Capitulo 7

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—yo...—sentía como si tuviera atoradas las palabras.

¿Acaso se estaba ejercitando?
Claramente no iba a preguntarle algo como eso.

Por Dios Alison deja de ver sus abdominales, sal de aquí, la toalla puede caerse en cualquier momento... Espera, no te imagines eso.

—¿Que pasa?—preguntó.

Intenté mirar hacia otro lado, me resultaba un tanto imposible, ¿Por qué sentía esa incomodidad?

—tu madre cree que podrías llevarme a casa—finalmente lo miré a la cara, para ser más concreta sus ojos, esos ojos color miel,—sera mejor que pida un taxi.

—no—habló rápidamente—me cambio y enseguida te llevo.

Asentí.—estare en la sala.

Sin decir nada más pasé por su lado y bajé para esperarlo, no demoró mucho, en cuestión de menos de cinco minutos ya se encontraba abajo, me despedí de los Parker y subí al auto con Dylan, nos mantuvimos en silencio, no tenía nada que decir. Agradecí y salí del auto, antes de cerrar la puerta escuché como me llamaba.

—¿Quieres que pase por ti mañana?—me quedé mirándolo por algunos segundos sin decir nada—te llevaré al instituto.

Asentí lentamente—oh, claro.

Cerré la puerta de su auto y me despedí con la mano, caminé hasta la entrada del edificio, miré hacía atrás y el aún se encontraba ahí en el auto esperando a que yo entrara, por fin entré, caminé hasta el elevador y subí al piso diez, entré al apartamento y me recargue sobre la puerta por algunos segundos, tomé una corta ducha y me dispuse a hacer la tarea.

Luego de algunos trabajos realizados escuché como mi teléfono sonaba, me levanté del suelo para cogerlo de la mesita que se encontraba frente al sofá, era mi madre.

—hola mama—llevé mi mano izquierda a mi frente y froté con suavidad.

—¿Interrumpo?

—hacia tarea, ¿Que pasó?

—el vuelo se ha atrasado un poco, llegaré en dos semanas.

Me mantuve en silencio, no era la primera vez que eso pasaba, ella era una mujer ausente, se encargaba de pagar la renta del departamento y depositarme en la tarjeta para comprar comida o cosas que fueran necesarias, pero fuera de eso no había nada más. Me hablaba una vez a la semana y esa llamada no duraba más de tres minutos, ocasionalmente me mandaba algún mensaje, se la pasaba fuera de la ciudad en reuniones y cuando regresaba solo era por un par de días que de igual forma no convivía conmigo.

Su excusa: trabajaba muy duro para darme lo mejor.

—esta bien—se despidió con un simple "adiós" y la llamada finalizó.

Seguí enfocada en la tarea hasta terminar, me atrase un poco con algunas ecuaciones pero finalmente terminé, miré la hora en mi teléfono, eran las dos de la madrugada, me quedaban cuatro horas para dormir por lo que me dispuse a tomar un vaso con agua e irme hacia la habitación.

Al cruzar la puerta escuché como algo caía, pero todo estaba en orden, pensé que tal vez fue mi imaginación, quizás era el aire golpeando la ventana.

Intentaba hacerme creer a misma que era eso, después de todo el autoengaño sirve para no afrontar la realidad.

Respiré profundamente y solté el aire, volví a respirar con suavidad y solté de la misma forma, cerré la puerta y di algunos pasos para acercarme hacía mi cama pero antes de llegar escuché un pequeño crujido tras de mi. Me mantuve quieta observando la cama, así estuve por algunos segundos sin hacer algún movimiento hasta que opté por dar otro paso.

—Alison—sentí como la sangre se me helaba y los bellos de mis brazos se erizaban, un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Esa voz. Esa voz era la de Eliza.

No estaba delirando, era su voz, podía reconocerla al instante.

Me mantuve inmóvil sin articular palabra alguna, pues aunque abrí la boca para decir algo nada salió, es como si me encontrara congelada en ese momento.

—Alison—repitió nuevamente, lentamente me fui girando hasta encontrarme con la pelinegra frente a mi, usaba la misma ropa con la que la había visto en el salón de audiovisuales aquel día. Sabía que no era una alucinación mía, yo de verdad la había visto.

Me mantuve en silencio algunos segundos solo mirándola, ella también me miraba expectante.

Era ella. De eso no había duda.

—¿E-Eliza?—pregunté casi en susurró sintiendo mi cuerpo temblar y mis ojos aguarse.

Ella dió un paso hacia mi acercándose mas—tienes que ayudarme.

¿Por Que Se Suicidó Eliza? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora