Capitulo 18

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Capítulo dieciocho 

~Origamis

Sentía calidez. En mi pecho reposaba una sensación demasiado adictiva.

Unos hermosos ojos acompañados por unos regordetes mofletes que formaban un buchero y aquellos cabellos desaliñados eran los rasgos de aquella pequeña criaturita. Su carcajada volvió a resonar luego de soltarse de la mano de mi padre, razón por la que había hecho puchero, y corrió hacia mí.

—Anyara, ¡Pero que preciosa estás, bebé! — alagué luego de tomarla en mis brazos.

—Tú— respondió, alargando la vocal de forma exagerada. Sonrió tiernamente para luego depositar un pequeño beso en mi mejilla que ocasionó que la calidez se volviera mas intensa.

—¡Que feliz volverte a ver, cosita bonita! — dije, apretujándola suavemente. — Te extrañé mucho.

—¿Mucho, mucho? — dijo, pronunciando un poquito mal sus palabras.

—Mucho, mucho.

—¿Y a mi no?

—Oh — fue lo único que salió de mi boca al escuchar sus palabras. No me había dado cuenta de su presencia en la sala. — ¿Qué tal todo, Max? Perdona, no te había visto. Tu nieta acapara toda mi atención.

—No sé como sentirme al respecto. Todo bien, todos han estado preguntando por ti... — comentó, estaba dispuesta a hablar, pero no me dejo — Y no te preocupes por el trabajo, tomate el tiempo que necesites, recuerda que tu salud va primero. Además, te necesitamos en tu mayor esplendor, tenemos un gran evento y necesitamos a todos con las pilas recargadas. Pero hoy no vine a hablar de trabajo, así que...

Asi pasamos el almuerzo, pues Max se quedó en casa para el almuerzo a petición de mi padre. La tarde fue reconfortante, y a pesar de no querer hablar de negocios, fue algo imposible.

El reloj marcaba las cuatro treinta y Anyara mantenía la misma energía que cuando llegó, aunque puedo llegar a jurar que hasta más. Mi padre se encontraba en su oficina justo a Max, pues había salido a flote el tema de la empresa y el evento que se celebraría por aniversario, a mi padre le resultaba una buenísima idea el contratar al equipo de Max.

Mi madre se encontraba en su habitación, terminando de calzarse unas sandalias. Habíamos decidido ir al supermercado, utilizando como argumento el hecho de que estábamos a mediados de mes y para esos días había menos personas.

Y asi era, al llegar al supermercado este se encontraba con una cantidad no tan grande de personas. Nos adentramos a los pasillos, tomando lo que teníamos pensado llevar a casa. Al llegar al área de los vegetales tuve que aguantar a mi madre hablar sobre todos los jugos de apio, ají, albaca, habichuelas negras, remolacha, que pensaba hacer; además de escucharla hablar de como iba a controlar mi alimentación durante bastante tiempo, o más bien hasta que entendiera la importancia de comer bien.

An había caído dormida en mis brazos de tanto escucharla hablar, y a mi no me quedaba de otra que asentir y estar de acuerdo en todo lo que me decía, pues todo había pasado por un gran descuido mio.

El tiempo en el local se hizo más largo del que se tenia en mente, como cada vez que vas al super con tu madre. Al llegar a casa Max nos esperaba fuera, esperando nuestra llegada para poder partir a su casa.

Con un abrazo se despidió acordando encontrarse pronto, además de recordándome guardar reposo.

El manto de la noche había caído sobre la ciudad y el clima se volvió frio, dejando caer una leve llovizna que simplemente pasó para acariciar las plantas y lo techos, más el noticiero anunciaba ventiscas y lluvias leves para la semana.

El domingo había llegado, y como lo había anunciado el pronostico del tiempo el jueves, había lluvias. Justamente ahora. La tarde se encontraba fría y la idea de comer helado pasó por mi cabeza como la idea más espectacular del momento, pero fue desechada al instante al pensar en la riña que me llevaría al llegar mi madre a casa.

El frío era soportable, pues las ventiscas no eran tan fuertes y el sol había salido por un momento al medio día.

Al otro lado de la calle se podían escuchar a los niños siendo regañados por sus padres, argumentando que, aunque sea poca la lluvia esa era la más peligrosa, pues traía consigo la gripe. Los niños lloriqueaban, rogando a sus padres porque los dejaran jugar un poquito más, incluso se abrazaban a sus piernas con tal de traspasar el agua a las prendas de los mayores, acciones levadas a cabo con tan solo una mirada que se dedicaron entre ellos los pequeños niños.

Una leve risa salió de mis labios al ver tal acción. Me dio un empujón a aquella camilla donde me encontraba postrada hace un tiempo por un descuido, por un sentimiento que me incitaba a pensar que mi vida seria un fracaso.

Dispuesta a no volver a caer en ese agujero, me encaminé a mi cuarto para despejar mi mente. Recoloqué todo, limpié tanto el piso como la cristalería y las estanterías que tenía en la habitación, incluso armé una pequeña área con una tela negra donde tenia pensado realizar unos cuantos proyectos a futuro.

El día seguía oscuro, pues las lluvias tenían intenciones de seguir. Tomando eso como escusa, saqué de los cajones la ropa abrigada y la colgué en el perchero. Di vueltas en la habitación, entreteniéndome con todo lo que veía, tanto de organizar como limpiar, hasta hacer origamis.

Los tutoriales en YouTube tomaron mi tiempo. Cuando fui consciente de como el reloj rayaba casi las seis de la tarde ya había hecho flores de loto, mariposas, hojas otoñales. Con la idea de crear una nueva área para fotografías en el estudio me puse en pie dispuesta a preparar las cosas para la cena mientras mis padres llegaban.

So far away sonaba desde mi laptop sobre el desayunador. Balbuceaba la letra mientras sacaba todos los ingredientes. Tenía las pechugas de pollo descongelando cuando mis padres llegaron, y a pesar de los agotados que estaban se dispusieron a cocinar entre todos. La noche por fin cubrió por completo, había cenado y hablado con mis padres, pues mañana iniciaba nuevamente la universidad, no me podía dar el lujo de perder aun más.

A las nueve preparé todo, me sentía como una niña a punto de ir a su primer día de clases, había alistado mi ropa, mis cuadernos junto con mi cámara y laptop, incluso los origamis. Estaba dispuesta a ir al estudio y preparar la nueva área, después de informarle a Max, claro está. Quiero pisar firme y lograr volver a sentirme como la Robin dispuesta a todo con la finalidad de lograr lo que se propuso.

Bajo el mismo Cielo⨇ (BEMC)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon