— ¿Alguna pista? —indagó Jeon.
— Parece ser que me conoce desde pequeña. —suspiró JiHyo.
— ¿No recuerdas a nadie?.
— Después del accidente en carro que tuve con mi papá, se supone que no tuve problemas en cuanto a la memoria.
— ¿Estás segura?.
— Eso me dijo mamá, pero ahora estoy dudando si es cierto.
— También lo creo. —ambos se acomodaron en la cama para dormir.
— ¿Que querrá de mí? —dijo JiHyo mientras se volteaba de manera que quedara mirando a JungKook.
— No sé. —respondió soltando un profundo suspiro.— Parece que está loco o tiene algún problema. —también se acomodó, quedando ahora ambos frente a frente.
— Ni me lo digas. —recordó los mensajes que él le dejaba en las cartas.
— "Aléjate de mi chica, es sólo mía." —mencionó la frase que nunca faltaba en las amenazas que recibía.— Tiene una obsesión contigo. —se volteó para apagar la única luz prendida y volvió a su posición.— Sólo espero que no sean de esas obsesiones psicópatas. Ya sabes, esas de películas donde el tipo termina matando a medio elenco. —rieron levemente por su comentario.
— ¿Me estás matando de antemano?.
— Si lo piensas bien...los dos terminaríamos en el otro mundo.
— Gracias(?) —de nuevo soltaron una carcajada.
Los dos se quedaron mirando fijamente, admirando al otro en detalle. Extrañaban esos momentos, se extrañaban el uno al otro.
— Buenas noches. —dijo JungKook. Se volteó quedando con vista al techo y trató de analizar lo que había pasado durante el día.
JiHyo se terminó durmiendo fácilmente, pues Jeon se puso a tararear una canción. Demasiado arrullador para cualquier oído.
• • •
— Hija, iré al spa con unos compañeros de trabajo, ¿te compro algo de regreso? —habló la Sr. Park entrando a la cocina. JiHyo estaba lavando los trastes del almuerzo.
— No, gracias. ¿Vas a llegar a casa por la noche?
— Lo más seguro.
Ya terminada la limpieza, se volteó hacia su madre.
— ¿Ya te vas?
— En unos minutos, ya ves que el lugar queda un poco lejos.
— Entonces estaré sola toda la tarde. —hizo puchero.
— Llama a las chicas, que vengan.
— Están ocupadas.
— ¿Todas?.
— Para mi desgracia, sí. Dentro de dos meses nos graduamos, y están estudiando arduamente para subir algunas notas.
— Menos mal mi hija es tan juiciosa y responsable. —la mayor caminó hasta la nombrada para darle un fuerte abrazo.— Salí afortunada por tenerte, tesoro. —besó su frente.
— Tú me hiciste así. —respondió al abrazo y duraron así unos minutos, hasta que su mamá tuvo que irse.
— Bueno... —suspiró y verificó que todo estuviera lavado y limpio.— A dormir se dijo.
Cuando ya casi llegaba a su habitación, el timbre sonó.
— Mi siesta. —hizo una pequeña rabieta y bajó de nuevo.
— Hola. —saludó el chico.
— ¿JungKook?. —el nombrado estaba frente a ella abrazando una pequeña canasta de picnic.
— ¿Puedo pasar? —volteó a mirar hacia su no tan lejana casa. JiHyo también lo hizo; la Sr. Jeon estaba en la puerta de su casa observando a los 2 jóvenes. Park saludó agitando el brazo y dando su mejor sonrisa, la mayor hizo lo mismo.
— Está bien. —se hizo a un lado, ya los dos adentro, cerró la puerta.
— Ya sabes cómo es mi mamá y su amor por la repostería... —el mayor se dirigió a la cocina, seguido por la menor.— Y ahora que sabe que vivimos cerca, seguramente me va a mandar de vez en cuando a darte a probar de sus creaciones. —puso la canasta sobre el mesón.
— Adoro a tu madre. —destapó la canasta, dejando salir el exquisito olor a galletas recién hechas.
— Y ella a tí. —dejó escapar el chico.
La cocina quedó en completo silencio, que con el pasar del tiempo se volvía incómodo a consecuencia de la notoria mirada de Jeon fija en la alegre rubia comiendo galletas.
El incómodo momento se vio interrumpido por el celular de JiHyo.
— ¿Hola? —contestó la llamada segundos después de revisar el número. No hubo respuesta. — ¿Hola?, ¿Hay alguien ahí? —sólo se escuchaba la brisa del viento de donde sea que estuviese esa persona. Sin obtener respuesta, se encogió de hombros y colgó.
— Ya me ten-. —ahora era el celular del castaño. — ¿Aló? —nadie habló del otro lado de la línea.— Creo que se equivocó de número. —cuando iba a colgar, se dignaron a responderle.
— ¿Por qué después de tantas advertencias sigues incluso aún más encimismado con mi HyoHyo?. Aléjate de ella, Jeon. Esto no es un juego. —y colgó.
— ¿P-pasó algo? —preguntó JiHyo después de unos minutos en que JungKook no hizo ni el más mínimo movimiento.
— Era él. —comentó tiempo después al salir de su trance. La menor sólo pudo mirarlo confundida. — Era R.H. —sonaba más que seguro. La rubia quedó sin palabras y tapó su boca con sus manos.
— ¿C-cómo...? —las palabras simplemente no salían.
El castaño se aproximó casi corriendo a la ventana que se ubicaba al lado de la puerta principal; no había ni un alma en la calle.
¿Cómo era posible que el loco sujeto supiera que estaban juntos, en ese mismo instante?
Esa y muchas más preguntas llegaron a asaltar la mente del azabache. Era más que obvio que ese jóven -porque su voz sonó como el de una persona de su edad- tenía un problema psicológico y se podía intuir que sus intenciones con la menor no eran precisamente buenas.
Sin duda, JiHyo corría peligro, y JungKook la protegería a toda costa de ese mal.
💜💜💜
Nos leemos luego~~🦄
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Dueño De Mi Corazón (JungHyo)
FanfictionSegunda parte de "Mensajes de una desconocida" ¿Después del accidente, qué pasará? ¿JungKook perdonará a JiHyo? ¿JungKook tendrá sentimientos hacia ella? ¿Habrán más amoríos?