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Abrió una lata de RedBull y se la tomocompleta

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Abrió una lata de RedBull y se la tomo
completa. Para luego estrujar la bebida y tirarla al suelo. Sus músculos estaban tensos, en especial los bíceps, pero que bien se veía igual. Guapo. Guapísimo.
Traía los pantalones a la cadera, algo
que le hacía sentir relajado, justo
como se necesitaba sentir en ese
momento. Camino de un lado para otro, tomándose la última lata de RedBull, hasta... que por fin la puerta de esa descuidada bodega, que había rentado por unas horas, empezó a sonar.

Valentín, Raúl y Axel entraron a la bodega. Cada uno con una cazadora de cuero puesta.

-¿Dónde están? - le preguntó Valentín a Cornelio.

Cornelio señaló la primera puerta
del pasillo de la bodega. Sin siquiera
hablar. Los tres hombres que habían entrado caminaron hasta la habitación, en donde cinco chicas se encontraban inconscientes.

— Vaya, vaya!! - rió Valentín, al observar a las cinco mujeres
sobre el suelo. Guapas. Sensuales.
Jodidamente provocativas. Una de ellas sobretodo, le llamó la atención.

-¿ Ah cúal me llevaré? — preguntó riendo de nuevo, y el sollozo de una de ellas se escuchó fuertemente.
— Shh... - dijo colocando su dedo índice sobre sus labios.

- Tú escoge! — le indicó Cornelio.
- La quiero a ella. - señaló con el dedo a una de las pelinegras que sobresalía entre las cinco. Era Ashley Rubio hija de un magnate. Todas empezaron a sollozar, completamente asustadas.
Cornelio la ayudó a pararse y se la entregó a Valentín.

- Yo quiero a ella! - dijo Axel
señalando a la morena de en medio. Alondra Lamborghini la primogénita del poderoso Aaron Lamborghini.
Cornelio hizo lo mismo, quitándose de
encima a dos de las cinco mujeres.

- Yo a ella. - sentenció Raúl,
señalando con la punta del dedo índice a Lú. Fijándose minuciosamente en el lindo escote que llevaba en su blusa.

- No! — negó Cornelio. - Ella es mía!

-¿Y desde cuando tú eliges?

- He hecho la mayor parte de esta
jodida misión. Lo justo sería que yo me la llevara. - le dijo Cornelio.

De alguna manera su sentencia tenía fundamentos, pues Lucrecia manejaba más cuentas bancarias que las demás, siendo hija única y sus padres contaban con una fortuna alrededor de más de Diesmil billones de Euros mensuales, era enigmáticamente la chica más rica en el continente europeo e inclusive quienes decían de él mundo.

-Ok, ok... - le contesto Raúl
fastidiado. - Me llevo a la otra.

Y al cabo de dos minutos, cuatro
hombres tenían a cuatro mujeres
junto a ellos. Cuatro secuestradas. Con
la intención de hacer que cada una
de ellas, roben a sus propias familias
accediendo a las cuentas bancarias de
estas. Cada hombre se iría con una de
ellas a distintos lugares del mundo.
Para no ser encontrados jamás. Y volver con las manos llenas de dinero, con las secuestradas...muertas.

Cornelio cerró la puerta, su destino
era Estados Unidos para ser exactos Las Vegas. Partiría de Madrid esa misma noche, antes de que se hiciera pública la desaparición de Lucrecia y empezaran las investigaciones.

Se volteó, ahora escuchaba tan solo el
apacible silencio entre los dos. Sentía
los bonitos ojos de Lú sobre él,
observándolo... observándolo todo
el tiempo. "¿Qué más quieres mirar
nena?" Sonrió "Tal ves más abajo..."

- ¿Qué miras? - le pregunto.

No obtendría respuesta, pues Lú traía la boca tapada. Se acerco a pasos
lentos hacía ella. Pudo darse cuenta de lo asustada que estaba cuando sintió que empezaba a temblar, cada vez que se le acercaba más y más.

-¿Por qué el miedo? - le preguntó, y soltó el pañuelo que ataba sus labios.

Lú soltó un respiro. -¡Déjame salir de aquí imbé...

- Hey, hey... - Posó sus manos sobre
los labios de Lú. Ella al no poder
defenderse solo se quedó callada.

- No se insulta al jefe guapa...
-No me llames guapa!! - le pidió
ella enojada. Cornelio sonrió. "Bonito
carácter..."

- ¿Y cómo te llamo? - aprovechó que
aún se encontraba atada de manos y
pies. - ¿fea?
- Van a encontrarme!! - le dijo ella. Y
eso pareció molestar a Cornelio más de la cuenta, cambiándole por completo el ánimo.
-¿Te piensas que es fácil muñeca?

-No me llames muñe...

- Te estoy hablando! - le dijo firme.
Lú se quedó callada. - no lo es
conmigo ¿vale? Acostumbrate. Ningún estúpido policía va a encontrarte mientras estés conmigo. Estas con él mejor!! - de pronto una leve oleada de deseo invadió a Lú al escuchar esas palabras.

Observó a Cornelio, embelesada por esos enormes ojos cafés obscuros que recién empezaba a ver. Tan obscuros como una noche de otoño, una combinación perfecta con su piel. Unos bíceps ligeramente cubiertos por una capa de sudor. Unos labios rosados, deliciosos con solo verlos. - el mejor secuestrador de todos ¿me has oído? - la miró a los ojos. - y te irá mejor si no intentas nada nena, no querrás conocerme de verdad!! - le advirtió. - Alistate... - le dijo por última vez. - nos vamos a Las Vegas.

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Las amo ok?

Bueno pues vámonos llendo con el segundo capítulo pónganse pilas con los comentarios y nos vamos más rápido, recomiemden esta adaptación y pues voten!

S-E-C-U-E-S-T-R-A-D-A ¹Where stories live. Discover now