras manejaba tenía su pequeña cabeza llena de diversos pensamientos, en sí debía realmente olvidarlo por completo, en si estaba en lo correcto irse a vivir con Jiminnie a otro lugar, o si debía estar con su nuevo novio, ya que no lo amaba del todo. Se sentía realmente mal por no amar a Jimin tanto como amo a Yoongi, pero no podía forzar sus sentimientos, su corazón latía por su Hyung y no por Jimin. El sabía eso, pero lo negaba constantemente. Pero se cansó de esperar algo a cambio, recordó como Yoongi lo ignoró por meses, como tiro y pisoteo su regalo, como lo trato cada vez que el se acercaba a hablarle. Le dolía cada vez que recordaba esos momentos y los comparaba con los momentos lindos que tuvieron, le dolía demasiado aceptar su realidad. Yoongi lo estuvo llamando y buscando estos días como loco, pero Hoseok sabía que si volvía a hablarle no había vuelta atrás, así que decidió ignorarlo, tal y como el lo hizo.

Después de tantos minutos en manejar llego a una hermosa playa. Como era época de invierno, prácticamente no había nadie ahí. Bajo del auto y se aseguró de cerrarlo con llave. Camino a pequeños pasos lentos hacia la orilla, sintiendo como la arena de metía dentro sus zapatos y el viento se hacía cada vez más fresco al acercarse. Se quedó un rato parado, observando detalladamente el mar, se había olvidado lo lindo que se sentía ir a la playa, con Yoongi iban cada vez que se sentían abrumados, cuando solían desaprobar algún examen en la secundaria o cuando el día fue amargo siempre iban a ver el mar. Sin darse cuenta, Hoseok ya se encontraba llorando,mordía su labio inferior haciendo el máximo esfuerzo en no llorar, pero las lágrimas salían por si solas ¿Por que? Porque se dio cuenta que aún amaba a su Hyung, y que debía dejarlo de amar a la fuerza.
Lo amaba desde joven, desde que lo conoció, y por miedos e inseguridades nunca pudo decirle lo que sentía, es más, tampoco tenía la confianza en si mismo como para hacerlo. Pero Jin llegó antes, y era obvio que lo iba a aceptar, ya que para cualquier persona Seokjin era perfecto. Tan perfecto que Yoongi olvido por completo la existencia de su amigo, o eso era lo que Hoseok pensaba.

—Te odio Yoongi, me haces jodidamnete débil, me haces frágil, me hacer sentirme insignificante, joder.—musitó secándose las lágrimas de su rostro con las mangas de su abrigo

—Lo se, Hoseokie...perdóname—citó una voz grave atrás de él

Hoseok se sobre salto, girando rápidamente para ver de quien se trataba. Quedó perplejo, observando al pelinegro que se encontraba a pasos de el, con sus ojos cristalinos, nariz levemente roja y sus sedosos cabellos negros revueltos por el viento. El pelirojo no sabía que decir ni mucho menos que hacer, solo se quedó boquiabierta, tratando de ocultar el folio que tenía en sus manos y agachando su cabeza.