Capítulo 11

121 10 5
                                    

Carolina sintió su corazon acelerarse en cuestión de segundos. No sabía cómo preguntarle sobre el tema sin inculparla. Suspiró profundamente.

—Eh...—aclaró su garganta. —Vine para hablar sobre nosotras.

—¿Qué nosotras? No tenemos ninguna relación. —Katja la miró de reojo.—Si me vas a hacer perder el tiempo mejor andate.

Carolina trató de recuperar la poca confianza que le quedaba en sí misma para continuar.

—Lo sé, me refiero a la amistad que tuvimos y qué pasó. —Carolina la miró directo a los ojos. —¿Por qué empezaste a odiarme? ¿Qué te hice?

Katja la miró sorprendida.

Carolina pensó que si empezaba tocando el tema de su anterior amistad, podría llegar al motivo de por qué estaría relacionada con la muerte de su madre y hermana.

—¿Realmente nunca lo supiste? —Carolina negó con la cabeza. —Vos me robaste el único hombre que he amado en toda mi vida.

—¿De quién estamos hablando? —preguntó ella desentendida.

—De papá.

No entendía nada, ¿por qué Katja decía "papá"?

Intentó atar cabos pero seguía sin imaginarse a qué se refería la pelirroja que tenía frente a ella.

—¿Cómo?

—Sí, papá. Somos medio hermanas, Carolina.

Ella sintió venir su mundo abajo, no entendía por qué Katja estaba diciendo eso, su padre había sido una mala persona desde hacía mucho tiempo, pero nunca se habría imaginado que podría tener otra familia.

Katja rodó los ojos antes de seguir hablando.

—Tu querido padre, antes de fingir tener la familia feliz con ustedes, nos abandonó a mi mamá y a mi. Solo habían pasado unos meses ¿sabés? Cuando nos enteramos que tu mamá estaba embarazada de vos. —por primera vez en mucho tiempo, Carolina vio a Katja hablar con sinceridad y revelando sus sentimientos. —Yo amaba a papá, era muy chica pero me siempre lo recordé con mucho cariño, pensé que alguna vez podría volver conmigo. —sus ojos estaban brillosos.

—Entonces, ¿a eso te referís con que te "robé" algo?

Katja asintió.

—Sé que pensás que te odio y nunca entendiste por qué dejé de hablarte, pero de verdad me dolía.

Éramos unas niñas, cuando sólo teníamos ocho años, estábamos en tu habitación jugando cuando llegó él.

Yo sí sabía quién era, tenía fotos de él, pero jamás imaginé que verlo en persona, frente a frente, podría ser tan duro.

Vi como te abrazaba, y te llamaba hija, me partió el corazón y sentí muchos celos de que tuvieras lo que siempre quise. Él ni siquiera me reconoció, me saludó con la mano y se fue.

Desde ese día jamás pude volver a verte de la misma manera, cada vez que lo hacía, sentía una puñalada en mi interior y empecé a intentar sacarte todo lo que estaba a mi alcance, para que sintieras el dolor de querer algo y no poder tenerlo.

Carolina no podía hablar, jamás habría imaginado algo así. Cada vez sentía más motivos para odiarlo, nunca fue bueno, pero después de la muerte de su madre y hermana, se había vuelto un borracho y agresivo, y sólo se fue. Al parecer, abandonar en los peores momentos es su naturaleza...

Bad Reputation (Aguslina)Where stories live. Discover now