Extrañas coincidencias (Harry Styles) Terminada/Editando.

Capítulo 53: Harry.x

- Claro… - Digo como puedo.

- Descansa nena. Mañana hablamos. – Dice entre beso y beso.

- Adiós Harry.

Nos damos el último abrazo, acaricia de nuevo todo mi cuerpo. Las sensaciones no cambian, siempre han sido las mismas. Cuando estoy entre sus brazos mi piel se eriza y no controlo mis impulsos.

Me besa, y en este beso repaso todos los momentos a su lado, cada beso, cada abrazo, cada caricia, cada mirada furtiva cuando nos estábamos conociendo. Nuestro primer beso antes de volver a España. El momento en su casa cuando volví sin que supieran nada. Nuestra primera vez juntos, lo especial que fue para los dos.

Los celos, las peleas y las bromas. Todo aparece este momento. Todo se consume a un beso. Todo se reduce a él.

Nos separamos, cojo la mochila y echo a correr mirando hacia atrás de vez en cuando. Lo encuentro apoyado en el coche, despidiéndose con la mano y lanzándome besos. No quiero estar lejos de él. Me falta todo sin él. Me falta mi vida sin su cercanía.

Cierro la puerta tras de mí y mi padre está parado en las escaleras, corro hacia él soltando un grito de histeria y me abraza fuerte. Me envuelve toda, tratando de protegerme de algo. Nadie puede proteger a otra persona de la distancia.

- Tranquila, respira.

- No me dejes sola papá, por favor.

- No lo haré, vamos arriba, te ayudaré con todo.

Empiezo a meter cosas en las maletas pero casi mi padre echa más cosas que yo. En ningún momento las lágrimas han cesado, creo que no lo harán en unos cuantos días a este paso.

Cada prenda me hace rememorar un día diferente, un recuerdo. Supongo que eso es positivo. Me voy habiendo hecho nuevos y maravillosos amigos. He conocido a la persona de la que estoy enamorada.

He ido a sitios de los que ni si quiera había oído hablar. Hemos compartido todos tantos secretos, que me parece conocerlos de toda la vida. Y espero que siga siendo así.

- Ya está todo. – anuncia mi padre metiendo la única camiseta que me quedé de Harry.

Miro el reloj y son casi las dos de la madrugada. Me siento en la cama al lado de Edward y me acurruco en su pecho. Me voy con un padre recuperado.

- ¿A qué hora tienes que estar en el aeropuerto? – Pregunta.

- A las seis, el vuelo sale a las siete y media.

- Te llevaré antes de entrar a trabajar. ¿Te has despedido bien de todos? – Asiento - ¿Irán ellos a despedirte allí? – Niego – Ade, ¿estás segura de que eso es lo que quieres?

- Es lo mejor para mí. No quiero que estén allí, lo pasaríamos mucho peor que hoy.

- Si esa es tu decisión, te apoyo.

Nos levantamos y cogimos todo para bajarlo abajo. No quisimos dormir en toda la noche, preparamos algo de café y algo de comer para pasar las horas que me quedaban allí y entablamos una larga conversación.

Conseguí despejar algo mi mente mientras me hablaba sobre como regateó el precio mismamente hoy al cerrar un contrato con una pyme. Presté toda la atención que pude. Para qué engañarme, Harry no se escapó de mis pensamientos en ningún momento. 

Sé que va a costar, pero va a estar bien sin mí. No sé si puedo decir lo mismo sobre mí. Tengo que conseguir una estabilidad, mantener mi mente ocupada en todo momento. No puedo pasarme los días deprimida porque quiero verles o porque algún día no pueda hablar con ellos. Debo tener una vida normal, no puedo echarlo todo a perder.