Capítulo 3 | Pacífica Noroeste

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/Siguiendo el Día 1/

Hermano, nunca te había visto tan rojo, ¿Acaso te gusta Pacífica?-Y allí estaba Mabel, echándole más leña al fuego, pero, En este caso no era solo leña, ella estaba echándole gasolina, creando así un incendio de emociones en mí.-

¡¿Qué?! No Mabel, como se te ocurre pensar eso, ¡Estas loca!-Por favor sálvenme, Mabel está sospechando de mis tontos sentimientos, estoy seguro que mi cara está muy roja.-

Enserio creo que si te gusta, Dipper estas actuando como todo un tonto, tenía tiempo que no te veía así.-Mabel estaba molestándome, y yo estaba muy vulnerable, solo cubrí mi rostro y negué con mi cabeza, era todo lo que podía hacer por el momento.-

Que vergüenza Dipper Pines.-Murmuré.-

Hey chicos, los veo muy animados esta mañana en el desayuno, ¿Sucede algo?-Como cosa del destino, apareció frente a nosotros Wendy, quien estaba tomando una malteada y se acercó a nuestra mesa. Al solo verla yo ya intuía que las cosas iban a ponerse peor.-

-Mabel estaba riendo todo el rato y luego miró a los ojos a Wendy.- ¡Wendy! Ven acá un momento, tengo que contarte algo gracioso.-Mabel llamó a Wendy y la pelirroja acercó su oído para escuchar la primicia que Mabel murmuraba.-

¿Qué le estás diciendo a Wendy?-Grité de forma nerviosa, sea lo que sea esto no pintaba nada bien.-

Wow.-Comentó Wendy, quien al parecer captó lo que Mabel le murmuró y me miró de manera sonriente.- Vaya chico, parece que ahora tienes que resolver un misterio aún más grande.-Wendy estaba muy sonriente mientras tomaba los sorbos de lo que quedaba de su malteada.-

¡MABEL!-Pegué mis palmas de la mesa haciendo algo de ruido y exclamando el nombre de mi hermana en voz alta, tenía tanto tiempo que no me sobresaltaba así, toda la calma que había en mí en estos momentos estaba de vacaciones a Hawaii.-

Si esto es verdad entonces eres un chico temerario Dipper.-Wendy dejó el vaso de su malteada en la mesa y se marchó mientras llevaba en su boca la pajilla y la mordía constantemente.- Buena suerte con la chica oxigenada.-

Imposible, ¿Y tú qué le has contado a Wendy?-Me levanté de mi silla, me acerqué a Mabel y comencé a interrogarla, dejando atrás toda vergüenza y cambiándola por indignación.-

Nada, solo le dije que te gusta Pacífica y que quieres tener una cita con ella, solo eso.-Mabel comentó eso como si fuera algo normal y espontáneo, ¿Acaso ella no tiene sentido de la vergüenza al burlarse de mí? O peor aún, ¿Sabe ella la gravedad del asunto?-

¡Ahhh! Eres un demonio.-Tomé los tres tomos de los diarios de la mesa y traté de irme a mi habitación al tratar de recuperar la calma, estaba tan avergonzado que no sabría que hacer luego.-

Lo sé, deberías ser menos penoso hermano, nunca sabrías qué buena oportunidad podrías perder por tu timidez.-Mabel hablaba mientras terminaba de desayunar y se limpiaba su boca con una servilleta.-

Sí sucede, eso será mi problema, de verdad es molesto cuando te metes en mi vida de esa forma.-Yo estaba irritado ya que el comportamiento infantil de Mabel en ocasiones me hacía perder los estribos, como esta que estoy viviendo en estos momentos.-

Tus problemas son míos Dipper, eres mi hermano.-Mabel se levantó de la silla de forma muy calmada y se fue a sentar al sofá.-

Pues pareciera que no lo fuera, eres muy infantil y actúas como una niña tonta y mensa.-

¿Disculpa? Tú eres quien actúa como un tonto señor amargado... No es mi culpa que te guste Pacifica, además...-Mabel encendió la TV y Pato se sentó a su lado.- No puedo evitar molestarte cuando te pones tan rojo y tratas de negar lo que es obvio, eres tan tonto.-Nuevamente mi hermana comenzó a burlarse de mí, luego de eso tomé un gran sorbo de aire y grité con fuerza lo siguiente, ya no me importaba nada más y solo grité lo que sentía.-

¿¡Y si me gusta Pacífica, qué!? ¿¡Hay algún problema Mabel!?-Cerré los ojos y grité a todo pulmón, lo admití tan duro que incluso los visitantes de la cabaña del misterio podrían haberlo escuchado claramente.-

Vaya, por fin lo admites, sigues siendo  tonto, pero, también valiente .-Mabel solo sonrió de oreja a oreja y recostó más su espalda en el sofá.-

Como sea, voy a mi habitación y no me molestes más con eso.-Traté de irme a mi habitación pero de un momento a otro sentí un ardor en mi muñeca, en esa donde tengo el contador de días, seguido a esto, sentí un escalofrío al unísono cuando el timbre de la entrada de la cabaña del misterio fue tocado.-

Esta bien, no te molestaré señor amargado pero ve y abre la puerta, posiblemente sea Soos.-Mabel giró la cabeza y me sonrió nerviosamente.-

Está bien, todo con tal que no me hagas enfadar más.-Acepté el favor y fui a recibir a la visita, mientras caminaba hacia la puerta me puse a pensar en lo que dije y qué pasaría si la persona equivocada hubiera escuchado eso, pero al final eso era algo imposible que sucediera, no habría forma que algo tan peligroso tuviera lugar en este momento. Abrí la puerta y al mismo momento entré en shock, mi cuerpo no quiso responder y mis manos dejaron caer los diarios. La persona que estaba en la puerta no era nadie más ni nadie menos que la hija de la familia Noroeste.-

Buenos días Dipper ¿Sucede algo?-Pacífica estaba parada frente a mí y yo no podía responder ante ella y su hermosa sonrisa, sentí que mi corazón se detuvo y que mi alma dejó mi cuerpo, pero lo que me provocó el shock fue una pregunta que estaba atascada en mi mente. 

¿Ella acaso escuchó lo que grité antes?

Dipcifica | La maldición de Pacifica.Where stories live. Discover now