Capítulo 16

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Carolina miró a su hermana con preocupación, parecía enojada. Temió que haya escuchado su conversación con Ruggero, ya que quería dejarla fuera de todo aquel asunto. Karol se acercó con rapidez hacia donde se encontraban y miró a su hermana frunciendo el ceño.

—Caro, me prometiste que no ibas a intimidarlo —la miró decepcionada—. Era todo parte de tu plan, ¿no? Hacerme creer que le darías una oportinidad para luego interrogarlo.

—No, Karol. Sólo estábamos hablando. ¿Qué escuchaste?

—Escuché que lo estabas amenazando —Karol miró a su hermana con los ojos brillantes, sus lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento —, de verdad pensé que querías hacer las cosas bien esta vez.

—De verdad que sí, por favor —Carolina le habló suplicante.

—Vamos, Ruggero —miró a su novio y le hizo una seña con la cabeza, indicándole que se levantara —. Me quedaré con él hoy. Espero que reflexiones acerca de tus actitudes.

—¡No, por favor! —la hermana mayor se levantó de repente y caminó hacia la otra.

Pero entonces Karol tomó a Ruggero del brazo y tiró de él hacia la entrada. Carolina sentía sus lágrimas acumularse de la impotencia. Debía proteger a su hermana, debía protegerla ante todo. La siguió hacia la puerta.

—Karol, por favor no te vayas con él, no es buena persona —suplicó a su hermana —. Confiá en mi.

—Ya perdiste mi confianza, Caro —contestó la menor con expresión de decepción y tristeza.

Carolina vio a su hermana salir y desaparecer tras la puerta, llevándose la ilusión de detenerla y quedarse junto a ella consigo. El último segundo antes de desaparecer, creyó ver esbozar una leve sonrisa del rostro de Ruggero y le hirvió la sangre. Comenzó a caminar de un lado a otro sin saber qué hacer, tal vez su hermana estaba en peligro y no podía hacer nada para detenerlo.

¿Debería seguirla? ¿Llamar a la policía?

Sabía que sólo había una persona que la ayudaría en esto sin importar qué.

Marcó el número de Agustín con algo de desconfianza y esperó con el celular apoyado sobre su oreja. Luego de tres pitidos, sintió la clara y masculina voz de Agustín retumbar sobre su oído.

—¿Sí? —atendió en forma de saludo.

—Agustín, soy yo. Te necesito —contestó temerosa Carolina, su voz sonaba frágil y cortada. Suspiró levemente.

—En cinco minutos llego —Agustin no le dio tiempo a contestar, colgó sin dejarle un segundo.

Fue a la cocina en busca de un vaso de agua y vertió el contenido sobre un vaso sacado de la alacena. Sus manos temblaban, por lo que se derramó un poco de líquido sobre la superficie. Caminó hacia la silla, pero en cuanto se sentó, sintió la puerta sonar por lo que fue en su dirección. La abrió con rapidez preparada para encontrarse con el tan definido rostro de Agustín, pero lo único que vio fue a una persona enmascarada y un arma en su mano izquierda, sin darle tiempo a reaccionar, la sujetó fuertemente acercandola hacia sí y con su mano libre colocó un pañuelo en la nariz de Carolina, después de eso, su vista comenzó a nublarse.

Cuando despertó, había algo sobre sus ojos que no le permitía visualizar en dónde se encontraba, tampoco sabía cuánto tiempo había pasado desde su último recuerdo y su corazón comenzó a acelerarse, tenía miedo, realmente lo tenía.

Bad Reputation (Aguslina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora