Capítulo 15

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Lo último que soltó Michael dejó a Carolina sin palabras, ¿el entorno de Agustín? ¿A qué se refería? Sentía que todo se tornaba cada vez más complicado y que estaba sumergida en un agujero del que cada vez era más difícil salir. Miró a Michael confundida.

—Necesito que me digas más que eso, Michael. 

—No puedo, ¿acaso no ves lo que obtuve por conseguirte esta información? —la miró con rencor —Lo siento, no podré ayudarte más, es un terreno muy peligroso y no necesito más problemas de los que ya tengo.

Carolina bajó la mirada, ya no tenía a nadie de su lado. Tendría que rebuscarselas sola, pero abandonarlo jamás fue una opción.

Michael le dirigió una triste sonrisa para luego desaparecer por la puerta, Carolina comenzó a analizar lo que le dijo Michael. El entorno de Agustín era particularmente Ruggero, ¿debería investigarlo? A ella sólo le parecía un patán por intentar salir con su hermanita.

Al recordar eso se le ocurrió una magnífica idea. Estaba segura de que funcionaría.

Caminó hacia la puerta con seguridad y decida a profundizar en mayor grado todo lo que Michael le había contado. Pero al cerrar la puerta tropezó con un definido pecho. Levantó sus ojos para encontrarse con los de Agustín, pero resistiendo sus instintos lo empujó suavemente y esquivando su mirada continuó avanzando.

Empezó a caminar cuando sintió que él giró sus hombros con delicadeza poniéndola en su dirección. Carolina abrió sus ojos llevándose una gran sorpresa pero antes de tener la posibilidad de hablar, Agustín estampó sus labios con los suyos tomándola totalmente desprevenida, y sin poder resistir a la tentación, ella lo siguió besando. Él la tomó de la cintura como solía hacerlo y luego acarició su cabello con suavidad, Carolina sentía su cuerpo tan cómodo con el de él que quería evitar pensar en todo lo que había pasado, hasta que recordó lo que había hecho el día anterior y totalmente en contra de lo que su cuerpo exigía, se alejó empujándolo del pecho.

—No, Agustín —él frunció el ceño sin entender —, no podés venir y hacer lo que quieras, como si todo lo malo jamás hubiese pasado.

—Lo podemos hablar.

—No quiero, no ahora —bajó la mirada.

—Caro, no te merezco, pero no puedo dejar de pensar en vos, por favor, no quiero estar mal —en su rostro resaltaba el arrepentimiento.

—Después hablamos, Agustín.

Ella se fue sin mirar atrás, siempre fue segura de sus decisiones y no era momento para arrepentirse, a pesar de lo que más quería era estar con él y que la abrazara diciéndole que todo estaría bien. Pero las cosas no eran así, no tan sencillas. No podía dejar pasar las actitudes de Agustín.

Ahora sólo se tenía a ella, y eso le bastaba. No necesitaba a nadie más para seguir adelante.

Luego del trabajo, volvió a casa con sus intenciones muy claras. Entró por la puerta de forma cautelosa y se dirigió a la habitación de su hermana, quien se encontraba acostada con su celular en una mano sonriendo a la pantalla. Carolina tocó dos veces su puerta con suavidad y su hermana la miró sin decir una palabra. Al parecer seguía con el remordimiento por el trato que le había dado la hermana mayor a su novio desde que se enteró que salían.

—Karol... —suspiró —, primero quiero pedirte disculpas, por todo lo que ha pasado con Ruggero, sé que me comporté muy mal con él y me arrepiento.

—Si vienes a hablarme solo por eso, podés irte —la menor regresó a la vista de su pantalla, claramente ofendida sin tomar las disculpas de su hermana.

Bad Reputation (Aguslina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora